Ojalá pasé pronto este momento tan difícil que hace un mes ni siquiera imaginábamos. Un pasado que fue todavía ayer y que ahora mismo nos parece tan lejano. El paraíso perdido y secuestrado de las cosas gratis y sencillas que nos regalaba la vida: pasear, bailar, darse la mano, compartir y soñar juntos y revueltos la aventura de cada día.
Ojalá desaparezca este virus letal y odioso que roba de forma tan cruel la vida a nuestros mayores sin la posibilidad de despedirnos de ellos agarrando su mano para darles el último adiós.
Ojalá pronto, igual que hoy 20 de marzo, brote también la primavera en nuestros corazones y nuestra piel pueda reconocerse otra vez en la del otro con el lenguaje universal, íntimo y necesario de las caricias y los abrazos.
Mucho más pobres y arruinados todo esto pasará, seguro, pero ya nada será igual que antes cuando recobremos la libertad por fin el día que volvamos besarnos sin miedo.
Forastero marulo