TAL COMO ÉRAMOS

Y tal como somos.

    Antes de entrar a saco con la novedosa propuesta, desvelada ayer, que se ha sacado GH de la manga incendiando la red como quién tira una cerilla en bosque seco regado previamente con un bidón de gasolina, y de la que luego hablaré con más calma, porque las cosas, pensándolo bien y si no me equivoco, no son como las pintan algunos, sobre todo y según mi humilde opinión bastantes de los desnortados seguidores de Pepe; quisiera decir que no me cuesta reconocer, después de tanta crítica a la organización del programa por cómo está llevando este año el concurso, que a veces aciertan con determinadas ideas que cuando se producen en el momento oportuno, y esta semana sí lo era, consiguen que el programa alcance cotas de interés añadido y pinceladas extras de emoción, porque al fin y al cabo lo que ocurre ahí dentro no es más que una extensión de la realidad y por eso estamos tan enganchados. Porque son temas que siempre nos conciernen aunque se trate de la vida reflejada en otros.

    Hablo por supuesto de la idea de ponerles a todos los que quedan en la casa después de la expulsión de Ariadna, como si de un vídeo familiar o una peli divertida se tratase, sus vídeos de presentación. Excepto Dani y María, que entraron más tarde, los demás llevan ahí dentro unos tres meses y medio, aunque teniendo en cuenta la intensidad de la vivencia, por las condiciones especiales que todos sabemos, les parecerá un mundo; de ahí la reacción de algunos al contemplar de nuevo lo que dijeron antes de entrar y todo lo que dejaron fuera comprobando de sopetón cuantas cosas han cambiado, sobre todo en ellos mismos, al menos en algunos. Cambios que en muchos casos representan una evolución positiva mientras que en otros, al contrario, descubren la verdadera dimensión de su fracaso y la realidad de una imagen decepcionante después de su concurso hasta ahora.

    Algo parecido experimentamos todos, supongo, cuando nos ponen un vídeo antiguo que habíamos olvidado durante años en algún cajón, o simplemente desconocíamos, y que al verlo de nuevo se nos hace presente en un instante tal como éramos en comparación con lo que ahora realmente somos. A veces nos sentimos incómodos, otras nos emocionamos e incluso nos sorprendemos avergonzados al ver reflejado todo lo que nos falta con el paso del tiempo, aquellos sueños e ilusiones que perdimos en el camino comprendiendo repentinamente todo el cúmulo de renuncias, traiciones, infamias e ingratitudes al constatar en qué tipo de persona nos hemos convertido. 

    En ocasiones apenas nos reconocemos y descubrimos de golpe la naturaleza exacta de nuestros miedos y frustraciones. Es lo que le pasó a Hugo, creo, cuando la sombra de Julia se volvió a hacer real y presente de nuevo por la magia de las imágenes, un inapelable testimonio de lo que era o nos vendió antes de entrar en Guadalix. Sobre todo las  imágenes de su novia, un fantasma del pasado con la mirada limpia y lleno de dignidad que nunca lo abandonará, martilleando su conciencia, hasta que salga de la casa. También suele ocurrir que al final descubrimos, porque la memoria es frágil y distorsiona la realidad acomodándola a nuestros deseos, la dimensión verdadera de las palabras que en su momento dijimos y que ahora nos esclavizan. Supongo que Hugo ahora de quién acabará aburrido será de sí mismo.

    Aunque sé que es un tema comentado antes de continuar necesitaba hacer esta reflexión, o digresión, que me había quedado en el tintero, sobre todo ahora que esta maravillosa y controvertida edición, la número 13, está encarando la recta final con una nueva vuelta de tuerca insospechada y sorprendente por las consecuencias imprevisibles para la resolución del concurso. De antemano creo que esta propuesta, que acepto sin más y me sumo al juego tramposo pero fascinante que nos ofrecen porque ya sabemos hace tiempo con quién nos jugamos los cuartos, no está en absoluto en contra de las aspiraciones de los seguidores de Pepe, que claman indignados contra lo que ellos entienden que perjudica gravemente los intereses del bailaor; muy al contrario, si hacemos un análisis más sosegado de la cuestión y las cosas se desarrollan como creo, tendrá más posibilidades de ganar este concurso con esta nueva fórmula. Es decir, que indignados deberíamos estar los que no comulgamos con las ruedas de molino de las tesis pepistas. Me explicaré.

    La de anoche fue una de esas galas explicativas y de transición que salvo su último tramo son magníficas para insomnes y por tanto ideales para amodorrarse rindiendo cuentas a Morfeo. Una noche donde lo importante no era lo que ocurría en el plató o en la casa, sino lo que sucedía a lo largo y ancho de la red, que ardía y estallaba literalmente con el anuncio de la propuesta de nominaciones que nos reveló la Mila. La cosa consiste en que la audiencia elige entre los nominados de la semana a quién quiere como finalista, y no para expulsarlo como erróneamente piensan ellos dentro de la casa. El elegido del público vendría al plató pensando que está expulsado y después de ver desde el búnker su paso por la casa decide con cuál de los ex concursantes que esperan con la maleta preparada desea jugarse la final. Luego volvería a Guadalix con el elegido o elegida para esperar en otra estancia de la casa, aislados de los demás, hasta que el próximo lunes en que se repetiría la misma jugada con los cinco restantes, mientras tanto ellos piensan como dije antes que todo el proceso es el de siempre y que se trata de expulsar.

