Aunque más adelante voy a entrar a fondo en el tema “Hanaritz”, entre otras cosas, una de las cuestiones capitales de la casa estos días, quisiera comenzar la entrada hablando de
Marina, la posible expulsada mañana. No lo hago simplemente por llevar la
contraria a la mayoría de los colaboradores de Telecinco, que abogan ante la
audiencia durante los debates de todas las formas posibles para que los espectadores voten para echarla a ella y garantizar así que se queden dentro Suso Y Sofía, los otros dos nominados, con la pretensión de que continúe el bucle de tonteo sin fin que se traen entre manos, sino porque estoy convencido, como ya he dicho alguna otra vez y éste es el caso, de que necesitamos secundarios de lujo en cualquier trama que se precie, esos personajes que a menudo superan a los supuestos protagonistas gracias a su buen hacer y a sus cualidades personales. Y también porque me gustan los guisantes naturales de pueblo, y si es con jamón mejor.
Me fascina la templanza
con la que esta chica de pueblo con brackets, tatuajes y gustos un poco
rarillos afronta sin despeinarse el continuo ninguneo a la que está sometida
por sus compañeros. Me conmueve su vehemencia en relacionarse con todos los
demás. Un marujeo responsable y con criterio que hunde sus profundas raíces en esa sabiduría popular de quien sabe escuchar con infinita paciencia las neuras de los demás para ofrecer luego sus consejos. O también esa capacidad, como buena castellana, de soltar cuando viene a cuento las verdades del barquero sin disfrazar y
a la cara, pero con mucho sentido común a pesar de que
después siempre la utilicen como recurso fácil para calzarle puntos en las
nominaciones. El regalo de ayer con el alegato sorpresa que recibió de Quique fue
emocionante. Al final no pudo contener las lágrimas al saber que seguía siendo
la más importante para alguien de esa casa, aunque ya no viviera en ella. Nada
que ver con la decepción que se llevó Sofía renegando del alegato cutre de su
madre, ni con la sonrisa de circunstancias de Suso enmarcada con el manido corazoncito
formado con los dedos tras escuchar su defensa de labios de Raquel. Un alegato con carga de profundidad incluida
por su carácter castrador si se queda él y la navarra.
Teniendo en cuenta
que el jueves regresa Vera triunfante de Méjico, como César victorioso a Roma desde las Galias, y pensando en que quizás después me cueste salir de la fangosa relación
entre el chino y el vasco, algo que vende un montón según Suso por cierto, voy
a dedicarle un rato a Nichela, que estuvo ayer en el ojo del huracán con las cámaras de la casa pendientes en todo momento de su reacción ante las imágenes de su amigo, antes
enamorado, despidiéndose a besos de Rossana en Méjico.
No voy a negarlo, me ha molestado mucho el desprecio hacia la chica del circo de una parte importante de los
opinadores durante el debate. No puedo con esa mala baba con tufillo misógino, no tanto por
el contenido como por el tono utilizado, insinuando que la chica está pepona de tanto
comer, y lo que es peor, afirmando que se ríe de Vera - a mí parece una risa nerviosa al saberse observada por todos - y valorando que su semana divertida en ausencia de su amigo ha sido algo forzada y nada natural con el propósito de aparentar. Tengo la
impresión de que esta gente no ve el directo y que habla de oídas o por
prejuicios, porque el mejor indicador de que esa afirmación no es cierta es la
opinión de sus compañeros que en general han descubierto a una Nichela más
divertida, simpática y entregada a tope en la convivencia y sobre todo muy fiestera desde que el de Sabadell se fue de intercambio. Está claro que Vera la tenía bastante condicionada y que en ocasiones se mostraba contenida por no hacer daño a su
amigo, algo de lo que nos hizo partícipes a nosotros y a sus amigas. Ella fue
siempre sincera con él, evitando siempre cualquier situación de
contacto que pudiese llevar a equívocos, es decir igualito que Aritz con el
chino. La del circo le ofreció siempre una amistad sin fisuras aunque a veces se riese con sus cosas, y lo más importante, jamás le dio falsas esperanzas ni cayó en la tentación de aceptar una miserable carpeta
para medrar en el concurso.
