PLENO AL DOCE MENOS UNO

    Debo confesar antes de nada que he cambiado de título en el último momento, naturalmente después de las nominaciones, porque lo que pasó ayer noche en el confesionario durante la minigala “úlitma hora” del lunes, salvo que alguien lo desmienta, se trata de un verdadero hito en la historia de Gran Hermano en España. Creo que ni siquiera con Aida, aquella que hablaba directamente con Dios (y haría las delicias de nuestro páter Juan) pasó algo parecido. Arístides se queda con el dudoso honor de apechugar prácticamente con un pleno de nominaciones y con sólo una semana de convivencia dentro de la casa. Once que se dice pronto, o doce menos uno ya que Vero no lo nominó, algo completamente lógico y esperado teniendo en cuenta que a ella también la respetaron por entrar más tarde la semana pasada, y quedaría muy feo si ella no hiciese lo propio con Aris. Sólo falta saber, si definitivamente es expulsado el próximo jueves, y tiene muchas papeletas, qué porcentaje de votos tendría en contra. ¿Alguien da más?.

    Realmente pensaba titular la presente entrada con una frasecilla que pronunció Hugo durante la madrugada del sábado en su turno del interesante (por la cantidad de información que aportó) juego de prenda, beso o atrevimiento. El escogió esta última opción y Pepe, sembrado en su papel de inmune, le ordenó “hacer un calvo” ante todos (es decir mostrarnos el culo en todo su esplendor) para regocijo del graderío femenino.  Alguien que no recuerdo, creo que fue Sindia, le propuso sin demasiada convicción (con la boca pequeña porque no quería perderse el espectáculo) que no tenía porque hacerlo si ponía una prenda como pago (durante el juego muchos estaban preocupados, bajo la mirada condescendiente del páter y la sonrisa beatífica de Arístides, con los apuros que podían pasar los que tienen pareja fuera con según qué pruebas, por aquello de no ofender). El catalán no se cortó un pelo y nos enseñó su trasero sin pensárselo dos veces tras contestar a la samaritana preocupada por su imagen que no había problema porque todos tenemos culo. 

    Pensaba al hilo de esta declaración aparentemente trivial que allí todos tienen, además de culo, mucha trastienda y que el más tonto fabrica aviones. Pero ocurre que los movimientos de unos molesta fuera observándose con lupa sus actitudes y otros sin embargo están bendecidos, casi desde el principio, por esa varita mágica que reparte el beneplácito y la credibilidad sin saber muy bien porqué. Es decir, lo de toda la vida, que unos caen en gracia y otros no tienen puñetera gracia, hagan que lo hagan, para una parte significativa del público. No digo nombres porque todos sabemos de lo que hablo, la mayoría me caen bien y no es hora todavía de hacer demasiada sangre a cuenta de nadie.

    Con la casa patas arriba por las consecuencias de las nominaciones de ayer noche con Aris, Pepe y Mary Joy en la palestra, me queda totalmente claro que la llegada del santo varón, Aristidín de los múltiples dones y el más nominado de la historia de GH, se convirtió en el espolón del Titanic que nos representa a todos nosotros y del que hablaba en la entrada anterior. Suplantó al capitán de barco y lo lanzó con determinación implacable contra el majestuoso iceberg de GH13 con la pretensión de resquebrajarlo por las bravas. Lo hizo manejando de forma torticera y con enorme torpeza toda la información que traía del exterior. En eso, sólo en eso, según mi opinión, ha cumplido su misión con creces. El problema es que él no contaba con irse a pique a la primera embestida por semejante osadía.

    El caso es que ha intentado comprarnos a los de fuera, y confundir a los de dentro, pretendiendo desenmascarar las supuestas maniobras del páter Juan sabedor de la corriente de rechazo externo hacia el cura por una parte de la audiencia. También, al menor descuido, utilizando el fortuito (o desafortunado para los más puristas) manotazo de Pepe a Torso, y aprovechando la manifiesta antipatía del bailaor hacia los perros, puso en evidencia a uno de los niños bonitos de la audiencia, y de la casa, con unos argumentos tan poco consistentes que se volvieron, como hemos visto, totalmente en su contra. El beso que se dieron los dos en el juego del sábado por la noche resulta tremendamente extraño después del encontronazo que protagonizaron por culpa del cachorro. Visto ahora parece el beso de Judás.

    Para su desgracia, Aris está ejecutando de una forma tan burda su juego que desde el inicio se le ha caído la máscara de filántropo inmaculado, aflorando sus verdaderas intenciones y su principal motivación para entrar en el concurso; evidenciando tanto dentro como fuera de Guadalix, para quién tenía dudas todavía, que todo el montaje no era más que pura fachada para justificar su presencia en GH. Hubiera preferido que un "millonetis" de verdad, con dos pelotas y demostrando poderío, se hubiese pagado una semana de vacaciones en Guadalix ayudando de paso a la causa noble de la Cruz Roja, como uno de esos chiflados excéntricos que han pagado una fortuna por ir de turismo "astronáutico" a la Estación Espacial Internacional. 

