Ojalá que el debate del domingo, y los ramalazos que ayer aún coleaban en el 48
horas, fuesen por fin el canto del
cisne, y la tumba definitiva, de ese mundo viceverso en
el que estábamos instalados en el programa hasta la expulsión de Suso y del que
llevamos hablando, por desgracia, desde hace demasiado tiempo ocultándonos en
exceso aquello que realmente nos interesa: el concurso en sí. Con esa imagen esclarecedora en este sentido
el domingo pasado en el debate, de Suso y Raquel sentados en el centro del plató, uno
al lado del otro, dirimiendo sus problemas y conflictos con un Jordi en medio sobrepasado
por una grada convertida en gallinero alborotado e imposible, es difícil
escapar a la sensación de estar en un programa paralelo al modo de MHyV con
todas sus miserias y que a mí en particular no me interesa en absoluto. Es lo
que hay, generar expectación enredando la madeja para salir en la televisión en
bolos y deluxes varios mientras dure la fiesta y se alimenten broncas
inexistentes o sobreactuadas para hacer caja.
No pretendía retomar el tema pero es necesario,
creo, resaltar el contraste entre lo que ocurría fuera en el plató mientras allí mismo, detrás, en la
enorme pantalla del televisor, el concurso de verdad transcurría en la
casa y nos mostraban a Sofía jugando a ponerse otra vez el mundo por montera
descolocando a la audiencia y a todos aquellos que la apreciamos
como concursante. Por un momento pensé que la navarra, traviesa y transgresora, había pasado de sentir que se le paraba el mundo cuando Suso la miraba a querer que se parase también ahora para bajarse ella y hacer de su capa un sayo sin importarle nada como siempre. El canario, más listo de lo que se piensa y que sabe muy bien qué le conviene a estas alturas del programa, estaba ahí para recogerla en sus poderosos brazos ofreciéndose de ángel de la guarda para lo que ella necesitase. Mientras tanto Suso,
contrariado y con el rabillo del ojo pendiente de Guadalix donde la vida sigue
sin él aunque lo recuerden con cariño los que allí quedan, explota en directo y
se envuelve bajo la bandera rancia que lo llevó hasta la expulsión, montando
ese número de celos a Raquel - repetido ayer - después de que ella subiese rauda a bailar a la grada
cuando pusieron la música en un descanso.
Retratado en sus defectos de hombre antiguo, tal como siempre se definió, no me sorprendió nada la escena, si acaso la incapacidad
manifiesta de este chaval de controlar su impulsividad, que él mismo reconoce,
en un decorado como es la televisión y ante millones de espectadores. De
Raquel simplemente confirmar una vez más mi decepción como concursante, y
aunque ella misma se lo buscó, algo que comentamos por activa y por pasiva
en el blog, llegué a sentir lástima de nuevo por el ridículo en que ha
vuelto a caer una mujer hecha y derecha por seguir la tontería con un tipo de las características de Suso. Es triste asistir a sus lágrimas de impotencia escaldada por
invertir, interesadamente o no, que ya no importa, su capital emocional en una
relación con tan poco futuro y sospechosa de cara a la audiencia teniendo en cuenta sus
circunstancias de concurso con expulsión, repesca y nueva expulsión. Y lo más
patético de todo, con su amiga Amanda en el plató sin mojarse en la disputa y echando
balones fuera de manera miserable. Como dije siempre, y en
serio que me duele, otra vez con su dignidad cuestionada y a los
pies de los caballos.
Doy
por cerrado este capítulo insistiendo por última vez en el triángulo que formaron
estos dos con Sofía porque viene al caso y condicionó la vida en el concurso como uno
de sus ejes fundamentales para bien o para mal, hasta el punto que la navarra
es ahora una candidata firme a la final, e incluso para ganarla, gracias en parte a
su forma de vivir esta historia como víctima de una obsesión, capricho pueril o
atracción irresistible, con esa libertad suicida y desprendida sin importarle
una mierda las cámaras; irreflexiva y consciente a la vez pero incapaz de
controlar sus instintos. Aunque ella, como Raquel, también ha perdido a menudo la
dignidad buscando desesperadamente a Suso, la diferencia es que las cámaras la adoran y nos
trasmiten más verdad captando golosas la sutileza y el encanto de todas sus
emociones, incluso cuando se muestra detestable y egoísta.
