Entro al toro, es decir a Paco, el primer expulsado de este año por desgracia, y lo hago de forma indirecta a través de Luis, el torero, que es quién mejor leyó las cosas de un concursante que llegó hasta Guadalix acompañando a Shaima para explicarnos a todos, entre otras cosas, los trucos infalibles que debe conocer un hombre para hacer feliz a una mujer en la cama. Confieso que tomé apuntes con más interés que el torero porque la verdad uno nunca sabe cuando va a necesitar de sus hilarantes pacoconsejos para salir triunfante y satisfecho de un encuentro amoroso. Otra cosa, juro que a partir de hoy, y no seré el único, no podré evitar fijarme de reojo en la cara de las señoras cuando se bajen del bus en cualquier parada de mi ciudad, y si descubro cualquier atisbo de sonrisa bobalicona o un arrobamiento extraño de felicidad en sus caras me preguntaré seguro si estaban en lo cierto o no esas amigas de Paco sobre la facultad orgásmica que tiene viajar para ellas en ese transporte público. Estoy que no duermo desde el domingo con la noticia.
Bueno, quería decir que Luis, a pesar de su juventud - 23 años nada más-, sin grandes estruendos ni alharacas, con inteligencia y saber estar, está consiguiendo poco a poco calar en la audiencia y también en sus compañeros; igual que el orballo, esa lluvia fina de mi tierra que sin uno darse cuenta lo empapa todo. La misma Azahara, condicionada por su estrecha visión animalista, se lamentaba de la dificultad que tiene para "odiarlo" al comprobar que es un tipo agradable y educado que se hace querer. El torero es la antítesis de Omar, que se ha centrado en lo suyo apostando todo a la carpeta infumable que se ha montado con la hawaiana; mientras que Luis, más que de matador chulesco y rancio que era lo que se esperaba, tiene aires de joven diplomático y reflexivo con educación y modales exquisitos
Bueno, quería decir que Luis, a pesar de su juventud - 23 años nada más-, sin grandes estruendos ni alharacas, con inteligencia y saber estar, está consiguiendo poco a poco calar en la audiencia y también en sus compañeros; igual que el orballo, esa lluvia fina de mi tierra que sin uno darse cuenta lo empapa todo. La misma Azahara, condicionada por su estrecha visión animalista, se lamentaba de la dificultad que tiene para "odiarlo" al comprobar que es un tipo agradable y educado que se hace querer. El torero es la antítesis de Omar, que se ha centrado en lo suyo apostando todo a la carpeta infumable que se ha montado con la hawaiana; mientras que Luis, más que de matador chulesco y rancio que era lo que se esperaba, tiene aires de joven diplomático y reflexivo con educación y modales exquisitos
Decidió raparse el pelo en una especie de rito de iniciación, un cambio radical, como el que abre una nueva etapa en su vida y rompe las cartas de su última enamorada después de un doloroso desengaño, o como el peregrino que quema sus ropas viejas intentando desprenderse de una etapa finiquitada buscando la purificación. Ahora ha empezado a jugar y todos los datos y conclusiones que ha estado acumulando estos días de paciente observación del territorio Guadalix se han materializado de pronto con la necesidad de actuar y cambiar de rumbo y Fran, su apoderado y mentor, para bien o para mal, se ha sumado a esta nueva etapa con entusiasmo, tanto que parece él quién lleva el timón en este viraje de rumbo. Decía en la entrada anterior, cuando estaba nominado, que era Fran el que me sobraba y aunque ahora mismo, acabado el recreo y tras el susto, ha dado un paso al frente para empezar a concursar, desde la perspectiva del concurso de Luis creo que es necesario que se vaya su apoderado, y no porque Fran sea un mal acompañante, todo lo contrario, sino para poder apreciar en toda su magnitud la evolución que se le supone al torero.
Fuera de la vista de los demás, en el confesionario, admitió compungido que estos días lo está pasando fatal por arrastrar a Hugo en las nominaciones por culpa de Azahara. Su declaración entre lágrimas respiraba autenticidad y además es el único que ha sentido de verdad la expulsión de Paco, él único que ha sabido ver la parte positiva y la cara amable de este verso libre que ha sido el taxista en Guadalix durante los diez días que ha aguantado dentro de la casa. El torero expuso ante el súper con sinceridad sus angustias y temores, y sobre todo cuáles son los principios por los que se rige en su comportamiento, aquellos que le enseñaron en su casa desde niño cuando nos recordó una frase de su madre que tiene como santo y seña para conducirse en la vida: La verdad sólo tiene un camino.