    El anuncio del montaje éste que nos tenían preparado para darle la vuelta a la tortilla continuó acrecentado el lamento desmesurado y el cabreo superlativo de la hinchada pepista por entender que una mano negra, la de la organización, intentaba por todos los medios inimaginables y rastreros negarle la gloria final a su bailaor. Si no fuese porque uno es perro viejo, como dije en un comentario de la entrada anterior, me lo tomaría a chufla, y más cuando alguno de los más reventados fue el director de orquesta principal de la sinfonía pirata de GH 10.

    Lo curioso es que ayer mismo en la gala nuestra inefable Milá anuló con su actuación descaradamente partidista la supuesta conjura de los necios de la que hablan algunos sin empacho. La presentadora como queriendo hacerse perdonar ante la peña por el pecado venial de dudar y casi censurar un par de palabras en tono prepotente, algo habitual por otra parte, de su adorado Pepe en la gala anterior, se esmeró en volver por sus fueros y nos soltó un panegírico tan jabonoso y adulador de este concursante que llegó hasta el ridículo. Incluso intentó meterle literalmente por los ojos a una alucinada Ariadna, y por supuesto a los demás que callaban o como mucho retorcían el gesto, la bondad y las virtudes del bailarín, diciendo a todos, después de que Ari ante una pregunta suya dudase de sus intenciones con toda la razón del mundo, que como era posible que alguien fuese incapaz de ver que al muchacho se le salía el corazón por la boca y el alma por los ojos. O algo parecido.   ¡Manda carallo! que diría mi abuelo.

    A pesar de esta muestra tan clara de “odio” hacia Pepe por parte de la Milá, los más recalcitrantes, sin negar el favor en el trato hacia su defendido, hablan de que todo es pura vaselina para endiñársela después sin que nadie rechiste. Casi literal oye. Y ahora vamos a lo importante que es la nueva propuesta que antes intenté resumir para que quede clara mi teoría. Al contrario de la opinión generalizada de los pepistas, la propuesta favorece al bailaor. Veamos. Si se siguiese el modelo tradicional, con alguna variación como la descarada del año pasado que se inventaron para colar a Yago directamente en la final, lo más lógico es que los finalistas fuesen Pepe, Pipi y Alessandro. En una situación así, con los votos de Pepe y Pipi divididos, por mucho que se apoyase al bailaor, sería muy difícil desbancar de la victoria al italiano que sumaría además de sus propios votos, que no son pocos y han aumentado las últimas semanas, los de la mayoría de las partidarias de Noemí y los del resto de los concursantes, sobre todo los de Ariadna.

    Sin embargo con el nuevo modelo, si suponemos que haya tres finalistas con las correspondientes parejas, lo más probable es que si sale Aless favorito este lunes, salvo que se le nuble el sentido con los vídeos de Brasil que puede ser, lo lógico es que pase directamente a la final de la mano de Noemí. La semana que viene si continuan las nominaciones en negativo posiblemente la cosa estaría entre Dani, María y Hugo. Si gana Dani como imagino a día de hoy, y no ocurre nada extraño, elegiría a Ariadna para la final. Y ahora vendría lo bueno, y como creo que resolverán lo que tanto amarga a los fans del bailaor. Con los que queden no habría nominaciones y el público votaría directamente al último finalista entre los cuatro: Pepe, Hugo, María y Pipi. Gana evidentemente Pepe, va al búnker del plató y le dan a elegir no sólo a los que están fuera sino que también entre los tres compañeros que quedan en la casa. Pepe si no quiere “suicidarse” elegiría a Pipi y asunto resuelto. Todos a la final.

    En esa supuesta final Pepe estaría con mucha más ventaja que en la situación tradicional, porque los votos de los que no queremos ver al bailaor como ganador ni en pintura se dividirían entre la pareja Aless-Noemí y Ariadna-Dani, mientras que todos sus seguidores y los de Pipi concentrarían su apoyo en ellos. Y los vientos aún pueden soplar más favorables para él, que es lo que más temo, si la cosa se lleva a cuatro finalistas y entra Pipi eligiendo de compañero a su Zergio, perdiendo con esta opción cualquier posibilidad de ganar mientras que el Bailaor se llevaría probablemente a la Pinzas aumentando aún más sus posibilidades. Vale, se me puede decir que se trata sólo de elucubraciones marulas pero todo adquiere muchísimo sentido desde este prisma.

    Y para terminar, como entiendo que durante todo el concurso he sido poco condescendiente con el Aranés, y muy pocas veces o casi ninguna tuve palabras amables para él, censurando su actuación en la casa prácticamente desde el principio, me gustaría dedicarle la canción de la película "The way we were" (Tal como éramos) por esos momentos impagables que nos dejó cuando no pudo evitar las lágrimas mientras volvía a ver a Julia en su vídeo de presentación. Por esta vez me sentí identificado con él poniéndome en su lugar, porque todos alguna vez, en parecidas o diferentes circunstancias, seguramente habremos sentido lo mismo. Bueno, se lo dedico también sobre todo a ella, que como concursante virtual y sin comerlo ni beberlo se ha convertido en el paradigma de la dignidad y el saber estar de esta fantástica edición. Nada que ver con otros personajes que intentaron entrar en la casa, y alguno incluso lo consiguió con las consecuencias que sabemos.

Forastero Marulo