Volviendo a Guadalix que es lo nuestro, la salida de Suso ha dejado un vacío más o menos considerable en el resto de los concursantes, en unos casos por afecto sincero y en otros porque su presencia llenaba la casa para lo bueno y lo malo. Ahora algunos ya no tienen la excusa ni el condicionante de su presencia para vivir a remolque y parapetados detrás del protagonismo constante y viciado que éste marcaba en el resto de la casa. Es el momento de jugar, de reajustar los movimientos para forjar otras alianzas o reforzar las antiguas de cara a enfrentar el tramo decisivo de la edición. Algunos, además, tendrán que buscarse otra diana donde dirigir sus dardos y poner más carne en el asador para colocarse de forma ventajosa en la pole de la carrera definitiva hacia la final. Es el caso de Ricky, que ha dado un zasca a su churrasca aceptando el juego de seducción propuesto por Sofía totalmente consciente de que acercarse a la navarra, sin la mirada inquisidora de Suso en su cogote, es subirse a caballo ganador. "Quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija", que dice el dicho. Sofía además tiene la virtud de que no es soberbia y si alguien se le acerca con cariño y sin pretensiones no se niega jamás a nadie ni pone barreras. Sabe jugar y entiende la diversión no sólo como un juego de seducción y atracción a veces peligroso, sino también como puro divertimento. Tiene además otra cualidad de la que carecía Raquel, que ha sabido ganarse el afecto, en general, tanto de las chicas como de los chicos de la casa independientemente de sus personalidades tan dispares. A pesar de sus muecas de desagrado y de mostrar tan a las claras sus emociones, incluso las menos complacientes, gana siempre en las distancias cortas y genera empatía a pesar de sus errores.
Volviendo a Guadalix que es lo nuestro, la salida de Suso ha dejado un vacío más o menos considerable en el resto de los concursantes, en unos casos por afecto sincero y en otros porque su presencia llenaba la casa para lo bueno y lo malo. Ahora algunos ya no tienen la excusa ni el condicionante de su presencia para vivir a remolque y parapetados detrás del protagonismo constante y viciado que éste marcaba en el resto de la casa. Es el momento de jugar, de reajustar los movimientos para forjar otras alianzas o reforzar las antiguas de cara a enfrentar el tramo decisivo de la edición. Algunos, además, tendrán que buscarse otra diana donde dirigir sus dardos y poner más carne en el asador para colocarse de forma ventajosa en la pole de la carrera definitiva hacia la final. Es el caso de Ricky, que ha dado un zasca a su churrasca aceptando el juego de seducción propuesto por Sofía totalmente consciente de que acercarse a la navarra, sin la mirada inquisidora de Suso en su cogote, es subirse a caballo ganador. "Quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija", que dice el dicho. Sofía además tiene la virtud de que no es soberbia y si alguien se le acerca con cariño y sin pretensiones no se niega jamás a nadie ni pone barreras. Sabe jugar y entiende la diversión no sólo como un juego de seducción y atracción a veces peligroso, sino también como puro divertimento. Tiene además otra cualidad de la que carecía Raquel, que ha sabido ganarse el afecto, en general, tanto de las chicas como de los chicos de la casa independientemente de sus personalidades tan dispares. A pesar de sus muecas de desagrado y de mostrar tan a las claras sus emociones, incluso las menos complacientes, gana siempre en las distancias cortas y genera empatía a pesar de sus errores.
Probablemente
Marina se vaya mañana por ser la dueña de ese porcentaje ciego tan alto de uno
de los tres nominados que nos mostraron anoche en el 48 horas, algo que en general se
aplaude en las redes y en los programas de la cadena. Es una concursante que me
genera cierta ternura al observar su lucha titánica por aguantar lo máximo en
el concurso muy consciente de que ella es una especie de outsider en Guadalix, porque la
madre de Juanito reborn vive al margen del grupo en muchos aspectos y parece observar el concurso
desde fuera. Ella conserva una buena relación con algunos compañeros - Vera,
Nichela o Aritz - pero es muy consciente de que en cualquier caso su vínculo
con ellos está en un segundo plano y a la hora de la verdad no es la primera
opción para ninguno. Un lugar que asume con resignación aunque siempre que
puede intenta jugar sus bazas para subir al puesto más alto en el escalafón de
preferencia de alguno de sus compañeros, precisamente lo que pasó cuando en la
última gala apostó fuerte apoyando a Aritz en la sonada bronca que éste mantuvo
con Han en directo. Los tres puntos de nominación que el vasco, enajenado y
fuera de sí, le endosó al chino, a ella le supieron a dulce victoria; y sólo
había que ver sus gestos de firmeza y asentimiento en vivo y en directo pegada al vasco para comprobarlo.
