En la gala transcendental de ayer, si obviamos a “ese presentador” y nos
olvidamos de todo el pasteleo karpetero que no dejó tiempo, una vez más, para
realizar una entrevista en condiciones a Rebeca,
la concursante expulsada, ni para despedirse de sus compañeros de la
casa, me reconcilié por fin, aunque sólo sea un poco, con el dichoso invento
del club y sus diabólicas consecuencias. Una gala que me enganchó en primer
lugar gracias a algunos tramos del pasaje del terror de Halloween - no todos
-, que tiene siempre la virtud de despejar las posibles dudas sobre la
personalidad de los concursantes, descartando o confirmando, algunas de las
opiniones o ideas preconcebidas que hasta ese momento me había hecho de ellos.
En segundo lugar, por supuesto, gracias a las nominaciones gloriosas con el
golpe de mano contundente de Clara,
que casi siempre cumple lo que promete, subiendo directamente a la
palestra al genéticamente perfecto al conseguir entrar en el club por
azar después de encontrar ella, dentro del vaso que les sirvió Candelas disfrazada de monstruo, un ojo asqueroso que debía comerse. Y como guinda
del pastel, lo mejor de todo, la tremenda postgala que vivimos a continuación
con la gigantona madrileña, que lo es también de corazón y no sólo de tamaño o mala leche, poniendo
en su sitio al club barbadárico al completo si contamos como tercer
elemento adosado a la azafata a Pol de pulpo de compañía.
El de anoche fue uno de esos momentos que marcan y definen un concurso,
con la carta de presentación definitiva, por si alguien no se había enterado
todavía, de Clara como una auténtica concursante y candidata a ganar esta edición tan
controvertida, o por lo menos a disputarla; y que con su actuación decidida e incontestable puso las cartas
boca arriba encima de la mesa dejando empequeñecidos, y no hablo sólo de altura, a
todos los demás. A unos porque han aprendido por fin que donde las dan
las toman, enfrentándolos con argumentos y sin arrugarse ni un centímetro ante
la verdadera farsa de su concurso; algo muy evidente en el caso de Pol y de Adara,
porque Bárbara, noqueada y
desconocida, fregoteaba en silencio a su alrededor sin intervenir apenas en la
refriega y totalmente desconcertada, o eso parecía, después de constatarse que
ella era en gran parte la culpable de la situación al negarse a entrar en el
confesionario para nominar.
Y lo hizo de forma natural, alterándose lo justo teniendo en cuenta su
carácter impulsivo, controlando los tiempos y demostrando a la cara que se
puede jugar sin complejos con una estrategia tan lícita que ellos mismos la
habían usado anteriormente para subir al cuadro de nominados a algunos de sus
mejores amigos, por ejemplo a Montse,
a la que subieron a la palestra por dos veces consecutivas, con Pol de principal mentor de la
propuesta, cuando la granjea no tenía casi puntos en su casillero. A los otros,
los más tibios, también los ha puesto enfrente de su concurso obligando a cada
uno de ellos a tomar postura después de su radical decisión, o por lo menos a tener que dar expliaciones. Ayer mismo de
madrugada, mientras esperaba en el jardín para entrar en el confesionario, algo
nerviosa, recriminaba de forma adecuada a Alain por su postura de no tocar a Bárbara después de que la alicantina y la
azafata disparasen contra él, tratándolo de ladrón de comida y falso, justo la
semana de su nominación con una de ellas.
También me alegro por acertar cuando afirmé, en la entrada del
blog posterior a la expulsión de Fernando,
que la marcha de su amigo era lo mejor que le podía pasar a Clara.
Para mí era una evidencia que sin él dentro de la casa ella se encontraría más
liberada, hasta el punto de que ahora mismo, sin el lastre emocional de su
presencia, se está demostrando de manera incuestionable su madera de líder. Una
posición que ya nadie le discute, esté o no de su lado. Se trata de una persona con un temperamento complicado,
levantisco, pasional y que a veces le pierde la boca pero que no tiene problema
alguno para pedir disculpas si es necesario.
Ya se puede reír el personal lo que quiera con
lo que voy a decir a continuación pero lo digo completamente en serio; porque
tengo cierta edad, alguna experiencia calando a las personas y soy de los que
hice todavía la mili sin que se me cayeran los anillos, por eso digo que en un
caso hipotético de guerra, o en medio de un combate, me gustaría tener a una
persona como ella de teniente o capitana de mi compañía, porque lo tiene todo:
decisión, valentía, visión estratégica, autoridad innata y sé que se
ocuparía de cuidar a los soldados bajo su mando evitando siempre que fuese posible
bajas innecesarias en su equipo. Y si no pudiese conseguirlo por las circunstancias
que fuesen jamás renegaría de sus responsabilidades. Por todas esas
razones ahora mismo sólo espero que no vuelva el gaditano con la repesca
y este formidable golpe de timón que ella ha propiciado en la casa, y que estamos
viviendo muchos espectadores con cierta
esperanza y una pizca de ilusión justo en el ecuador del concurso, no se
malogre.
