ALMA DE TAMAGOTCHI

    No voy a negar que la expulsión de Amanda era lo que deseaba teniendo en cuenta que los dos machoman, Suso y Richy, no contaban esta vez para irse de la casa, pero como siempre, salvo escasas excepciones en la historia del programa, no disfruto contemplando como un ídolo caído en desgracia se desmorona con estrépito ante el regocijo de la mayoría, sobre todo en casos como el de la malagueña, tan engañada y pagada de sí misma que vivía envuelta en un favoritismo ficticio y no era consciente hasta que punto estaba en la picota.  Otra cosa es que la dirección del programa decidiese robarnos una vez más el disfrute de una expulsión clásica y típica de nuestro programa, tanto por el momento en que se producía como por lo significativo que era de cara al imaginario de los concursantes dentro de la casa, un verdadero hachazo que iba a desbaratar los esquemas que tenían de la situación y obligando a todos a revisar las estrategias establecidas. Todo eso quedó en gran parte deslucido por la decisión de confundirlos para que pensasen todos que Marina y Amanda eran las salvadas al regresar a la casa, mientras Suso y Ricky se quedaban en el confesionario esperando nuestro veredicto. Incluso consiguieron por unos momentos que empatizásemos con Amanda gracias a esa maniobra con sabor a regodeo y con tintes sádicos de una crueldad innecesaria.  No quiero especular demasiado con los motivos del montaje engañoso de la aparente salvación cuando todos sabíamos que una expulsión con semejante porcentaje de votos era suficiente castigo para la chica de voz monocorde y extensiones rubias de pelo.

    Tengo claras las razones por las que debe estar fuera ella y no Marina, que a continuación explicaré; pero otra cosa es que su expulsión coincidiese con una más que probable marea vengativa de los espectadores contra la mamporrera emocional de Suso y Raquel para castigar a la dirección del programa por continuar alimentando el bucle carpetero guionizado y buscado desde el principio por ellos.  Un razonamiento curioso y contradictorio, porque si la intención era hacer daño a la extremeña y sancionar la insufrible carpeta de amor y celos de saldo que la pareja se trae entre manos, con un vértice del triángulo colocado en Sofía, lo más lógico hubiera sido ir a por Suso. Algo había además, bastante diría yo, en la actitud de la malagueña en la casa que justificase tan abultado porcentaje de votos. A lo mejor es que todos tenemos clavado en el subconsciente que el guión no escrito de cualquier película que se precie, y más si tiene una deriva carpetera y romanticona, estipula siempre que los secundarios de lujo vinculados a los protagonistas, y Amanda no ha sido más que eso en Guadalix, deben desaparecer o simplemente morir a mitad de la historia para resaltar la tensión dramática de la trama central.  Vaya por delante que Amanda no me cae ni bien ni mal, y me parece buena persona, pero su forma de concursar se me atragantó desde el principio. Imagino que es una cuestión de química y que este rechazo tenga que ver con su forma de hablar, su tono impostado y elevado, sus muletillas cansinas, sus canciones, sus extensiones y sobre todo por lo sobrada que se mostró en la casa a partir de un determinado momento.

    Su principal error ha sido contravenir una regla básica del libro de Petete y que Marta expresó con claridad meridiana cuando la nominó con tres puntos la semana pasada: "Estás subida del verbo subir" (otra frase para la historia de Gran Hermano).  Otra cuestión son las causas que expliquen cómo ha llegado a esta situación. Es evidente que su personalidad tiene que ver en el asunto, pero sobre todo le hicieron mucho daño las continuas alabanzas de sus compañeros, las palmaditas hipócritas en la espalda con tratamiento de finalista y casi ganadora. Esas palabras de elogio transformadas a menudo en lisonjas artificiales y fingidas que envanecen a quién las recibe. El arma letal que utilizan los aduladores profesionales para derribar a incautos afectados hasta la médula por el pecado de la vanidad.  No es de extrañar que Amanda se haya hecho íntima de Suso; al final uno llega a la conclusión de que esta alianza se debe fundamentalmente a que pecan de lo mismo y sufren la misma debilidad.  Todo un universo repleto de falsas ilusiones fomentado por una corte de aduladores que tarde o temprano siempre se desvanece como pompas de jabón que explotan dejando al descubierto la triste realidad de que la importancia que nos damos no es más que un globo tenue henchido sólo de aire. No hay nada más peligroso que tus colegas te regalen la oreja para comprar tu compromiso; en su caso la auparon a un pedestal tan alto como frágil y efímero. Ella desde luego no dudo en dejarse elevar a los altares y subió rauda esas escaleras de la misma manera que corría por llegar la primera en cualquier tema en la casa. Dejarse embaucar por las mieles de un falso favoritismo es la mejor manera de darse la torta más grande y bochornosa por no practicar el arte de la prudencia. 