¡Que se lo digan al taxista!. No sé si la "verdad" tiene uno o varios caminos, pero lo que sí tengo claro es que se trata de un camino retorcido, con múltiples atajos, con baches y trampas que hay que sortear sin perder la dirección ni romperse los morros. Desgraciadamente para Paco, que creía tener todas las claves de cómo ganar este concurso, lo mismo que se vanagloriaba de llevarse a la cama al 90% de las mujeres que conoce, no supo tocar las teclas correctas para salvar el round más peligroso y difícil, que es siempre el primero. Cuando uno en GH se arriesga y juega fuerte para imponer sus dotes de seducción ante los espectadores debe tener muy en cuenta dónde está y porqué para no acabar noqueado y tumbado en la lona antes de tiempo. Y si no es así, simplemente debe dejarse llevar en alas del programa hasta donde éste le lleve. Si resumimos mucho, lo más triste es que al final fue barrido por unos simples planes de boda "chachi pirulis" y fantasiosos de una "pitiminí" como Paula. El taxista de los tangas de colores se sabía muy bien la letra de la canción, pacoconsejos incluidos, pero la música no pegaba ni con cola. Al final se pasó de frenada hasta el punto que ya casi nada podía evitar la colisión. No midió los tiempos y tocó muchos palos de fricción con demasiadas personas dentro la casa en tan pocos días, un periodo en que aún los estamos conociendo, y los espectadores suelen castigar en primer lugar a quién sale por peteneras; que por cierto en el concurso suelen ser mujeres como muy bien apuntó Mercedes.
En estas ocasiones uno debe saber muy bien el momento oportuno de colocar en el mercado su producto, que en este caso de GH se trata de postularse a uno mismo. No se trata sólo de cómo presentarlo y venderlo, ya se sabe, el márketing y todas esas caralladas de los economistas, sino que debemos tener claro a qué segmento de población se lo queremos endosar para tener éxito. Y también como dosificar luego la información y la gestión para que la presencia dure en el tiempo y no se convierta en flor de un día como le pasó a Paco.
Durante la gala del domingo, una vez más las redes ardían enfurecidas acusando al programa de tongo y amaño al comprobar como expulsaban a Paco y se salvaba Paula, tras comprobar en las encuestas que ella le llevaba cierta ventaja en los votos como candidata a la expulsión. La Milá se hizo eco de la crítica y nos recordó a todos con una templanza que hace tiempo que no le veía para estos temas, implicando a las familias y amigos presentes en la gala, que nada de nada porque ellos son escrupulosamente imparciales. Después de tantas ediciones no seré yo quién niegue la honradez de la casa amiga, faltaría más, pero no hace falta recurrir al fraude directo para que las votaciones de expulsión puedan verse cuestionadas, y orientadas ciertamente en la dirección que le interese al programa. Supongamos que durante toda la tarde del domingo, algo muy probable, las votaciones entre Paco y Paula estuviesen muy reñidas por una pequeña diferencia de votos, a una hora determinada el expulsado era él, y media hora tarde era ella. Quién nos asegura que el programa sin romper la legalidad, otra cosa es la cuestión moral, decide cortar las votaciones y cerrar los teléfonos justo en el momento en que la persona que menos interesa para el concurso está más cargada de votos. Otras veces cuando la cosa está muy pareja entre los dos, les interesa lo contrario: alargar la votación. Y nos ponen unos porcentajes ciegos para que los partidarios de menganito y fulanito sigan votando hasta el último momento.
También podríamos hablar de porqué en la gala del domingo no los juntaron a todos en la sala de las nominaciones, como se ha hecho tantas otras veces, para que fueran regresando a la casa uno a uno en orden inverso al número de votos, dejando para el final los dos con más votos para ser expulsados. No es difícil pensar que a la dirección de GH no le interesaba que tuviesen información dentro de la casa sobre quién está o no en peligro. En definitiva, que sin cometer fraude en el sentido estricto del término si que condicionan la dinámica del concurso manejando los entresijos de las nominaciones, y la información que sobre tema dan a los concursantes.
La gala, y me refiero en concreto a la entrevista que Mercedes le hizo a Paco, logró sacarme unas buenas sonrisas y que pasase un momento realmente divertido. Los dos acabaron conectando y toda la conversación resultó muy surrealista y recurrente alrededor del tema de sus lecciones de seducción. Contribuyeron a crear ambiente las geniales intervenciones de Juani, la madre del taxista, que sólo le faltó decir - ¡Anda pasa pa casa chaval que se enfría el cocido que te he preparado y deja de hacer el panoli que ya eres mu mayor pa estas cosas! . Lo cierto es que la buena señora disfrutó también con las chorradas cómplices que acabaron haciendo y comentando su hijo y Mercedes: que si la falta de pelos en el culo, que si sus amigas se excitan cuando viajan en autobús, que si el peto de látex de ella, y ya sólo faltó que el hombre nos hiciera allí, tan experto, el famoso "monólogo de la vagina".
Me gustó la tranquilidad cómo Paco abordó la despedida de la casa y sobre todo la determinación de no entrar al trapo con el tema de Shaima que le planteó Mercedes disculpando a su acompañante de ocasión en todo momento; y respecto a la carpeta que se tienen montada Omar y Paula, dijo lo que pensamos muchos, que no se cree la pareja, en concreto por parte de él. Es decir que él vio dentro lo mismo que muchos de nosotros vemos fuera. Al final, ante la pequeña provocación de la presentadora preguntándole si creía que su paso por Guadalix merecía un aplauso de parte del público, Paco no dudo y le contestó inmediatamente - Pues claro que sí, me merezco un aplauso - Una frase perfecta para cerrar este primer capítulo de GH 15. El plató entero le aplaudió y yo también, por supuesto.
Forastero Marulo