Todo lo dicho encaja perfectamente con que ella manifieste su asombro con el cambio de Vera y que se
pueda sentir decepcionada con él. Lo mismo que yo, por cierto. Me explicaré. No deja de ser contradictorio tanto
enamoramiento del chico que hace nada ni la dejaba respirar con sus celos,
mostrando al entrar en el plató del big brother mejicano la dichosa pulserita
que ella le regaló diciendo que es de un amor que dejó en España que en
realidad no es amor sino una bonita amistad, para que en cero coma dos segundos se lo montase con Rossana,
la tía buena del programa y se olvidase totalmente de ella. Desde luego todos nos alegramos por la autoestima del rapero, pero tendría razón la del
circo si se sintiese mal ahora, cuando ni siquiera le dirigió la palabra durante
la conexión con Méjico el domingo cuando ella le preguntó cómo se encontraba y un Vera descortés pidió que la sacasen a ella de la pantalla y pusiesen a Han. Entendería que le
pasase por los morros a Suso la conquista de la DJ Devil, o como se llame, que
lo menospreció de forma clara burlándose de que enviar el "bienqueda" de la casa a México era un puro desperdicio. La cara de envidia del machoman de Guadalix al comprobar que Vera había
llevado al huerto a Rossana, la mejicana repleta de curvas y fundamentos, era un poema después de tanto menosprecio y escupir resentido que el chaval sería un fiasco como representante de las gónadas, perdón, de las glorias patrias.
Pero la actuación que tuvo con Nichela, su amiga ante todo, de tomarse esa ridícula y mezquina
venganza de ignorarla en directo, aunque a algunos les haga gracia, demuestra que en el fondo Suso tenía parte de razón y no es más
que otro resentido al le queda mucho por mejorar.
Ella misma, siempre
sincera, como Sofía pero a su modo, reconoció que a veces duele que un amigo al
que se está muy unido ya no te necesite tanto cuando tiene pareja. Qué levante
la mano quien no ha vivido esta experiencia alguna vez en la vida en ambas
direcciones, tanto si uno es dejado un poco de lado por las prioridades afectivas de un amigo, como al contrario, por
recibir alguna queja de tus amigos al tenerlos algo abandonados por culpa de tu
situación sentimental actual o por nuevas amistades que limitan la atención y el tiempo dedicado a tus amigos
de siempre. Tengo verdadera curiosidad por
comprobar cómo se mostrará Vera con Nichela cuando regrese mañana a Guadalix. Ahora comprobaremos de que pasta está hecho
En estos últimos días se rompió definitivamente el equilibrio en la vida de Aritz dentro de la casa y su relación con Han traspasó una barrera que ha destapado la realidad disimulada entre bastidores detrás del escenario principal, el lugar donde el juego de emociones y sentimientos cruzados y encontrados han explotado con toda su crudeza delante de nosotros. Hay que tener muy claro que el juego del amor y la pasión no tiene reglas escritas en parte alguna, y por mucho que creamos que se trata de cuestiones frívolas y superficiales sin más transcendencia y fáciles de dominar aparecen los sentimientos a la vuelta de la esquina cuando uno menos se lo espera y lo devoran todo dejando a las personas a la deriva, descolocadas y fuera de control.
En estos últimos días se rompió definitivamente el equilibrio en la vida de Aritz dentro de la casa y su relación con Han traspasó una barrera que ha destapado la realidad disimulada entre bastidores detrás del escenario principal, el lugar donde el juego de emociones y sentimientos cruzados y encontrados han explotado con toda su crudeza delante de nosotros. Hay que tener muy claro que el juego del amor y la pasión no tiene reglas escritas en parte alguna, y por mucho que creamos que se trata de cuestiones frívolas y superficiales sin más transcendencia y fáciles de dominar aparecen los sentimientos a la vuelta de la esquina cuando uno menos se lo espera y lo devoran todo dejando a las personas a la deriva, descolocadas y fuera de control.