Curiosamente
ahora con Marta, que hizo lo mismo que ella y se mojó a tope pero apoyando a
muerte a Han, la parte contraria de la pareja, forma un tándem de damnificadas por la
enésima reconciliación entre vasco y el chino. Una posición muy incómoda para las
dos que se ven relegadas por meter las narices donde no las llaman. Aritz y Han, inmersos de nuevo en su bucle interminable con un novedoso cariz “homocastoliberal”,
no acaban de gestionar con acierto el disgusto de sus amigas respectivas que estuvieron a su
lado en medio del fuego cruzado durante el momento más difícil de su agria disputa y
no son capaces de comprender tampoco que las dos, desde bandos enfrentados pero
simétricos, se sienten de alguna manera igualmente estafadas. Han, además, intenta recomponer en una
pirueta poco creíble la relación con Marina, y Marta de rebote en rebote declara
la guerra total a todo bicho careto que se mueva al alcance de su punto de
mira. Estos días me acordé del día de la expulsión de Raquel, cuando una Marina casi
siempre certera, desde esa perspectiva de guisante sin interés que ella misma
se atribuye, se preguntaba con mucha sorna qué haría ahora Martita una vez fuera la extremeña a la que tenía entre ceja y ceja y con qué tema nos
saldría para justificar sus brotes y trabadas.
Después del jueves, con la expulsión de uno de los tres nominados quedarán tan sólo ocho concursantes en la casa. Un número tan reducido supone que cualquier movimiento en falso puede resultar determinante para quedar descartado y tirado en la cuneta tan cerca de la final. Todos lo saben y cada uno va buscando su lugar, midiendo sus fuerzas y valorando sus posibles apoyos. Dentro de ese escenario hay dos personajes, Carlos y Ricky, que se apoyan entre ellos muy conscientes de que corren un peligro inminente al encontrarse en tierra de nadie. El marido de Ivy, que no ha salido todavía a la palestra, percibe que tanto por descarte como por su carácter gruñón y picajoso, tolerado hasta ahora, está dando argumentos suficientes para estar entre los próximos nominados. El canario, por llegar el último con el papel aprendido de mostrarse como un machote cañero como contrapeso a Suso, lleva varios días intentando encontrar el punto necesario para subirse al tren correcto. Mucho más listo de lo que aparentaba detrás de esos músculos de portero de discoteca y sonrisa viceversa, se ha ido colocando poco a poco en puestos mejores para la que se avecina. Como ya comenté, su última jugada de prestarse gozoso a los juegos de seducción de Sofía, sabiendo que el flirteo con la pamplonica tiene mucho predicamento en el exterior, indica que sabe a lo que está apostando cuando ahora no hace ascos al caramelito navarro que rechazaba no hace mucho con Suso dentro de la casa.
Ricky está ya en modo total estratega y sentencia cuando puede sobre todo y sobre todos. Es un tipo mucho más observador que la media y sus comentarios no tienen desperdicio, como la vez que se mofó de Vera al verlo tan ilusionado con su conquista mejicana dando a entender que el chaval es un poco ingenuo y se va a llevar un palo tremendo porque una tía como Rossana tiene mucho mundo y está seguro de que no se ha enamorado de él. O el día que comentaba con calculada malicia, en medio de la bronca entre Aritz y Han, que "el vasco sabe lo que quiere pero no lo quiere demostrar" y aseverando sin duda que el del sombrero ya ha estado con un hombre. También habla con mucho cariño de Sofía para que nosotros lo oigamos y tomemos cumplida nota. Palabras llenas de afecto cuando dice que "es la más pequeña pero a veces parece la que tiene más cabeza" o cuando es capaz de describirla de una manera tierna y sensible como alguien que "con una mirada te explica y con un gesto te dice sin necesidad de hablar". Cualquiera diría que estamos hablando de aquel orangután bautizado como tal por Aritz, cuando más bien parece todo un Cyrano de Bergerac hablando enamorado de su dulce Roxana. Tal vez habrá pensado que para llegar lejos, o plantarse en la final, pegarse a ella es mucho mejor camino que esa dichosa caja que la misma Sofía intentó abrir ayer en el confesionario.