    Como decía al principio no me gustan los aquelarres ni las quemas desproporcionadas de un determinado concursante y siento vergüenza ajena cuando compruebo lo torpes e incautos que pueden llegar a ser, pero esta vez la atleta de las "risahs" inagotables se ha ganado a pulso el trago amargo de pasar en pocos días de imaginarse en la gloria a la más absoluta miseria al toparse con la cruda realidad. Sinceramente espero que su espíritu luchador, esa vena competitiva que ha sacado tantas veces en la casa por los más pequeños motivos le ayude a superar la enorme frustración que aún debe estar sintiendo. Ayer, durante la gala, la presentadora montó otro paripé de los suyos para justificar su aburridísima entrevista a la expulsada y pidió a Alvarito que le pasasen las preguntas que llegaban desde las redes pidiendo más caña a la expulsada.  Vamos, otra tomadura de pelo cuando sospechamos que en otras ocasiones es ella quién traslada a algunos concursantes expulsados cuestiones que extrae de los lugares de internet que visita y que están fuera del guión que le pasan desde el programa.  

    Relacionado con lo anterior y tras comprobar la reacción posterior de los concursantes incrédulos con la expulsión de Amanda después de su aparente salvación, parece mentira que a estas alturas no sepan todavía dónde están metidos ni que el programa hace lo que le da la gana con ellos y el guión. Además en esta edición ya llevan varios avisos. En realidad lo que hicieron ayer no es más que "pecata minuta" comparado con aquella tremenda injusticia que cometieron con Hugo, María y Sindi en GH 13, sobre todo con ellas dos, cuando les hicieron creer durante varios días que eran finalistas de la edición. Recuerdo que titulé aquella falsa final como “la noche de los inocentes”.  Nosotros ya nos somos inocentes y estamos a otra cosa en paralelo o en línea divergente con la dirección y los contenidos sobre el concurso que a ellos les interesan, por eso, y aquí enlazo de nuevo con la actitud de la presentadora durante la gala de ayer, resultó muy bochornoso ver a la Milá haciéndose la tonta con la supuesta sorpresa, también para ella, de que fuese Amanda la expulsada con una dosis de cinismo pocas veces superado.

    Aunque el tono en el que escribo se pueda percibir de otra manera quiero dejar claro que no albergo rencor alguno, simplemente intento dar mi visión del asunto sin más porque es necesario, creo, dejar constancia de que nada de lo que hagan nos sorprende ya y estamos por tanto a otra cosa. Por eso no voy a analizar ni a darle vueltas a las carpetadas carentes de emoción y sentimientos ni las múltiples matrimoniadas repetitivas de Han y Aritz que nos pretenden meter con calzador tres veces a la semana por lo menos. Sólo voy a valorar y tener en cuenta lo capital e importante que según mi punto de vista pasó ayer.

    Todo lo mencionado, la expulsión, las trampas del programa para amargarnos un poco el ritual de siempre, y la profusión de vídeos sobre las sucesivas carpetas de la noche quedó sepultado por otros protagonistas y otras tramas que determinarán el futuro inmediato del concurso. Y que son las que en realidad me interesan. En primer lugar quería destacar sobre todo lo demás, aunque nos resistamos a reconocerlo, la verdad que destilaba Sofía por cada poro de su piel mientras desnudaba para nosotros sus sentimientos en toda su crudeza después de la puñalada inesperada de Aritz en las nominaciones, no tanto los tres puntazos que le calzó el vasco como por el motivo que expuso para hacerlo en un discurso hipócrita repleto de moralina con olor a incienso. Probablemente pudiésemos compartir algunas de sus razones valorando el concurso de la hija de Maite desde fuera, pero quién es él para nominarla, que no predica precisamente con el ejemplo, con la justificación de una conducta que viene a calificar como inmoral por su forma de conducirse cuando se relaciona con los chicos de la casa. La imagen de Sofía, con el rostro abatido y rompiendo a llorar en silencio mientras rumiaba sin dramas ni aspavientos su dolor y frustración, sin saber cómo reaccionar ante varios palos seguidos, primero de Suso y luego para rematarla de don Perfecto con sermón incluido de curilla casposo comparando su vida en Guadalix con la simpleza vital de un tamagotchi, fue uno de los momentos más auténticos dentro del océano de falsedad e imposturas que se extienden por Guadalix, como los lloros exacerbados de Raquel por su Amanda, las palabras vacuas de Suso entre sollozos estentóreos para que las cámaras no perdiesen ni una pizca durante la despedida, o antes, cuando se arrodilló en el confesionario pidiendo explicaciones al súper por la salida de su amiga ante la mirada atónita de Ricky. O el melodrama de lloriqueos tan poco convincentes de Han cuando la diva se despidió de él y sabía que España lo observaba justo en ese momento. 

