1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

sábado, 1 de noviembre de 2014

DETRÁS DEL VELO

   Después de la expulsión de Shami es difícil enfrentar una entrada como ésta, no tanto porque no tenga claro qué decir y cómo tratar el asunto, como por el cúmulo de ideas atropelladas y confusas que se me agolparon en la cabeza al verla en el plató sentada ante Mercedes durante la gala, agobiada por las cámaras y el lucerío, parapetada detrás de ese velo omnipresente y opresivo en lo físico y lo mental, como un lastre inmenso desde nuestra óptica occidental y nuestros prejuicios. Un símbolo que significa tantas cosas contradictorias trazando una barrera invisible y poderosa entre dos formas de percibir el mundo. 

    El caso es que al verla allí, nerviosa como un perrillo solitario y callejero de espíritu libre, pero siempre a la defensiva por miedo a ser reprendido y apaleado por sus amos o por cualquiera; observando de reojo con temor como la censuraban unos y otros  simplemente por ser como es, aunque ella sabe, y nosotros sabemos, que su concurso ha estado lleno de cosas inadecuadas con intención de sacar de quicio a tirios y troyanos. Una concursante con la obsesión por vivir a tope como una potrilla joven y desbocada una experiencia única. Con un ímpetu indomable que está en su naturaleza salvaje y en la fuerza de sus dieciocho años.  Una habibi con tantas versiones diferentes y arrolladoras de sí misma que al final suponen las dos caras contrapuestas de una misma moneda.  Una energía infinita difícil de canalizar dentro de esas ropas y ese velo, que la constriñen física y a veces, sólo a veces, mentalmente, como una fiera enjaulada que sólo piensa en romper sus cadenas y huir de todo; de nosotros, de sí misma y del mundo del que viene y limita sus horizontes y sus sueños.  La frase que dijo la semana pasada en un momento de desesperación por las nominaciones indica lo que pretendo decir: "No me veo con fuerzas para luchar con el mundo entero".  
    Shami, con todos sus claroscuros, ha sido un regalo inmenso para un programa como el nuestro, hasta el punto de que si ella no existiese habría que inventarla. No sé los demás, pero sé que voy a echarla de menos a pesar de que a veces me desesperaba por su capacidad inagotable de tocar las narices, por su malicia deliberada con intención casi siempre de meter el dedo donde más dolía hurgando en las heridas y miserias de los demás. Cuando ella aparecía en escena en nuestras pantallas, y así durante esos cuarenta y tres días en la casa, siempre ocurría algo inesperado: una provocación gratuita, una pregunta impertinente, un gesto simpático y divertido, y sobre todo frases y expresiones estupendas y espontáneas. Intervenciones maravillosas que reflejan su personalidad guerrera o su vena divertida y única aferrada a veces a ese tambor que rompía la cabeza a sus compañeros y también a nosotros. La última, genial, que me hizo reír y aplaudir con ganas cuando contestó cantando en ese tono burlesco suyo tan característico a Juanmael día que el primo por el que ella siente una predilección especial tenía la prueba de preguntar cantando a todos los comapañeros en un tiempo limitado cuál era su comida preferida. Uno a uno fueron contestando, cantando también, hasta que le preguntó a Shaima y ella le espetó: ♫Mi comida preferida eres tú♫. Durante la misma gala cuando la puerta de Gran Hermano se abrió para recibirla, en medio del revuelo, un cámara tropezó, se fue al suelo y se dio un buen leñazo. Era la noche de la expulsión de Shami y lo raro es que no pasase nada. ¿Una premonición?. Tal vez.
     Con ella vivimos una amalgama de sensaciones al visualizar y recordar uno a uno los fotogramas inolvidables y únicos de su paso por GH.  Una mujer hiperactiva, cotilla, metomentodo, vaga, animadora cariñosa e incansable, provocadora, divertida, desesperante, correveidile, teatrera, soñadora impenitente, verborreica, tantas y tantas cosas que nos ofreció en su paso por la casa que quedarán para siempre en la historia del programa.  Además nos ha regalado una de las perlas impagables para un programa que tanto amamos y también nos desespera, la capacidad de ver y conocer a través de sus ojos y sus desternillantes entrevistas de inspectora Shaima aspectos de sus compañeros que sin sus impertinentes y geniales intervenciones jamás tendríamos la oportunidad de conocer. Es verdad que muchas veces sobrepasó el límite de la discreción llegando a extremos de puro atrevimiento imprudente; por eso ahora mismo está en la calle y pagó con creces su impertinencia y constante indiscreción. La acusación de una durísima Maika durante la gala calificándola de "metemierda" concuerda con la visión de una parte significativa de la audiencia que decidió expulsarla.  De cualquier forma para los amantes del programa una concursante como ella es oro puro. Algo innegable.

    Aparte de lo que fue su concurso en sí, tengo la impresión que a través de su decisión valiente muchas chicas musulmanas se vieron reflejadas de alguna forma en Shami viviendo el sueño inconfesable y prohibido de estar ahí, en la casa de Guadalix, compartiendo el mismo sueño que también comparten otros millones de españoles y españolas. Ella tuvo el valor y los arrestos de enfrentarse a su mundo para hacerlo realidad, y a través de Shami vivieron tal vez esa fantasía inalcanzable.  A lo mejor no les gustó su forma de hacerlo, o simplemente no conectaron con ella como concursante, con la persona que en realidad había detrás del velo, que al final es verdaderamente lo que importa.  Detrás de la diferente vestimenta, del origen social, de la raza o la religión sólo hay personas de carne y hueso y no hay diferencias; solamente seres humanos con sus virtudes y carencias que al final comparten los mismos anhelos, los mismos sueños y las mismas emociones. La única verdad con la que debemos quedarnos.
    Al final se quedaron Alejandra y Paula.  La prima volvió feliz y tranquila tras superar el reto de estar en la palestra después de la semana “horribilis” que vivió llevando palos por todos los lados en el centro de la polémica, entre ellos los encontronazos con Paula por un comentario “chorras” por el tema del pelo. La bronca con la hawaiana viene de lejos, tiene largo recorrido, y como el río Guadiana aparece y desaparece en función de las circunstancias y cuando uno menos se lo espera.  En esta guerra contra la prima ha logrado ganar para la causa a Luis, por supuesto, y también a Hugo, que cada vez más mezquino larga y raja lo que quiere sin control aunque luego a la hora de la verdad recoge velas y si te he visto no me acuerdo.  

