EL JURAMENTO DE HIPÓCRATES

    Como no tengo demasiadas ganas de empezar por la gala de ayer y sus resultados, total para hablar de Muti y su cantada expulsión, bien puedo esperar para más adelante y rematar la faena a cuenta del acólito de Suso. Lo digo sobre todo porque en el fondo, además de que el concurso de este chico rayó en lo patético, podré regodearme (que poco me gusta esta palabra) por última vez con las muletillas insoportables y soeces que inundan el cincuenta por ciento como mínimo de su florido discurso. Por fin, no tendré que aguantar el asalto desagradable y continuo de determinadas expresiones mientras disfruto tranquilamente el 24 horas cuando aparece este personaje en pantalla para decir cosas como "me parto la polla" "me suda la idem" o "me cago en los muertos de todos" por poner algunos ejemplos a nivel escatológico.  O sufrir el abuso de la frase hecha "sabes lo que te quiero decir" cada vez que abre la boca e hilvana dos o tres cosas con algún sentido. Ayer mismo nos enteramos por Mercedes que su madre sufre un horror con el vocabulario de su retoño. Así que adiós muy buenas y a disfrutar de sus mentores "los gemelos Montoya" desde el plató. Seguro que agradeceremos y disfrutaremos cada semana de sus opiniones fundamentadas y clarividentes en cada gala, debate o pifostio que nos monten los de Telecinco para analizar la evolución del concurso con el rigor que acostumbran.  Estoy ansioso por verlo haciendo la ola a Belén Ro y demás tropa. ¿Sabéis lo que os quiero decir?.

    Bueno, no sé cómo están viendo los demás esta "vaina", como diría un argentino, pero a mí lo que me tiene más enganchado es la cuestión de los secretos por descubrir. Ojo, no sólo los que nos plantea el programa - quién ve muertos o quién es el experto en GH -, porque lo que realmente me interesa son los secretos que todavía no conocemos y suponemos que existen. Me refiero a esos interrogantes que se adivinan detrás de la personalidad de algunos concursantes que están consiguiendo que me plantee varias preguntas sobre sus vidas y verdaderas motivaciones, porque no me acaban de encajar las piezas del rompecabezas que representa su decisión de entrar en la casa. Por unas cosas o por otras incluyo en esta categoría a Quique, Carolina y Marina. Sobre todo a los dos primeros y especialmente a Quique, que curiosamente después de pasar una semana complicada por la bronca con Raquel y el enfrentamiento directo con Suso consiguió la inmunidad al encontrar las croquetas que dejó en la casa la innombrable del pijama mientras bailaban en el salón.  Por eso los observo con particular atención intentando descubrir las motivaciones y los detalles que se nos escapan.  No acabo de entender todavía, por ejemplo, qué impulso ha movido a un médico treintañero que estaba trabajando en un hospital a abandonar una profesión considerada y prestigiosa para entrar en GH 16 teniendo en cuenta las consecuencias y riesgos que tal decisión supone, la mayoría negativas. En su vídeo de presentación se justifica porque desea independizarse de sus padres. Sencillamente, no me lo creo.

    Además el galeno, por su personalidad y por lo que de él vamos viendo hasta ahora, no es precisamente la alegría de la huerta, ni tiene a primera vista el perfil típico de la mayoría de los concursantes de Gran Hermano.  Resulta difícil de entender que una persona que ha hecho el juramento hipocrático pueda abandonar una profesión tan vocacional y a sus pacientes para embarcarse en una aventura tan comprometida e incierta como concursar en este programa. Salvo que existan causas de gran calado que expliquen este salto sin red y que tal vez acabemos conociendo tarde o temprano.  

     Me llama la atención la alianza que se está forjando entre él y Marina, precisamente con la chica adicta a los muñecos y bebés reborn. La madrugada del miércoles al jueves en la cabina de radio, mientras los demás se encontraban en plena investigación y pesquisas para encontrar los mecanismos de las puertas y pasadizos secretos que dan por hecho que existen, los dos afirmaban y se confirmaban el apoyo mutuo en el concurso declarándose intocables entre ellos.  Sólo les faltó hacerse un pequeño corte en las muñecas y unir sus sangres para sellar el pacto.  En realidad aún no sé muy bien si esta cercanía es porque empatizan de verdad o por necesidad de protegerse y buscar a un aliado al advertir que todos los demás tienen apoyo en alguna persona, pareja o amigo dentro de la casa.  Quique habló de su profesión y mandó saludos y ánimos a sus pacientes y compañeros de trabajo y recordó que era el día de cumpleaños de su madre. Ella, lista y rápida, mirando a cámara felicitó también a Carmen, la madre de su amigo y aliado, y le propuso que le cantasen el cumpleaños feliz.  Así lo hicieron y aplaudieron al final. El sonrío. Ella sonrió. Y ponían un ladrillo más al muro de protección de cara a las nominaciones del día siguiente. El médico, en realidad los dos, pronosticaban que en la gala tendrían muchas papeletas de estar entre los nominados. - Aunque nunca se sabe, porque pude pasar cualquier cosa -, concluyó Quique.  Y lo que pasó ayer noche le dio la razón.  

