Pepe Flores ha ganado el concurso, y
desde que salió de casa los halagos son generalizados escuchando casi tan
sólo coros angélicos alabando sus hazañas o sus encantos, mientras sus niñas
emocionadas se agarran a sus brazos con fruición adolescente e intentan abrazar ese torso despechugado que muestra en todo su esplendor. Además por fin la Milá con ese beso que ayer le arrebató en vivo y en directo ha constatado lo que todos sabíamos
desde hace tiempo: la evidencia de que era su favorito y se pirraba
por sus huesos.
Durante la entrevista que Mercedes le hizo en la primera gala de "la revuelta", ese tinglado que se han montado para exprimir al máximo la edición, Pepe parecía inquieto y expectante, como esperando una sorpresa en cualquier momento y pendiente de adivinar por dónde le lloverían los palos esa noche. Al final no fue nada, y en cuanto Mercedes le mostró efusiva y cariñosa su "amor" incondicional se relajó al fin dejándose llevar por la presentadora y luciendo al máximo su encantadora sonrisa muy a tono por cierto con su camisa floripondia y festiva. Y como ahora, supongo, se la trae al
pairo lo que digan o digamos algunos, y más con el maletín en la mano, la jugada de
llevarlo ayer de visita a la casa durante unas horas para que deshiciese entuertos y
arreglase no sé qué cuestiones pendientes desde la atalaya protectora de su premio me pareció un mamoneo de muy
señor mío. Él, con mucho sentido, ha decidido no participar en esta aventura de futuro incierto y poco estimulante. Algo que le honra. Así que felicidades y adiós
muy buenas.
Precisamente por todas estas cosas, y porque el bailaor no mea
colonia como dije por aquí un día, no estamos obligados a hacerle
todos la ola ni a aplaudirle incluso con las orejas. Por tanto, aún asumiendo su
justa victoria porque la audiencia soberana así lo quiso y éste es
el juego, no tiene porque librarse de las críticas correspondientes
por su cara bonita. Además, como bien decía Góngora “ande
yo caliente ríase la gente”. O lo que viene a ser lo mismo: con el maletín
en la mano lo que algunos opinemos, al bailaor se la resbala. Lógico. Así que fuera dramatismos por el hecho de que algunos no comulguemos
con la ruedas de su molino a pesar de tan flamante victoria (beso
de Merceditas incluido) y nos dediquemos a decir lo que realmente
pensamos del bailaor. Deduzco que si él es como realmente presume ser, un tipo auténtico, le
gustará la sinceridad en los demás aunque se le diga de todo menos
bonito.
No voy a continuar mucho con esto porque
tampoco tiene demasiado sentido reivindicar a estas alturas el derecho a convertirse en el reventado del año o lo que uno quiera ser. Lo que pretendo decir es que Pepe no tuvo miramientos para decir o
inventarse todo tipo de lindezas sobre los demás: cachoncur,
cómprate una Biblia, mariposa a punto de salir del armario, bufón,
etc. Pongo algunos ejemplos pero la lista sería interminable, ya que
él se despachó a gusto con mucha chispa y salero sacando a paseo y sin control su afilada media
lengua cuando le dio la real gana, o colocando sus pullas
desestabilizadoras cuando le interesó para lo suyo sin respetar
siquiera a los que consideraba sus intocables. Y que no se me diga que
lo hizo como defensa propia o que los aludidos se lo merecían justamente porque me entra una risa como la del pelma
de Dani y luego no tengo forma de pararla: ¡ak, ak ak, ak, ak, ak!.
Querría también aclarar alguna otra cosa
cuando hablo de prejuicios porque no quiero que se mal interpreten
algunas palabras de la entrada anterior. Sé perfectamente lo que es y lo que
no es Pepe y en mi descripción sobre su aspecto no hay segundas
intenciones aunque lo pueda parecer. Intenté simplemente ser sincero y no
esconder las sensaciones que me provocaban sus cosas. Sin más.
Vale, tiene un montón de virtudes y
cosas "chulas" que tanto han enamorado y encandilado a algunas. Pues a mí no y punto. Y
cómo en la mayoría de los blogs y foros se ensalza lo mejor del
ganador de GH 13, me pareció oportuno expresar en estas crónicas, aunque fuese como contrapartida y asumiendo que puedo
estar equivocado, una visión menos complaciente del bailaor. La mía desde luego y con esto acabo.
Ayer me tragué la gala de la revuelta
por curiosidad y porque tenía muchas ganas de ver a algunos
concursantes que para mí se fueron demasiado pronto durante el concurso. Tuve una
extraña sensación, como de irrealidad, con toda la parafernalia que nos montaron; en
particular ese graderío a modo de foro romano donde según entendí
deberán discutir y solucionar casi todo juntos y a la cara. Me
alegré de ver de nuevo a Ocho, Vero y a Marijoy dentro,
fundamentalmente a las dos primeras, las concursantes que más eché
de menos desde que las expulsaron. El problema es que el asunto no me engancha, al
menos no para escribir, y ya dije que el concurso como tal se
acabó para mí desde el momento en que Pepe Flores agarró el maletín y salió
corriendo a abrazar a Noemí en la calle.
A partir de hoy hago "mutis por el foro" (nunca mejor dicho) y recupero parte de
mi vida, todas las horas secuestradas por GH con mi consentimiento para volver a esas tareas que tenía medio
abandonadas. De todos modos no me arrepiento en absoluto del tiempo
dedicado a esta pasión por el concurso de GH a pesar de los momentos
complicados y difíciles que he pasado por seguir en la brecha
intentando mantener el blog abierto sin dejar de cumplir al tiempo con mis obligaciones. Misión cumplida.
Probablemente, al igual que el año
pasado, mientras esperamos GH 14 publicaré de vez en cuando alguna
que otra entrada para no perder el hábito y dar signos de vida. No
quiero resultar pesado ni repetirme pero ya sabéis que todo esto
sería imposible sin vuestra comprensión y presencia.
Biquiños y gracias de corazón por todo.
Forastero Marulo
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