La relación entre
Han y Aritz funciona como un círculo vicioso que da vueltas alrededor de si mismo creciendo y creciendo incapaz de avanzar sin romper por las costuras. Como un
adolescente que crece vigoroso y necesita expandirse porque sus ropas se quedan pequeñas y el mundo
estrecho, físico y emocional, en el que vivía resulta insuficiente. Contrariamente al progreso natural de las cosas, con estos dos es como si
estuviésemos siempre en el mismo lugar sin posibilidad de avance, como un
experimento encerrado dentro de una urna o una cápsula que todos observamos y analizamos desde dentro y fuera de la casa con calculada distancia. Una de sus variables o elementos (Aritz) pretende permanecer inmutable y se niega a evolucionar o auto
descartarse, mientras que la otra variable (Han) procura al contrario romper con el "status quo", y cada vez que lo intentan juntos se empantanan en dos discursos paralelos y opuestos, repletos de sobrentendidos, a la hora de interpretar su peculiar relación
química y explosiva. Hasta ahora los dos
asumían - Han a duras penas para no perder el contacto - un pacto tácito en
virtud del cual cada uno vivía la relación en un plano diferente en su contenido y significación, pero con la conciencia de ignorar el
punto de vista del otro para mantener la situación en una zona de confort
relativamente cómoda y provechosa para los dos, tanto a nivel emocional como por el interés de su concurso. Una especie de follamigos con un prototipo "sui generis" de relación
sexual sin sexo explícito, hablo del genital, pero con una connotación erótica
tan evidente que a nadie se le escapa.
En esos dos planos superpuestos y entrecruzados, el chino, y esto es indiscutible, vive su relación con el vasco en clave de pareja sentimental, por mucho que lo verbalice de otra manera condicionado para evitar que él se enfade. Como dos tortolitos enamorados que acaban de conocerse lo comparten todo y viven con la intensidad la novedad de los primeros días y las primeras semanas con un único límite que ha impuesto el vasco: el sexo genital. Del resto no les falta de nada y han hecho de todo hasta la frontera difusa que existe entre los preliminares y el acto propiamente dicho, como diría nuestra Nichela. Han lo tiene muy claro y asume en su modo de actuar que el del sombrero es su pareja a todos los efectos, una pareja sin derecho a un tipo determinado de sexo. Además, como adivina señales equívocas y confusas que sólo él percibe bajo las sábanas sobre los verdaderos deseos del vasco, vive con la esperanza de que éste corte al fin los últimos eslabones de la pesada cadena que lo aprisiona, en su mente sobre todo, y reza para que la famosa llave que Aritz saca y enseña cada gala del jueves sea la que abra las puertas del armario imaginario en el que está metido. Su sueño es tener el privilegio de que se la regale para que sea él quien la abra por fin.
En esos dos planos superpuestos y entrecruzados, el chino, y esto es indiscutible, vive su relación con el vasco en clave de pareja sentimental, por mucho que lo verbalice de otra manera condicionado para evitar que él se enfade. Como dos tortolitos enamorados que acaban de conocerse lo comparten todo y viven con la intensidad la novedad de los primeros días y las primeras semanas con un único límite que ha impuesto el vasco: el sexo genital. Del resto no les falta de nada y han hecho de todo hasta la frontera difusa que existe entre los preliminares y el acto propiamente dicho, como diría nuestra Nichela. Han lo tiene muy claro y asume en su modo de actuar que el del sombrero es su pareja a todos los efectos, una pareja sin derecho a un tipo determinado de sexo. Además, como adivina señales equívocas y confusas que sólo él percibe bajo las sábanas sobre los verdaderos deseos del vasco, vive con la esperanza de que éste corte al fin los últimos eslabones de la pesada cadena que lo aprisiona, en su mente sobre todo, y reza para que la famosa llave que Aritz saca y enseña cada gala del jueves sea la que abra las puertas del armario imaginario en el que está metido. Su sueño es tener el privilegio de que se la regale para que sea él quien la abra por fin.
El plano en el que
está, bueno en el que estaba, instalado el vasco hay que verlo desde la
perspectiva teórica contraria, y recalco lo de teórica. Él ha vivido una
relación intensa de amistad aparentemente desinhibida y moderna con el chino
gay. Una relación original y novedosa
que consiste en compartir cariño y apoyo con una peculiar intimidad física de
abrazos, besos y caricias, con la excepción de la genitalidad, una frontera difusa muy difícil de delimitar cuando dos personas intiman de esa manera debajo de
unas sábanas. Un conjunto ilimitado de muestras de afecto y contacto que digan
lo que digan suelen ser elementos propios de una relación sexual, o si queremos ser muy puristas constituyen normalmente los preliminares
de la misma. No sé qué entiende Aritz por sexualidad,
ni algunos de los colaboradores en los debates que nos quieren vender la moto
de esta relación como algo aséptico y puro; cuando la mayoría de la gente, los concursantes incluidos, sabe que la sexualidad es un concepto que trasciende ampliamente
lo genital. En resumen, la teoría
de pretender que se trata de una relación totalmente inocua no hay por donde
cogerla, y si no que se lo pregunten a cualquiera si aprobaría en su pareja una
actitud como la del vasco. Salvo para los cuatro que presumen de mente abierta y liberal en estos temas, esto sólo tendría un nombre: unos cuernos monumentales.
