LOS PATA NEGRA

    Me he tragado el debate del domingo en diferido y por aquello de ir cerrando capítulos, aunque a lo mejor me repita, quería apuntar un par de cosas de Juanma y Luis, los dos expulsados del jueves, el dos por uno de saldo del que hablaba en la anterior entrada. Sobre todo del primo, que tuvo gracias al debate con Jordi la entrevista que Mercedes no pudo hacerle por su expulsión precipitada e inesperada a última hora y casi de tapadillo.  Luis, por el contrario, salió por la puerta grande como torero que es, y fue merecedor de una gran faena en el coso de Guadalix después de “torear” tantas semanas con la niña Paula. 

   Digo todo esto no sólo porque en la última entrada sus semblanzas me quedasen a medias, que en el caso del primo barbudo fueron únicamente un par de pinceladas, sino porque la ausencia de los dos tiene una especial resonancia en la actitud de Azahara y Paula, sus parejas - o lo que sean – dentro de la casa en estos momentos.  En el caso de Juanma, experto en nadar y guardar la ropa como buen surfero que tiene la pericia de montar todo tipo de olas y cabalgarlas siguiendo su estela sin ahogarse, todo se acabará para nuestro interés cuando Aza, la reina elfa, abandone la Tierra Media y salga de la casa; porque poco más se puede hablar de él en el concurso sin tenerla en cuenta a ella, y menos si no suelta prenda.

    Vamos, que el interés de la cosa ésa que llaman debate estaba centrado en saber el nivel de profundidad amorosa y/o sexual de los asuntos que estos dos se traían con ellas.  Luis desde luego tuvo más vida en la casa y su concurso fue más allá en todos los sentidos que circunscribirse a su relación con la hawaiana; y al contrario que en la gala de su expulsión donde la Milá le tocó mas temas que ése, durante el debate sin embargo casi todo giró alrededor de Paula y la naturaleza del episodio carnal ocurrido entre ellos bajo las sábanas. 

    El torero, más incómodo que el jueves pasado y menos seguro en sus intervenciones a pesar de mantener sus exquisitos modales de siempre, estuvo todo el rato a la defensiva, hasta el punto que la entrevista rozó el absurdo cuando se trató el tema de la pluma y sobre todo cuando Paco, que aprovecha estas ocasiones para demostrarnos una y otra vez lo desnortado que sigue, le pidió al torero que confesase si llegó a tocar a la barcelonesa en sus partes pudendas. El asunto no dio más de sí y sólo nos queda cerrar el círculo cuando Paula salga y nos cuente de verdad su versión de los hechos. Claro que con todo lo que le queda por aclarar del tema Omar y sus consecuencias, esos jueguecillos “fraternales perversos” con Luis serán pecata minuta y no dará tiempo para todo. Así que ya veremos.

    Desde otro punto de vista, para bien o para mal, Luis es víctima de un tipo de educación determinada, a la antigua usanza para entendernos, con sus virtudes y defectos. Él mismo confesó a Paula que sólo había tenido una pareja de verdad, su ex novia, y que le preocupaba cómo ella vería y estaría juzgando su conducta en la casa. Ha sido una constante en el concurso de Luis ese deseo de hacer bien las cosas tratando de responder a las expectativas de su entorno, de estar a la altura de su esmerada educación, tanto que a la vista de muchos espectadores parecía un poco reviejo y sus maneras podían sonar a rancio.  Al principio me hacía gracia el torero, el chico aquel que nos confesó la frase que su madre siempre le decía y que tiene como lema: La verdad sólo tiene un camino. Aquel concursante interesado en hablar con todo el mundo en la casa, y que al contrario que su apoderado, al que enseguida se le vio la patita, parecía desconectar de su compañero e intentaba disfrutar del programa con ganas e ilusión a pesar de querer aleccionar desde su código moral en ocasiones a unos y a otros. 

    Al final su deseo de dejarse llevar por la experiencia se cumplió con creces pegado a una concursante diametralmente opuesta en tantas cosas a su forma de ver la vida como Paula.  Precisamente todo cambió cuando se erigió en salvador y redentor de la chica abandonada y vilipendiada cual caballero andante al rescate de una dama en apuros, sin importarle su pasado ni su reputación.  Luis intentó y procuró manejar el timón de su propia nave en numerosas ocasiones, pero el día que decidió unir su concurso al ciclón de la hawaiana perdió en gran parte el mando de su destino; y cuando parecía que podía remontar e incluso acercarse a las puertas de la final por sus propios méritos se convirtió en la víctima propiciatoria de la guerra abierta en el exterior entre paulistas y seguidores fieles de las primas.  