    La noche otoñal de ayer en Guadalix se convirtió en un mar de lágrimas. No puedo asegurarlo del todo pero tal fue la cosa que si la memoria no me falla de los chicos sólo queda Vera por llorar. Y de ellas Nichela y Carolina. Con tanto lloriqueo, sobre todo de ellos, pienso siempre el daño que hizo al programa la llorera aquella de Ivan Madrazo en GH 10 una noche de leyenda que cimentó definitivamente su victoria en aquella edición. La novedad de las nominaciones, una vez inmune Quique, es que no subieran Suso y Marina a la palestra. La nominación de Sofía, Raquel y Amanda, sin embargo, son una consecuencia lógica de la dinámica de la convivencia en la casa desde que empezó el concurso. Las dos primeras estaban cantadas, pero tampoco es una sorpresa que se sume por primera vez a la lista la atleta andaluza, porque su decisión valiente y solidaria de posicionarse al lado de la extremeña tal como estaba el patio suponía un riesgo evidente como así se vio. 

    Entre las tres, en esta ocasión prefiero que se vaya Sofía, fundamentalmente porque va ser un mano a mano con Raquel a raíz de su agrio enfrentamiento después de que la hija de Maite, con una actitud de gata encelada, calificase de guarra a la extemeña simplemente porque Suso ronronea con ella. Una riña que se produjo con Marta de palmera por medio, que siempre aprovecha que el "Pisuerga pasa por Valladolid" para dar un palo más a Raquel como si fuese ella la ofendida.  No deja de sorprenderme, por descorazonador y reiterado, que unas chicas jóvenes y guapas acaben, con demasiada frecuencia, sacándose los ojos e insultándose de forma denigrante por cualquier gañán de tres al cuarto.  Es una pena, porque Sofía gana bastante cuando se relaciona con sus compañeros de forma natural y deja de lado esa enfermiza obsesión que la consume de intentar llevarse a Suso al huerto. Puedo equivocarme, pero creo que no se trata de un asunto de sentimientos sino del orgullo y del amor propio herido de la típica tía buena, inmadura y caprichosa que jamás recibió un no de nadie ante la posibilidad de acostarse con ella. 

    La gala siguió el guión previsible que comentaba al principio, con una Milá que continúa con el automático puesto y sin implicarse de verdad, ni para lo bueno ni para lo malo, en las entrevistas. Este año presume de indulgencia con los expulsados y dice retadora que no tiene intención de cambiar diga lo que se diga desde las redes sociales.  Hablando en concreto de la entrevista con Muti, como era de esperar fue pan comido para ella, e incluso a medio gas y desmotivada le sobró para la faena. La presentadora ni siquiera se alteró cuando la hermana del sevillano se quejó de que de que la audiencia castigó a Suso expulsando a su hermano. Una verdad a medias. O cuando Muti, ante la evidencia de que había hecho el primo bajo la batuta de su amigo, intentó justificar otra vez su conducta por el rechazo del resto de sus compañeros o porque entró unos días más tarde. No merece un renglón más de comentario y está justamente fuera de concurso.

    Como se está convirtiendo ya en costumbre, voy a terminar la entrada hablando de Nichela y Vera. En particular de ella y por varios motivos.  Hace un par de días asistí a una interesante conversación que mantuvo con Sofía. La artista circense le confesaba a la navarra que estaba pasando un bajón sin motivo aparente - supongo que es porque no sabe cómo deshacerse de Vera sin dañar su imagen ante la audiencia o por cómo hacerlo sin lastimar el ego de su amigo que se resiste a darse por enterado -, y calificaba su estado de algo pasajero que seguramente le pasaría. Además decía, intentando auto convencerse, que no puede permitirse la situación por respeto a tanta gente que no pudo entrar en el concurso y daría lo que fuese por estar en su lugar . Hablaban las dos sobre la dificultad de la experiencia y la intensidad de cómo se vive todo dentro de la casa, algo que desde fuera no se puede apreciar. Es más heavy de lo que pensaba, dijo – un clásico vamos, lo de magnificar los sentimientos en la casa y todo eso  – y reflexionaba con la hija de Maite sobre lo irremediable de un error o una metedura de pata en Guadalix: - “Si haces una cagada aquí está grabada de por vida”.