Si vemos el asunto desde una perspectiva más pragmática nos puede ayudar a entender porqué hemos llegado hasta este punto; la poderosa unión de dos planos contrapuestos y a la vez complementarios con su intersección en la
asunción implícita de unos mismos intereses, que resumiendo mucho consisten fundamentalmente en llegar a
la final, y de paso si toca llevarse el premio gordo. El problema es que si
juegas con fuego lo más probable es que te acabes quemando, lo que le ha ocurrido a Han, que se apunta al piscodrama de amante despechado lloriqueando y
lamentándose por las esquinas para ganar el apoyo empático de unos compañeros
que en general lo aprecian y tocando de paso la fibra sensible de determinada audiencia
proclive a compadecerse del pobre chino gay abandonado y ninguneado.
O como le ha pasado a Aritz, particularmente desde hace una semana, que todo el armazón que se ha montado alrededor de una relación tan ambigua con Han se viene abajo con estrépito tras haber jugado tan fuerte y no saber utilizar la buena mano de cartas que le tocaron en el envite. Una realidad que él niega cínicamente y vemos todos, incluso sus compañeros, una vez abierta la veda tras el agrio enfrentamiento con Suso que aprovechó las circunstancias para devolverle al vasco los reproches y calificativos que éste le soltó en su momento acusándolo de menospreciar a Sofía, o la charla clarificadora de una espléndida Marina que le soltó con toda la educación pero sin edulcorante alguno lo contradictorio de su relación con el chino y cómo se podía estar viendo afuera. Al final se ha encontrado con la verdad de su concurso ante el espejo que le han puesto delante algunos compañeros en Guadalix, la mexicana Danielle de intercambio incluida. Una realidad muy diferente al mensaje adulador y equívoco de todos y cada uno de los compañeros expulsados hasta ahora cuando se despedían de él desde el plató. Incapaz de manejar y asumir que el mundo confortable en el que se había instalado ya no existe y que se ha convertido en uno más en la casa después de perder el estatus que tenía y el respeto casi reverencial de sus compañeros cargó contra Han con dureza perdiendo el último crédito que le quedaba. Ahora, desesperado e impotente, se lamenta en el confesionario renegando entre lágrimas de la decisión de entrar en un programa que en el fondo desprecia y amenaza con romper la baraja y abandonar al sentirse superado por el juego.
O como le ha pasado a Aritz, particularmente desde hace una semana, que todo el armazón que se ha montado alrededor de una relación tan ambigua con Han se viene abajo con estrépito tras haber jugado tan fuerte y no saber utilizar la buena mano de cartas que le tocaron en el envite. Una realidad que él niega cínicamente y vemos todos, incluso sus compañeros, una vez abierta la veda tras el agrio enfrentamiento con Suso que aprovechó las circunstancias para devolverle al vasco los reproches y calificativos que éste le soltó en su momento acusándolo de menospreciar a Sofía, o la charla clarificadora de una espléndida Marina que le soltó con toda la educación pero sin edulcorante alguno lo contradictorio de su relación con el chino y cómo se podía estar viendo afuera. Al final se ha encontrado con la verdad de su concurso ante el espejo que le han puesto delante algunos compañeros en Guadalix, la mexicana Danielle de intercambio incluida. Una realidad muy diferente al mensaje adulador y equívoco de todos y cada uno de los compañeros expulsados hasta ahora cuando se despedían de él desde el plató. Incapaz de manejar y asumir que el mundo confortable en el que se había instalado ya no existe y que se ha convertido en uno más en la casa después de perder el estatus que tenía y el respeto casi reverencial de sus compañeros cargó contra Han con dureza perdiendo el último crédito que le quedaba. Ahora, desesperado e impotente, se lamenta en el confesionario renegando entre lágrimas de la decisión de entrar en un programa que en el fondo desprecia y amenaza con romper la baraja y abandonar al sentirse superado por el juego.