    La entrevista de Juanma se convirtió casi en un monotema centrado en Tarifa y New York, las dos claves que utilizaron él y Azahara para identificarse entre ellos según acabó confirmando en el plató; una batería de preguntas intentando sonsacar al primo la verdad de esa relación y si lo que había entre los dos dentro de la casa era lo que nos parecía a casi todos desde fuera, un enamoramiento a fuego lento y contenido pero real al fin y al cabo. Sin perder la serenidad, salvo alguna pequeña traición en el brillo de sus ojos ante la contundencia de los vídeos encadenados que le pusieron, el primo mantuvo el pulso contra todo y contra todos negando la mayor ante la evidencia de imágenes repletas de miradas, abrazos y gestos más elocuentes que si se acostaran juntos y follasen en directo.  

    El primo barbudo aguantó el tipo escondiéndose ante nosotros de la misma forma que lo hizo durante todo el concurso, incapaz de despegarse del terreno tramposo de un concepto tan elástico como la amistad que sorprendentemente lo explica todo para él. Un discurso que remató asegurando con cinismo, cuando los colaboradores lo pusieron entre la espada y la pared, que "Aza no le llama sexualmente". Una manera fina y decepcionante de amagar siguiendo curiosamente una estrategia similar a la de su primo el gurrumino con Yoli. Es decir marear la perdiz y aprovecharse de la situación para su propio beneficio mientras se pueda. 

     No sabemos cómo se tomará la rubia malagueña después de todo lo vivido esta falta de definición de Juanma cuando salga de la casa, y más aún unas declaraciones tan desdeñosas con ella afirmando su falta de deseo. Tal vez mantenga la misma actitud distante que él, o peor, pero dentro de ese cuidado que mantuvieron los dos en Guadalix de no molestar a las personas que esperaban fuera (aunque es más doloroso lo suyo que un polvo sin más) ella fue siempre más explícita que él respecto a lo que ocurría entre ellos.  Sus frases aparentemente sinceras mostraban a las claras que se le estaban rompiendo los esquemas por momentos cuando le daba las “gracias por existir” al primo o le decía que él era imprescindible para ella en la casa. Juanma sin embargo, además de estar ahí omnipresente a su lado, jamás se dejó llevar más allá de lo correcto y sus respuestas siempre vagas y sin concreción se quedaban como mucho en un “sabes, el destino está en manos de los dos”. Y de los espectadores, claro.

    Con los que quedan dentro y visto lo visto, lo mejor que le podía pasar a esta edición es que se convirtiese en una final femenina a cuatro. Sería la única de la historia en España sin hombres si no me falla la memoria. Contando con que Paula es finalista segura ni que decir tiene que prefiero en todo caso que se queden las dos primas y ya después que la gente concentre el voto entre las dos como le dé la real gana. A los que quiero fuera sí o sí es a Jonathan y sobre todo a Hugo.  Al primero porque llegó demasiado lejos entre borregadas y viviendo como parásito, aunque parezca lo contrario, de Yoli.  La prima rubia está dispuesta a morir con su error a cuestas y todas sus consecuencias, una dedicación que él aprovecha sin concesiones para seguir vivo en el concurso lo mismo que los pulmones necesitan el aire para respirar. Una entrega suicida y obcecada, una huida hacia delante en la que ella está dispuesta a lo que sea por él – “antes de hacerte daño me lo hago yo”, le dijo – que estos días se hace más patente teniendo en cuenta que Joni debe tomar sus propias decisiones sin contar con la aprobación de su primo.

    Hugo es otra historia, su actitud y su forma de concursar me ha parecido totalmente mezquina. Tal vez son los años que tiene pero como siempre dije en casos parecidos de ediciones anteriores, si con dieciocho años y una cabra tiene la edad suficiente y legal para estar ahí con las mismas posibilidades que los demás de llevarse el maletín, lo mismo vale para llevar las del pulpo si se las merece. Y mi paisano las merece y mucho.

    Ahora mismo la dirección del programa intenta como puede entretener a los quedan en la casa con jueguecitos más o menos divertidos e infantiles tipo campamento de verano. O les ponen una pasarela con ex concursantes desfilando con la ropa que deberían elegir para ponerse en la final. Nueve días interminables con una etapa intermedia este jueves en los que salen a relucir viejos roces y nuevos movimientos ante la cercanía del maletín.

   A estas alturas del programa se trata de saber qué concursante es el verdadero “pata negra” de GH 15. Aquél que debería llegar hasta el final, hasta el último minuto y llevarse el premio con todo merecimiento. De alguna manera la visión de ese jamón interminable que todavía conservaban estos días en la casa colocado en su tabla, sólo un hueso mondo y lirondo con cuatro jirones de tocino duro y correoso, se convirtió para mí en la alegoría de ese concursante que todos queremos y buscamos entregado por completo al programa para mostrarnos sin engaños lo mejor y lo peor.  Ese concursante imprescindible del que hemos disfrutado cada loncha deliciosa de su concurso después de apartar y desechar la piel y la grasa superflua hasta encontrar su verdadera esencia. Ese concursante al que hemos acompañado poco a poco hasta sus últimas consecuencias con grandes dosis de ilusión y alguna pizca de desencanto. El concursante auténtico que siempre nos ofrece lo mejor de sí mismo sin sucedáneos. Nuestro pata negra.

Forastero marulo