En conclusión, si tenía algún tipo de duda con Clara a la hora de subirla definitivamente como posible favorita por culpa de sus formas excesivas y su presencia avasalladora en los enfrentamientos y discusiones, con algún que otro comentario extemporáneo o fuera de lugar, ayer se me aclaró del todo. Logró incluso mantener su tono de voz dentro de unos límites razonables y aunque Adara intentó sacarla de sus casillas por todos los medios posibles, Clara no entró a su juego muy consciente de que ayer noche era ella quién tenía las riendas y no pensaba soltarlas aunque sólo fuese durante unas pocas horas. Fue una imagen impagable asistir al espectáculo de ver a Pol con cara de reventado implicándose por primera vez en el cuerpo a cuerpo y bajando al barro de verdad por fin al ver su culo en peligro, como muy bien se lo hizo ver ella de forma magistral, y comprobar al mismo tiempo la reacción desesperada de su “novia” ante el escenario que ésta más temía, con los tres nominados - Bárbara, su cuchufleto y ella -, intentando desarmar a Clara con su pobre y repetitivo argumentario de siempre. Por primera vez comprendió, con la impotencia de una princesita caprichosa y consentida acostumbrada a hacerse casi siempre con la suya, que se había encontrado con la horma de su zapato.
En conclusión, si tenía algún tipo de duda con Clara a la hora de subirla definitivamente como posible favorita por culpa de sus formas excesivas y su presencia avasalladora en los enfrentamientos y discusiones, con algún que otro comentario extemporáneo o fuera de lugar, ayer se me aclaró del todo. Logró incluso mantener su tono de voz dentro de unos límites razonables y aunque Adara intentó sacarla de sus casillas por todos los medios posibles, Clara no entró a su juego muy consciente de que ayer noche era ella quién tenía las riendas y no pensaba soltarlas aunque sólo fuese durante unas pocas horas. Fue una imagen impagable asistir al espectáculo de ver a Pol con cara de reventado implicándose por primera vez en el cuerpo a cuerpo y bajando al barro de verdad por fin al ver su culo en peligro, como muy bien se lo hizo ver ella de forma magistral, y comprobar al mismo tiempo la reacción desesperada de su “novia” ante el escenario que ésta más temía, con los tres nominados - Bárbara, su cuchufleto y ella -, intentando desarmar a Clara con su pobre y repetitivo argumentario de siempre. Por primera vez comprendió, con la impotencia de una princesita caprichosa y consentida acostumbrada a hacerse casi siempre con la suya, que se había encontrado con la horma de su zapato.
El cuadro se cerraba, como comenté antes,
con Bárbara en modo “of” durante un largo rato ejerciendo de simple
espectadora y sospechosamente desactivada después de tanto tiempo llevando la
voz cantante (luego hablaré de ella, otra vez), mientras los dos tortolitos
haciendo frente común y unidos por primera vez en una guerra abierta, al ver que
no podían con Clara viraron de
objetivo y al alimón intentaron descargar su rabia y su frustración contra
la naranjita y Miguel; los dos cooperantes necesarios
en el club para que la gran capitana tomase el mando definitivo. Estos
aguantaron peor el ataque y Bea,
intentando desviar responsabilidades, decidió ponerse de perfil como si se le
hubiese contagiado parte de la parsimonia y la frialdad de su Rodri, que poco a poco está haciendo de
cine su trabajo de Pigmalión con
ella. Miguel, sin embargo, estuvo
más rápido y optó por justificar su claudicación con razones compensatorias,
argumentando que ellos harían lo mismo si estuviesen en el club y hubiesen
tenido la oportunidad de subir a Clara,
sin tener en cuenta que era su amiga y gran apoyo en la casa. Aunque sus
disculpas fueron poco convincentes y nosotros vimos en directo su cara de desolación, real
o simulada, en el club como anticipando la que se le venía encima después de
dejar las manos libres a Clara para
que pudiese sacar a rastras de la cueva adárica al genéticamente perfecto y
exponerlo a juicio del público, añadió además como disculpa que él ya sabía que
los tres pensaban calzarle los tres puntos a su amiga después de escuchar como se ponían de acuerdo en la habitación, y que si Clara
no salió nominada con ellos, concluyó, fue por culpa de Bárbara que no “quiso” entrar en el confesionario a nominar tal
como lo vieron desde el club.
La noche dio para muchísimas
cosas, por ejemplo para analizar cómo cruzaron el recorrido del terror cada uno
de los concursantes y sacar las conclusiones que menciono al principio de la
entrada. Pol, como no podía ser de
otra manera, resultó tan ridículo y sobrado que pareció una justicia divina el hostión que se dio a mitad de recorrido por hacerse el machote, hasta el punto que el propio súper
acabó vacilándolo con referencias irónicas a su genética perfecta. Adara
pasó miedo, no lo dudo, pero estuvo tan sobreactuada que no sé cómo pude pensar
en algún momento que lo haría de otra manera. La naranjita, en su estilo, devolviendo
galletas con ganas y casi desgracia de nuevo a mi Montse disfrazada de payaso terrorífico.
