1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

lunes, 31 de diciembre de 2012

CHAMPÁN Y FUEGOS ARTIFICIALES


    La noche de fin de año es un cúmulo de sensaciones sobre un decorado de imágenes y fiesta:  luces de neón y fuegos artificiales, petardos, matasuegras, litros de alcohol y mucho confeti... 

    Pero sobre todo es una larga madrugada que comienza a medianoche mientras me como las doce uvas con precisión de orfebre.  Una a una por cada campanada que marca el reloj de la Puerta del Sol de Madrid como si de esa exactitud dependiese mi vida y toda la suerte de un año nuevo que me espera.  Y también es, más que nunca, una copa de champán entrechocando otras copas con su tintineo chispeante de efervescencia engañosa. Un brindis con las personas que me rodean y acompañan esa noche en una conjunción unívoca de alegría y catarsis colectiva. Un sentimiento desatado, casi febril, que me emborracha de lúcida euforia, y aderezado, casi siempre, con unas gotas de punzante y densa melancolía que a veces lo empapa todo. Un relámpago de añoranza furtiva entre tanto alborozo por un tiempo que se fue y ya nunca volverá a ser. Con lo bueno y con lo malo.

    Una suerte de conjuro compartido con quién amas o aprecias, incluyendo a los que faltan pero están presentes igual a pesar de la distancia, para traspasar arropado esa línea imaginaria y convencional que marca las doce horas de la noche de cada 31 de diciembre. Un desvarío colectivo con la pretensión de aterrizar anestesiados y risueños en los brazos inciertos de un nuevo año que nos aguarda engalanado con su ración inquietante de sorpresas e ilusión. Un ritual universal para despedir algo que se acaba mientras celebramos con ansiedad disfrazada de buenos deseos y tantas promesas, que muy pronto olvidaremos, el inicio de otros 365 días sin saber muy bien qué palo de la baraja nos encontraremos en la alforja personal que llevamos para el camino.
    Y todo entre besos y abrazos. Esta noche es casi el único momento del año, salvo que te toque la lotería unos días antes, en que eres capaz de abrazar con efusividad a simples desconocidos, e incluso dar la mano sin rencor a aquellos que te odian o desprecian. Uno de los pocos días del año en que parece obligatorio sentirse bien, sonreír y divertirse a pesar de todo aunque lluevan chuzos de punta y vivamos entre ruinas.

    Ya sé que muchas cosas pueden resultar artificiosas y demasiado convencionales en un día como hoy pero a mí no me importa. Me gustan los rituales con todas sus contradicciones y salvo caso de fuerza mayor procuro disfrutarlos con dedicación, o por lo menos no amargar el momento a los que me rodean. Por eso esta noche intentaré ser uno más, entre millones, de los que despediré con ganas y alegría un año como éste (sobre todo como éste) esperando que el próximo sea mucho mejor.

    Por supuesto, el último día del año y con una edición más de Gran Hermano en la mochila, quiero transmitir mis mejores deseos a todos los que de alguna manera me habéis acompañado todo este tiempo en el blog. De forma especial a quienes habéis participado con vuestros comentarios y opiniones, pero también a todos aquellos que sólo nos visitaron y nos leen. 


    Para todos vosotros:  ¡Chin, chin y feliz Año Nuevo!   


PD: Hoy no diré nada de Gran Hermano, el motivo principal por el que existe este lugar y compartimos tantas cosas sobre este programa desde hace varios años. Tan sólo cumpliré lo prometido en la entrada anterior  poniendo la segunda parte del del vídeo homenaje a GH 13

Gran Hermano 13 en imágenes, segunda parte: una visión marula



Forastero Marulo
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miércoles, 19 de diciembre de 2012

SE ACERCA EL INVIERNO

    Se acerca el invierno y con él, en pleno 2013,  llegará GH 14 si los de Telecinco cumplen con su palabra.  De hecho el solsticio invernal ya está ahí, a la vuelta de la esquina, el 21 de diciembre, un par de días vamos, y lleva semanas anunciándose con sus temporales y el tiempo atmosférico revuelto como siempre por estas fechas. Pero además, el inminente comienzo de la estación fría del año nos tiene a todos más pendientes de sí llega o no el fin del mundo que de la Navidad, que era lo suyo y no esta agonía.  Una mediática espada de Damocles colgando sobre nuestras cabezas mientras esperamos si se cumple la dichosa profecía maya y todo este circo que tiene montado el ser humano, con nosotros dentro, se va de verdad  definitivamente a la mierda.  No caerá esa breva, claro, y tal como decíamos el año pasado en el blog por estas mismas fechas este jodido mundo seguirá girando, y no hago más que preguntarme quiénes son los listos que se están forrando con este asunto a cuenta de crédulos e incautos.