Forastero marulo
Después del jueves, con la expulsión de uno de los tres nominados quedarán tan sólo ocho concursantes en la casa. Un número tan reducido supone que cualquier movimiento en falso puede resultar determinante para quedar descartado y tirado en la cuneta tan cerca de la final. Todos lo saben y cada uno va buscando su lugar, midiendo sus fuerzas y valorando sus posibles apoyos. Dentro de ese escenario hay dos personajes, Carlos y Ricky, que se apoyan entre ellos muy conscientes de que corren un peligro inminente al encontrarse en tierra de nadie. El marido de Ivy, que no ha salido todavía a la palestra, percibe que tanto por descarte como por su carácter gruñón y picajoso, tolerado hasta ahora, está dando argumentos suficientes para estar entre los próximos nominados. El canario, por llegar el último con el papel aprendido de mostrarse como un machote cañero como contrapeso a Suso, lleva varios días intentando encontrar el punto necesario para subirse al tren correcto. Mucho más listo de lo que aparentaba detrás de esos músculos de portero de discoteca y sonrisa viceversa, se ha ido colocando poco a poco en puestos mejores para la que se avecina. Como ya comenté, su última jugada de prestarse gozoso a los juegos de seducción de Sofía, sabiendo que el flirteo con la pamplonica tiene mucho predicamento en el exterior, indica que sabe a lo que está apostando cuando ahora no hace ascos al caramelito navarro que rechazaba no hace mucho con Suso dentro de la casa.
Ricky está ya en modo total estratega y sentencia cuando puede sobre todo y sobre todos. Es un tipo mucho más observador que la media y sus comentarios no tienen desperdicio, como la vez que se mofó de Vera al verlo tan ilusionado con su conquista mejicana dando a entender que el chaval es un poco ingenuo y se va a llevar un palo tremendo porque una tía como Rossana tiene mucho mundo y está seguro de que no se ha enamorado de él. O el día que comentaba con calculada malicia, en medio de la bronca entre Aritz y Han, que "el vasco sabe lo que quiere pero no lo quiere demostrar" y aseverando sin duda que el del sombrero ya ha estado con un hombre. También habla con mucho cariño de Sofía para que nosotros lo oigamos y tomemos cumplida nota. Palabras llenas de afecto cuando dice que "es la más pequeña pero a veces parece la que tiene más cabeza" o cuando es capaz de describirla de una manera tierna y sensible como alguien que "con una mirada te explica y con un gesto te dice sin necesidad de hablar". Cualquiera diría que estamos hablando de aquel orangután bautizado como tal por Aritz, cuando más bien parece todo un Cyrano de Bergerac hablando enamorado de su dulce Roxana. Tal vez habrá pensado que para llegar lejos, o plantarse en la final, pegarse a ella es mucho mejor camino que esa dichosa caja que la misma Sofía intentó abrir ayer en el confesionario.
Forastero marulo
totalmente de acuerdo con esta entrada, marulo, hasta 24 horas después, otra casualidad :)) tengo un título sin contenido porque siento que los papeles en estas historias están invertidos, a ver si lo cuento
ResponderEliminarraquel y amanda no serán tan amigas, amanda ha descubierto que ella no es nada ni como concursante ni como diva y sin embargo su maravillosa amiga por arrastrada está consiguiendo la gloria que ella deseaba, ninguna lástima, forastero, primera expulsada y silla de honor en debate y el viernes pasado en el deluxe y emocionada de que se habla de sus follamientos múltiples o imaginarios, porque es la dinámica de mediasete, y su amiga amanda viéndolo desde el sofá de su casa, la farsa, la enorme farsa de este concurso, por eso me encanta cuando enfocan a enrique el gesto de su rostro, contestando tranquilo y riéndose del entramada tan ridículo que se traen entre bambalinas los de las mediasetes, me voy a leer tu nueva entradica