    Es decir, para entendernos, la posibilidad de colocarse sin hipocresías como muñeco de feria dispuesto a recibir todos los pelotazos de una audiencia vociferante despachándose a gusto con un rico de verdad al grito de -¡A por el pijo/a millonario, duro y a la cabeza!.   Con los tiempos que corren, con la gente machacada por la crisis brutal que vivimos es todo un desahogo, oye. Además Hacienda, dispuesta a chupar la sangre a los de siempre, tiene en cuenta estas cosas de las donaciones a organizaciones sin ánimo de lucro, y a la hora de hacer la declaración de la renta incluso desgravan.  Así que mejor gastarlo, pensaría el ricachón, cumpliendo un sueño al que tantos miles de españoles aspiran cada año de estar al menos una semana vegetando en GH, que pagarlos como impuesto a este estado de políticos tramposos y manirrotos de todos los colores que nos han llevado por incompetentes al pozo en el que estamos. Nada mejor para el estrés y la salud mental de la nación que una plebe sufrida y resentida divirtiéndose y dando leña a un pijo, y además rico. Sólo hay que ver como disfruta la peña con la sola idea de imaginar al Urdangarín, el yerno del rey, saliendo del juzgado reo y esposado camino del truño, y a nuestra infanta doña Cristina llorando desconsolada detrás.  

    Si es que eso de hacer llorar a los ricos nos encanta. Lo que no perdonamos y nos encabrona un huevo es que alguien ponga los cuartos encima de la mesa y entre utilizando la pena con la sospecha de que nos vende una buena obra como chantaje emocional para ocultar sus verdaderas intenciones. Excepto milagro, esto tiene toda la pinta de que Arístides saldrá expulsado, y arruinado, el próximo jueves tras la nominación por goleada, una semanita justo después de haber entrado por la misma puerta en olor a incienso y con aureola de santidad. Otro triste récord y un pésimo negocio para él y su novia.

   Tanto en la minigala de nominaciones como en el debate del domingo, fundamentalmente en éste, resultó todo demasiado encorsetado y preparado con un guión previo del que no quieren salirse los que mandan porque creen que el tema del fornicio y la cama, sin más enjundia, es lo que interesa a la mayoría de los espectadores (juvenil supongo, pero cada vez lo dudo más). Lo cierto es que casi nunca entran en el meollo de las cuestiones, en lo que de verdad se cuece en la casa. Esos movimientos soterrados que son los que realmente importan en Guadalix.  Así, por aquello de la audiencia y lo que marca el ritmo televisivo, supongo, nos endilgan durante tres cuartas partes del programa con su correspondiente debate, el cuasi polvo que fue pero no fue de Noemi con Alessandro. Un aburrimiento por hartazgo.

    No quiero ser cabroncete pero esta historia que aún no sabemos si será algo más allá de estos preliminares coñazos sin pizca de emoción me recuerda mucho en algunos aspectos a la historia del Malaguita y Laura de GH 12. No quiero ver intenciones ocultas, trastienda como decía, pero eso del novio de la canaria que ya no es pero al que se le pide que espere fuera, intentando al mismo tiempo alimentar con el Italianini un deseo evidente y difícil de no satisfacer si duermen juntos, me huele a chamusquina.  Además todas esas proezas gimnásticas en la cama, como presumía Marcelo el año pasado, o esos gemidos demasiado forzados por precipitados de los edredoning me la traen al pairo. Vale que Alessandro resulta simpático y golfete y Noemí guapetona y predispuesta, pero estas historias alrededor de polvos reales o imaginarios no me enganchan nada. Menos aún cuando da la impresión de que están jugando a un juego que me suena.  Un novio que supuestamente espera fuera, aunque no es verdad, para caer posteriormente rendida en los en brazos de uno de los maromos de la casa, el italianini, y ya sólo faltaría el consabido - ¡Es lo que hay Paolo! - y de ahí surfeando hasta la final.

    Me parece mucho más atractivo para el juego el ronroneo mortal de pantera joven de la filipina intentando camelar en su red de seducción a machos más veteranos y entrando en el juego de celos que se vive a varias bandas entre Noemí, el Poli, Alessandro y ella misma, que los tocamientos y acercamientos impulsivos y torpes de la canaria con los chicos, con el mismo deseo de acaparar también su atención. 
    Un juego que tiene descolocado al Michael con su "pistola" de capa caída por tanta tensión y renegando de su deseo por la niña de 18 años de ojos rasgados. Un juego que se reveló peligroso para Mari Joy, ganándose una dolorosa nominación. O la predisposición de Ari, enamoradiza y volátil, a buscar cariño o amor con quien esté dispuesto a entenderla y abrirle sus brazos.

    Con las nominaciones de anoche, esta madrugada, que sólo he visto en sus inicios, estaba siendo dura y controvertida en la casa. La precipitación de Vero por poner encima de la mesa cuestiones que pueden esperar como muy bien le reprochó Davidtío, la rabia de Pepe por sentirse cuestionado y puesto a los pies de los caballos por un recién llegado, el recule de Aris pidiendo una oportunidad a todos al atisbar la posibilidad de que en tres días se venga abajo de un solo soplo el castillo de naipes que se había creado, el miedo de Mari Joy a verse de nuevo en la picota después de desplegar todos sus encantos y sus redes entre chicos y chicas, algo que no acaba de asimilar. El temor de los que han nominado a los que están en la picota por si estos vuelven el jueves salvados sabiendo que han sido ellos los culpables.  Mi trío de brujis preferidas (Ochoa, Ari y una Vero recién incluida) analizándolo todo por activa y por pasiva.
    En fin, que nos espera un juego fascinante con tantos frentes abiertos y tantas tramas de verdades y apariencias que uno no sabe muy bien por donde empezar.

Forastero Marulo
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