    De todos modos, para muchos la profecía sí que se ha cumplido, aunque sea a pequeña escala, y si no que se lo pregunten a los centenares de miles que se han quedado sin trabajo y a los que han visto volatizarse los ahorros de toda una vida engañados por la mala praxis de determinada banca con productos fraudulentos y una falta total de escrúpulos. O lo que es peor todavía, casi, que se lo pregunten a los que han perdido su casa embargada, el techo de su familia, y se han quedado además pagando durante años lo que les queda de hipoteca de una vivienda que ya no es suya engullidos por la gigantesca burbuja inmobiliaria. Millones de pequeñas apocalipsis caseras y personales que son las que realmente importan y de alguna manera acaban afectándonos a todos directa o indirectamente.

     En fin, que el mundo no se acabará en el sentido estricto de la palabra, seguro, pero sí podemos hablar de un invierno en el sentido más amplio del término. Una dura estación que nos afecta o afectará en casi todas las facetas de nuestra vida.  Millones de personas con todo congelado: nuestro dinero, nuestras ilusiones y tal vez nuestras esperanzas.

    "Se acerca el invierno".   Una frase que viene al pelo para lo nuestro y que hizo fortuna gracias a esa magnífica serie de novelas fantásticas de G.R.R Martin: Canción de hielo y fuego, y nos espera un largo camino hasta que los brotes verdes, esos de los que hablan tantos politicastros con ligereza, crezcan de verdad proclamando la primavera. El anticipo, esperemos, de un largo y cálido verano. Por fin.
    Me imagino que algunos estaréis pensando que me he despachado a gusto aprovechando la coyuntura pero es que necesitaba soltar lastre. Como todos supongo.  Es lo que tiene de positivo ser el administrador de esta casa marula. Y eso que no me enredo despotricando contra la miserable clase política que sufrimos (toda en general) aunque los que mandan ahora se están cubriendo de gloria y se llevan la palma.

    Bueno, a lo que iba, que llega el invierno y comenzará en febrero de 2013 la próxima edición de Gran Hermano en España (con permiso de las profecías mayas, por supuesto). Y con ésta ya van catorce ediciones, que se dice pronto. Espero que la casa de Guadalix, gracias a sus futuros habitantes, nos proporcione de forma generosa momentos de alegría y entretenimiento para sobrellevar mejor esta época aciaga que vivimos.  Claro que no todo será un camino de rosas, como siempre, que para nuestra desesperación el programa suele ponernos también a prueba con sus tejemanejes y desvaríos.

    No sé qué ánimos tendré entonces, dentro de un par de meses, para iniciar otra vez la aventura de comentar desde este blog una nueva edición de GH.  Ni siquiera estoy seguro a día de hoy si me pondré por la labor.  El tiempo y mis circunstancias lo dirán.  Pero lo que sí quiero con esta entrada es cerrar definitivamente GH 13.   Una edición que se desarrolló completamente durante este año tan especial a punto de terminar, y que desde mi punto de vista fue la mejor de todas hasta ahora .

    Durante varios meses intenté reflejar en el blog a lo largo de 42 entradas lo mejor que pude y supe mi personal visión de GH 13.  Una perspectiva en la que primó por supuesto la palabra escrita. Ahora, para cerrar el ciclo, pretendo dar primacía a la imagen mediante un vídeo construido con las instantáneas que logré capturar mientras duró el programa. Aquellas que me impactaron o sedujeron. De hecho, una parte imprtante de ellas salpican e ilustran cada una de esas entradas para complementar y resaltar lo escrito pero sin sustituir la palabra.   Al menos esa era mi intención

    Como no tengo mucha experiencia en esto me costó horrores descartar imágenes para el montaje definitivo, y eso a pesar de dejarme en el tintero casi tres cuartas partes del material que tenía. Aún así me di cuenta de que quedaba larguísimo por lo que decidí dividir el vídeo en dos partes.   Hoy publico la primera parte que va desde el comienzo de GH 13 hasta la expulsión de Noemí, uno de los momentos álgidos de la edición. Para otra entrada, a lo mejor en esta misma añadiéndolo más adelante, dejaré el vídeo de la segunda parte que va desde ese día hasta la gala final con la victoria de Pepe.

    Predominan los primeros planos, las miradas y los gestos congelados en el tiempo y evidentemente salen más aquéllos concursantes y situaciones que llamaron mi atención.  Al final se trata, en definitiva, de un homenaje a todos los concursantes de GH 13 sin excepción, porque sin ellos y su bendita locura de entrar en Guadalix para regalarnos una parte de sus vidas nada de esto sería posible.

Gran Hermano 13 en imágenes, primera parte: una visión marula.





Forastero marulo