   Luis, con todo lo que prometía, en paralelo con su compañero Fran, aunque en guerras diferentes y a veces enfrentadas, sigue su carrera para convertirse en el concursante con más puntos en el casillero al premio a la ridiculez de esta edición.  Ese intento de terapia de conducta con la pretensión de reeducar a Alejandra, resultó tan pomposo, artificial y falto de oportunidad que se descalifica por sí mismo.  Aunque le concedo al torero el beneficio de la duda el asunto no hay por donde cogerlo, sobre todo porque vino después de poner a la prima de vuelta y media tras enfadarse con ella, ofendido en su virilidad, cuando Alejandra se negó a luchar con Shaima en un juego que se traían y propuso medio en broma que fuese Luis quién pelease con la habibi argumentando que él era como una chica.  Ella, que la verdad muy diplomática no es, lo dijo por aquello de la poca corpulencia del torero pero la bronca estaba servida y él se ofendió con el comentario de Alejandra en vez de tomárselo con humor y salir por la tangente, que era lo que correspondía. Alguien debería decirle que con reacciones exageradas de enfado y ultraje tan fuera de lugar como la suya, sobre todo después de ver como le gusta al hombre disfrazarse de mujer, lo único que consigue, sabiendo como sabemos que de ese pie el chico no cojea, es que su imagen siga bajando enteros ante la audiencia.

   La prima, curiosamente, a medida que se aleja de los amigos de PaulaLuis y Hugo, - la chupipandi de trillizos hawaianos - con los que antes mantenía una buena relación, recibe ahora la comprensión y el apoyo, quién nos lo iba a decir hace un mes, de Vitín y Omar. Sí, de Omar, el mundo al revés. Alejandra también tuvo que soportar la mala uva de Fran, que encajó fatal que la prima lo eligiese a él para llenarle la cara de pinzas en una de las pruebas de la semana que le encomendaron tras coger el teléfono. El hombre tuvo que deambular por la casa como un monstruo de Hellraiser con una mirada torva que prometía venganza y tormentos infinitos a la prima en cuanto tuviese la mínima oportunidad. Menos mal que las primas esta semana han conseguido la inmunidad.  Otra vez Yoli lista y rápida como siempre encontró la calabaza escondida por Luján Argüelles, y así privó al resto los concursantes, excepto los primos que suelen apoyarlas, de volver a usarlas de comodín fácil y nominarlas como acostumbran. Sin ellas como diana fácil para darles los puntos, las nominaciones fueron un despropósito y salieron Luis, Jonathan y Loli.  Menos Jonathan, porque no quiero que sufra mi Yoli, esa es la verdad - ya estoy hablando como la Mila cuando se refiere a la prima - no tengo muy claro quién quiero que se vaya entre los otros dos.   

     El torero se merece estar en la palestra por dejarse arrastrar por el histrionismo de Paula y por esos aires de caballero andante que se gasta intentando dar clases de educación a todo cuanto descarriado se encuentra por la casa.  Pena que no aprendiese nada de las clases de seducción de Paco aquellos primeros días del concurso porque el hombre se muestra torpe en estos temas y no sé muy bien a qué juega con esa relación ambivalente que lleva con Paula y que ella utiliza con tan bien para lo suyo.  Un asunto que puede convertirse en amarga condena por la posibilidad además de pagar los platos rotos de su compañero el apoderado ante la audiencia. En el fondo quiero continúe aunque sólo sea para ver hasta donde llega su incompetencia en estos asuntos, algo que aprovecha por cierto muy bien su compañero Fran, que no puede ocultar la cara de satisfacción al verse librado esta semana de la nominación, consciente de que si estuviera en la palestra no lo libraba nada ni nadie de la expulsión. 
     Loli, por la lógica del concurso es la que debería irse la semana que viene, pero me cuesta considerar esta posibilidad porque le tengo un afecto especial. Será por lo de pitonisa, no sé y porque es como el pegamento que aún le da cierta estabilidad a los cimientos emocionales y funcionales de la convivencia de la casa aunque nosotros no lo detectemos del todo y ella vaya por libre. El hecho de que unos cuantos concursantes le llamen mami resulta muy significativo en este sentido.  A lo mejor su marcha sería lo mejor para que la casa estallase por fin de forma definitiva, pero tal vez es todavía demasiado prematuro. En fin, lo que la audiencia decida bien estará.

   Por cierto, hoy no pienso hablar del viaje a Tarifa y a New York que ya tocará y quedan capítulos por escribir de esta historia y más ahora que vivirán de noche como muertos pegados a sus ataúdes.  Tampoco voy a comentar nada de la gala, ni del notario ni de manipulaciones, ni de cómo llevó la cosa Mercedes. Hoy no.  Sigo en proceso de meditación y continúo con la promesa de no enfadarme con casi nada. ¡Ohmmmmmmm!

Forastero marulo

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