De todos modos si
hay que ser justos no debe recaer toda la responsabilidad sobre los hombros de
Aritz. Han tiene también su cuota de responsabilidad porque participaba voluntariamente
en el pacto implícito que aceptaban los dos. El jugaba a sobrepasar los límites
supuestos que el vasco había establecido argumentando que recibía de él, como dije, señales contradictorias
que lo confundían e ilusionaban soñando que a lo mejor Aritz en cualquier
momento saldría del armario y aterrizaría en su cama convertido para la causa. Además los dos eran perfectamente conscientes del delicado equilibrio de una situación
tan atípica, y que al menor contratiempo podían acabar tirándose los trastos a
la cabeza, como ha ocurrido este fin de semana. Han ha estado desahogando sus penas
con varios compañeros de la casa, con la especial intervención de Danielle, la
mejicana, que con una visión como la nuestra, casi desde fuera, ha intentado en
primer lugar que el chino no se culpabilice, porque según ella muy acertada “el
conflicto lo tiene Aritz y él mismo tiene que resolverlo” pero también puso la pelota en su tejado cuando le recomendó al chino que él debe seguir el viaje subido a su tren y que el vasco decida si quiere también subirse o no.
Debería hablar del tema de Suso y Sofía y cómo se presenta la expulsión de mañana a estas horas pero no estoy por la labor. Son tan protagonistas y roban golosos tanta escena a las cámaras que los buscan con ahínco y frenesí que si acaso tendré tiempo en los comentarios. De cualquier forma, en la gala de mañana serán protagonistas por una cosa o por otra; y por supuesto otra vez Aritz y Han. Tal vez la vuelta triunfal de Vera y su reencuentro con Nichela robe algo de protagonismo a ambas parejas. Y siempre en el medio las gloriosas trabadas de Marta que nunca pueden faltar.
Por cierto, aunque ella no me escuche, le doy las gracias a Danielle, la estudiante de arquitectura de Big Brother Méjico que nos acompañó durante esta semana de intercambio. Ha sido todo un placer.
Debería hablar del tema de Suso y Sofía y cómo se presenta la expulsión de mañana a estas horas pero no estoy por la labor. Son tan protagonistas y roban golosos tanta escena a las cámaras que los buscan con ahínco y frenesí que si acaso tendré tiempo en los comentarios. De cualquier forma, en la gala de mañana serán protagonistas por una cosa o por otra; y por supuesto otra vez Aritz y Han. Tal vez la vuelta triunfal de Vera y su reencuentro con Nichela robe algo de protagonismo a ambas parejas. Y siempre en el medio las gloriosas trabadas de Marta que nunca pueden faltar.
Por cierto, aunque ella no me escuche, le doy las gracias a Danielle, la estudiante de arquitectura de Big Brother Méjico que nos acompañó durante esta semana de intercambio. Ha sido todo un placer.
Forastero marulo
Perfecto análisis Marulo, estoy de acuerdo prácticamente en todo. Yo también veo así Nichela, entiendo todos sus gestos y todas sus risas, no le veo ninguna maldad. Con Marina tengo una sensación rara. Es cierto que aconseja bien a Aritz pero me parece que lo hace de forma interesada. Puede ser porque el vasco le hace tilín y lo quiere para ella, o que simplemente ve que es el único que puede ser su amigo y quiere que le dedique más tiempo. Pero estos días intuyo algo más, a veces parece que odia a Han y creo que siente rechazo por la relación de los dos. Como que lo ve mal. A ver, no me gusta prejuzgar de esta forma, pero igual es un poco homófoba. Otros compañeros intentan hacer ver a Aritz que los juegos que se trae con Han son peligrosos porque la cosa puede acabar mal, pero ella no me parece que lo haga por esto. Es como si quisiera convencerle de que él no es gay ni lo será nunca. La veo incluso a punto de ser agresiva, con rabia contenida, casi a punto de prohibirle que no haga guarradas de ese tipo, que el es un hombre como dios manda coñe, y no un mariposón.Ay ay, seguro que soy muy mala, pero es lo que intuyo.