   Al acabar la gala, ya de madrugada y casi repuesta,  Sofía  se lamentaba y censuraba con acierto ante Ricky, que estuvo un buen rato intentado consolarla, la actitud hipócrita de Aritz juzgándola a ella con tanta dureza - lo del tamagotchi le llegó al alma - mientras decía que a su "hanito", con actitudes peores, le pasa todo. Por no hablar, desde luego, de la falsa modestia a la que nos tiene acostumbrados el vasco con su dosis diaria, o cuando descubrimos a cada día que pasa su actitud reventada por los cuatro costados al destaparse definitivamente su vena intransigente de perfecto cascarrabias. Precisamente fue a hablar el menos indicado para colgar determinados calificativos a nadie, y más después de asistir día sí y día no a los juegos interminables de cama y toqueteo que practica con su chino preferido intentando justificar después todo el espectáculo propio de una matrimoniada cutre e infumable como cosas de amigos que se quedan en lo que son.

    La despedida de Amanda con el vestido rojo de su amiga Raquel y un sombrero de Aritz estuvo a la altura de su torpeza como concursante, porque tuvo la virtud de descubrir las costuras de sus amigos y resaltar la virtudes de sus enemigos. El excesivo ataque a Nichela, por ejempo, en una despedida  belicosa y arisca por una frase de los vídeos que le mostraron en el plató en que la del circo sacaba la palabra choni para referirse a ella, demostró que en el fondo si que le importaba su imagen hacia exterior más de lo que quiere hacer ver. Por eso no le perdonó la "terrible afrenta" a la del circo mientras pasó por alto otras muchas cosas que tuvo que oír de boca de otros compañeros, ni siquiera se inmutó cuando la Milá le planteó el doble juego del chino alabando a la diva ahora y de pikipiki después con su archienemiga Marta.  Al despedirse de la canaria no se había bajado todavía de su pedestal cuando le soltó con evidente desdeño y menosprecio "no te tengo que decir nada, te lo esta diciendo el plató" mientras se escuchaba de fondo los gritos y silbidos de una parte importante del público.

    Lo más gracioso de la noche es que Suso consiguió por fin su ansiada inmunidad salvando su culo y subiendo a la palestra a Marta, la siguiente en la lista de nominados. Una actitud cobarde y egoísta sin plantearse ni siquiera un segundo salvar a Raquel en su lugar, algo que molestó especialmente a Mercedes. El "hamor berdadero" tiene estas cosas, y no se puede pedir donde no hay y eso que visto lo que le pasó a su amiga del alma debería temerse que su estrenado amor corre mucho peligro la semana que viene. Una posibilidad con la que nosotros contamos desde fuera teniendo en cuenta el hartazgo carpetero que tiene una parte importante de la audiencia sumado a la respesca totalmente desaprovechada por parte de la extremeña que suma un error tras otro y todo lo que toca se desmorona. Pensando mal, tal vez Suso, una vez conseguido su objetivo de acostarse con Raquel y satisfecho su ego por haber mojado con dos de las chicas más atractivas de la casa, aunque lo de Sofía fue algo un poco triste, conejil y efímero, prefiera quedarse sólo para campar a sus anchas por Guadalix enseñando bola y músculo en compañía de Ricky y volver de nuevo al ronroneo bobo con Sofía. Como decía anoche la Milá aquí nada es lo que parece aunque a nosotros sí que nos suene todo.

    Otra de las consecuencias agradables de la noche fue asistir a la cara de estupor que mostraba Marina, a la que sólo le faltaba pellizcarse para aceptar que sí era verdad que no la habíamos expulsado. Ella había asumido que era su último día en Guadalix, el patito feo y la rarita de la casa con muy pocas posibilidades de salvarse, por eso la expulsión sorprendente de Amanda le concedió la satisfacción de cobrarse su venganza particular contra Suso después de que éste la menospreciara y la nominase por aburrida. Por un momento pensé que el espíritu de su abuelo, aquel espectro grande que descubrió Carolina a sus espaldas una noche, se había quedado una semana más en la casa para darle una alegría a su nieta.

Forastero marulo