    Me imagino que se trata de miedo escénico, lo normal, algo que pasan todos salvo aquéllos más descerebrados e impulsivos que no calculan las consecuencias de sus actos aunque para una audiencia con hambre de espectáculo este tipo de concursante sea una joya de valor incalculable. En cualquier caso me gusta que comparta estas dudas y momentos con nosotros, no tanto en el confesionario con el súper como en la interacción diaria con sus compañeros, que es la mejor manera de conocerlos. Está probado que una de las mejores formas de reducir la angustia y los temores ante situaciones que nos superan es compartiéndolas con otros. Especialmente si el que te escucha comparte tus vivencias.  Es decir, el beneficio de siempre que aporta la camaradería entre personas que viven una determinada experiencia con sus alegrías y sinsabores.  De esta chica en concreto lo que más me agrada es su voz clara y vibrante que refleja las emociones que vive en todo momento. Palabras acompasadas casi siempre con lo que muestran sus gestos. Y además tiene otra virtud que siempre aprecio: sabe escuchar.

     Siguiendo con el tema, ella no encuentra la manera de desconectar la relación simulada que mantiene con el de Sabadell. Durante la semana le propuso hacer como que rompen el vínculo de cara a los compañeros para llevar mejor el juego pero a él no le gusta nada la idea, la rechaza abiertamente y prefiere seguir con la pantomima para disfrutar de la prerrogativa de achucharla y abrazarla como si fueran pareja; con la intención, supongo, de ver si ella se ablanda y cae rendida en sus brazos por aquello de que el roce hace el cariño. Y más ahora que es tan evidente que Carlos e Ivy son pareja, una relación que ayer durante la gala se confirmó definitivamente cuando la mejicana volvió de la sala de expulsión y él la abrazó de una forma e intensidad que despejó cualquier tipo de duda que pudiese quedar.  La catársis llegó después cuando apareció en pantalla la Milá con Ito, el perro de la pareja, en su regazo y Ken rompió a llorar desconsoladamente como si de repente se desatasen todas las barreras y muros de contención que sepultaron hasta ahora sus emociones y sentimientos dentro de la casa .  Resulta reconfortante descubrir que el marido de Ivy sí tiene sangre en las venas, y no horchata como dije aquí mismo hace unos días, e incluso su corazoncito.  Espero que a partir de ahora, sin el obstáculo que representaba el tener que simular que no eran pareja, su concurso cambie y podamos comprobar si Vera vuelve a entrar de nuevo en el triángulo. Tengo la impresión de que con Ivy todo es posible, porque tiene mucho más carácter de lo que aparentemente demuestra y esconde un volcán detrás de esas formas suaves y mansas.  Y él, a pesar de su saber estar y porte educado, es directo y de ideas claras.

    Volviendo a Nichela, curiosamente ayer durante la gala se mostró muy decepcionada cuando Mercedes les confirmó a ella y a Raquel que el secreto de disfrutar del gimnasio y el jacuzy con Vera no era algo exclusivamente suyo, sino que su compañero también lo compartía con la extremeña sin que ninguna de las dos supiese lo de la otra. Mientras que Raquel se lo tomó con humor restando importancia a descubrir que no era la única elegida para tal privilegio, a ella la noticia le sentó mal y sus gestos delataban a las claras su disgusto y desencanto, y más cuando Raquel le confirmó la cantidad de veces que entró en esa estancia secreta. Muchísimas más que con ella, se lamentó con sorpresa.  Sólo acertaba a decir con gesto cariacontecido: ¡Y yo que me sentía especial!. Cuando la presentadora les propuso a las dos el desafío, con premio, de contárselo al resto de sus compañeros y con el propósito de meter uno a uno a todos ellos en la sala del jacuzy sin que Vera se enterase, ante el entusiasmo de la extremeña, la chica del circo le dijo a su compañera que el reto era muy difícil y que sería complicado engañarlo porque es muy listo. - ¡A lo mejor no lo podemos lograr! concluyó dándose por vencida antes de tiempo.  En esos momentos no tenía muy claro que esa actitud se debía a que pensaba que la prueba era realmente complicada o por el desencanto de descubrir como su novio ficticio, que no hace más que tirarle los tejos y comerle la oreja a todas horas, le pudo colar el gol de forma tan clamorosa sin despertar en ella la menor sospecha.

     De momento sólo hay una cosa que me disgusta de Nichela, sé que es una chorrada pero para mí resulta significativo: Ayer descubrí con disgusto que su favorita de GH 15 con todos sus defectos era Paula, la ganadora de la edición.  En fin, nadie es perfecto.

PD.: De la princesa del pueblo, una tal Belén Esteban, de su pijama y sus croquetas no pienso hablar.

Forastero marulo