Con doña virtudes aún ahora que escribo esto tengo muy mala
conciencia y lo reconozco, mea culpa, por reírme de lo lindo e incluso a
carcajadas; porque hubo un momento en que resultó un pelín cruel, además de cómico, ver correr a la pobre Noelia desmelenada y despavorida, con las rodillas
ensangrentadas y subida a esos tacones imposibles que le impedían avanzar perseguida
por una multitud de zombis y vampiros.
Al final nos dejó un par de frases para la historia del concurso cuando ya estaba a salvo
en el confesionario y nos reveló que “tenía nata hasta
en el chocho” de tan pringada que estaba, y al verse con las rodillas chorreando sangre, abrió los brazos en
cruz y gritó, con gracia la verdad, que “parecía Jesucristo. Lo que no acabo de entender es cómo, sabiendo lo
que hay, todavía se les ocurre a las chicas presentarse a la gala del terror, un
año sí y otro también, totalmente emperifolladas y con unos tacones de quince
centímetros. Rodrigo, también muy en su línea,
pasó el asunto como un mero trámite, de tal manera que al final solo le faltó
que alguien le sellase el documento perceptivo y oficial de haberse presentado al evento. La idea de que Alain y Meri, al ser los
últimos, pasasen juntos entre la horda de monstruos no tengo muy claro que fuese por un guiño carpetero de cara a la galería, o simplemente se tratase de un cambio de guión de última hora por falta de tiempo como
en años anteriores. O por la dos cosas. Eso sí, la pantera catalana, que de miedica tiene lo justo,
aprovechó la coyuntura para apretarse al máximo al franchute.
Para el final dejo a propósito a las dos hembras alfa del concurso. Clara completó el paseo del terror, divertida y cómplice, disfrutando al máximo con el juego y muy en consonancia con su manera desenfadada y campechana de hacer las cosas. Todo lo contrario que Bárbara, que empezó el recorrido con mucha intensidad y justo a mitad de camino se desmoronó sin explicación aparente. El bloqueo ocurrió cuando tuvo que entrar en el segundo túnel y llegó a su momento álgido cuando apareció el psicópata de la motosierra. No he leído ni he visto todavía si ella ha dado alguna explicación convincente sobre lo que le ocurrió. Quiero pensar que se pilló un mosqueo tremendo cuando se dio cuenta de que sangraba por las rodillas, igual que Noelia, al rozárselas cruzando el túnel a toda velocidad, y a partir de ese hecho puntual cambió su humor. Imagino que algo tuvo que pasar por su cabeza, un miedo real o alguna fobia, o simplemente decidió escenificar un drama exagerado de cara a las cámaras para no entrar en el confesionario a nominar con un objetivo que ahora mismo se nos escapa. Ella después, de madrugada, confesó a su amiga que pensó en todo momento que la dejarían nominar más tarde. No sé, habrá quien piense que todo fue real y no pudo soportar un miedo insuperable. Todo es posible pero me cuesta mucho creerlo y más tratándose de Bárbara.
En cualquier caso comienza como dije una nueva etapa y la resolución de la dichosa repesca puede dar un giro radical al concurso. Un cambio que no siempre tiene que ser positivo. Ni mucho menos.
Para el final dejo a propósito a las dos hembras alfa del concurso. Clara completó el paseo del terror, divertida y cómplice, disfrutando al máximo con el juego y muy en consonancia con su manera desenfadada y campechana de hacer las cosas. Todo lo contrario que Bárbara, que empezó el recorrido con mucha intensidad y justo a mitad de camino se desmoronó sin explicación aparente. El bloqueo ocurrió cuando tuvo que entrar en el segundo túnel y llegó a su momento álgido cuando apareció el psicópata de la motosierra. No he leído ni he visto todavía si ella ha dado alguna explicación convincente sobre lo que le ocurrió. Quiero pensar que se pilló un mosqueo tremendo cuando se dio cuenta de que sangraba por las rodillas, igual que Noelia, al rozárselas cruzando el túnel a toda velocidad, y a partir de ese hecho puntual cambió su humor. Imagino que algo tuvo que pasar por su cabeza, un miedo real o alguna fobia, o simplemente decidió escenificar un drama exagerado de cara a las cámaras para no entrar en el confesionario a nominar con un objetivo que ahora mismo se nos escapa. Ella después, de madrugada, confesó a su amiga que pensó en todo momento que la dejarían nominar más tarde. No sé, habrá quien piense que todo fue real y no pudo soportar un miedo insuperable. Todo es posible pero me cuesta mucho creerlo y más tratándose de Bárbara.
En cualquier caso comienza como dije una nueva etapa y la resolución de la dichosa repesca puede dar un giro radical al concurso. Un cambio que no siempre tiene que ser positivo. Ni mucho menos.
Forastero marulo