ResponderEliminar:-) Tal vez Maltissa. No creas. También he dudado de las intenciones de Marina. Pero al final concluí que esa aparente rudeza se debe a que es un chica castellana de pueblo. Lo digo en el mejor sentido de la palabra. En la Universidad tuve amigos y amigas de típicos pueblos castellanos. En general personas nobles y directas. Y para un gallego como yo, típico y joven, que normalmente siempre somos prudentes al principio y más fuera de nuestro ámbito, esa forma de ser y decir las cosas me chocaba e incluso me resultaba es punto agresivo del que hablas. Luego me entendía de maravilla y entre ellos tuve mis mejores amistades. El punto homófobo no sé, porque a lo mejor lo tienen más personas en la casa y lo callan por aquello de ser políticamente correctos, que es lo que se estila. En lo que estoy de acuerdo es que Aritz, por su carácter, también más directo de los vascos, le va mejor a su forma de ser. Y claro, ella está en un concurso y necesita apoyos ya que todo el mundo le dice lo mismo: Eres una bella persona pero lo siento y te nomino. La pobre mujer lo debe estar pasando fatal. Quisiera ver a muchos de los otros en sus mismas circunstancias llorando angustiados por las esquinas. Aunque la chica no me entusiasme si que me parece que es una persona más compleja de lo que la gente habla y en la casa no podemos tener 15 Susos y Sofías, porque esto sería un M HyV y yo no estaría aquí, por supuesto.
ResponderEliminarOtra cosa, que se me olvidaba, esa rabia contenida a lo mejor se debe a esa soledad de la que hablaba antes. La escena ayer de los tres nominados en el confesionario, ella en medio de Suso y Sofía, eligiéndola los dos a ella para salir mañana ante la pregunta del súper, observando el tonteo entre los dos, con Sofía de broma diciendo primero que si prefería que se fuese Marina y luego, no, que se fuese Suso, no fue plato de buen gusto. Para la mujer que de tonta no tiene un pelo y desde su perspectiva de guisante (genial cuando se comparó a sí misma con esa legumbre) y conocedora de como funciona el concurso, tenía que ser demoledora la sensación de luchar para salvarse contra dos pesos pesados que flirteanban descaradamente delante de ella. GH en estado puro.
ResponderEliminarMe quito el sombrero!!!.
ResponderEliminarSiempre dije que no iba a juzgar la relación que se traían Aritz y Han, y espero, con estas palabras de ahora, tampoco hacerlo, pero no puedo escapar a comentar tu escrito.
Creo, pienso así, que has definido tal cual es la relación de ellos dos en la casa, sentimientos sí, pero con unas miras claras de concurso; quiero decir, que ni uno ni el otro escapan al hecho en sí de que hay un final en esa convivencia y que dicho final acaba con un maletín, goloso y pretendido por ambos dos, y es por esto que ambos juegan con un rol diferente en una misma relación. Tiene gracia porque si a priori me hubieran preguntado quien era "el fuerte" en esa extraña relación, hubiera dicho sin dudar que Aritz, quien aparentemente tenía todo controlado... pero ahora con el tiempo pasado me doy cuenta que quien dirige con paso firme el devenir de los dos es Han, quien no ha cambiado ni un ápice su conducta para con su compañero desde el momento que su relación se consolidó, y es entonces cuando dejó de ser de amistad y pasó a ser de pareja, porque sí, como bien indicas Forastero, como una pareja actúan, ambos dos. Y esto es lo que trae por la calle de la amargura a Aritz, el saber que su comportamiento se ve como eso, como pareja y no como par de amigos; no sé si además de saber lo que se está proyectando fuera de la casa dando a entender (saber diría yo) para los demás es lo que le abruma o es que se desespera al descubrirse él mismo. Aparentemente, por su forma tajante de explicar lo que según él hay y no hay, pareciera no tiene conflicto alguno consigo mismo, pero yo no acierto a verlo tan claro esto. En cualquier caso, ni un pelo ha movido Han, simplemente se ha limitado a esperar a que fuera en su busca, como así ha pasado, lo cual me hace entender que es este quien manda en esa relación por más que sea Aritz quien marque límites. Y de fondo el maletín, y ante esto no hay reprimenda alguna por ese llamarle maltratador psicológico el uno, ni tampoco la hay al revelar un comportamiento que hace confundir al otro... relación sí, sentimientos reales sí, pero que se valen de eso para caminar por el concurso, también.
maltissa.- Uf! yo tanto como lo que apuntas de Marina no veo, al menos no tengo base para pensar que es tanto así. más bien entiendo que el rechazo hacia Han es debido a que acapara a Aritz, y este, con lo que quedó en la casa tras la salida de Quique, es con quien únicamente puede contar. Pero no sé, desde los comienzos de la edición, la vi a ella muy firme, como sabiendo sin titubeos lo que quería y lo que pensaba (juzgó a Maite y Sofía desde el primer día y de ahí no se movió).