NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS (Pepe Flores)

    No tengo por costumbre publicar más de dos entradas por semana, la primera después del debate del domingo (eso era antes) o de la nueva minigala de nominaciones del lunes (ahora) y la otra, la segunda, tras la gala de los jueves. Esto es así no porque lo quiera sino por falta de tiempo para más, pero hoy, día de gala, hago una excepción porque no pude resistirme y necesito dejar claro lo que pienso con una entrada específica sobre los últimos acontecimientos, marcando posiciones pase lo que pase esta noche para que conste en acta. De lo contrario reviento.

    Que quede claro, y no es ninguna novedad teniendo en cuenta lo dicho en entradas anteriores, que deseo fervientemente ver ya en el plató al santo varón, Aristidín de Asís (por lo del amor a los animales), y de paso asistir con curiosidad malsana al papelón consiguiente que le esperará a la Milá para torear este morlaco, que nos salió con pitones afilados cuando ella misma nos lo pintó más manso y bondadoso que un osito de peluche. No voy a repetir ni a comentar lo que se atisba de su vida fuera ni de sus intenciones, si consideramos como veraz su entrevista en el blog de Kiko. No me interesan sus declaraciones y creo que con sus hechos dentro de Guadalix debe bastarnos, al menos a mí, aunque sea siempre difícil desmarcarse de los ecos que llegan del exterior. Y más en su caso, que su historia personal y sus motivos para entrar eran la justificación para pagarse la estancia en GH.

    Doy por hecho que saldrá él esta noche (si no es así luego me la envaino) y ya mañana tendremos tiempo para analizar, aún más, ¡uf!, su paso por la casa.  Desde luego más torpe no se puede ser y ayer mismo la remató con esa salida de tono, otra más, buscando la gresca descarada con Pepe siestas y Mari Joy. Supongo que se ha dado cuenta de que su tinglado hace aguas por todos los lados y en su naufragio, con la rabia de haber tirado por la borda su dinero de manera tan inconsciente y torpe, pretendía jugarse una última carta intentando sacar de sus casillas al bailaor y provocar en él una reacción desmesurada para su beneficio. Y si no salía bien la jugada, como así fue, lograr convertirse en el centro de una polémica monumental que le permitiese luego recorrer platós y programas satélites de GH para recuperar al menos una parte de tan ruinosa inversión. No encuentro otra explicación plausible a tanto despropósito salvo que la desesperación de haber hecho el primo de esa manera le hiciese perder los papeles y la noción real de donde está.

    Por otra parte prefiero sin duda que está noche vuelva directamente de la sala de expulsiones en primer lugar la filipina, primero porque es fundamental en el juego pero sobre todo porque si vuelve antes el bailaor estamos realmente jodidos para el resto de la edición, con otro mártir en ciernes (y mira que lo llevo barruntando con miedo desde el principio) para peor causa. Adivino las ansias de venganza en esos silencios largos y detrás de su mirada perdida, mientras algunos de sus afines intentan que salga de sus oscuros pensamientos, los comparta con ellos y de paso recupere su sonrisa.  Pero sólo imagino una frase en sus labios, la misma que Santos Trinidad, el policía desquiciado de la magnífica película de Urbizu, pronuncia cuando carga su recortada y decide irse a por todas: ¡Rock and roll!. Y de esto el sabe. De bailar claro.

    Como volverá a la casa, salvo extraños subterfugios que no quiero ni imaginar, no sé si de la sala de expulsiones, el primero, o desde el plató en disputa con el santo varón,  ya me veo a partir de ahora aguantando cada semana como el graderío aplaude sus nominaciones a los malvados (futuros reventados) como algo natural y un castigo merecido, mientras que cualquier crítica o nominación hacia el rey de las siestas y el gracejo vendrá acompañada de los ataques furibundos en la red a quien ose tamaña felonía. Ya lo estoy leyendo, de cabronazos o zorronas para arriba. Y la hemos armado.

    El caso es que el tipo me cae simpático, sin más, para que engañarnos, pero sé que se me va a cruzar si la cosa pinta así. Lo sé porque me conozco y de momento le veo tantos defectos, o más, que virtudes. No es un concursante para echar cohetes pero el Aristidín nos ha hecho un flaco favor; eso sí consiguió resquebrajar el puñetero iceberg que era GH 13 y corremos el grave riesgo, no de que zarpe un nuevo barco pirata de tan infausto recuerdo sino un tremendo transatlántico desde el que irán tirando por la borda a cualquiera que no se marque un zapateado al ritmo del maestro.  ¡¡Olé!!

    Pero tú tranquilo Pepe, ya lo has conseguido. Así que vuelve esta noche porque no habrá paz para tus malvados. No sé si podré aguantarlo y ya me estoy encabronando con sólo imaginarlo. 

    ¡Otro GH 10 no, por Dios!


Forastero Marulo
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