La imagen que encabeza el blog es un cuadro de 1965 perteneciente a la colección Caixanova, y su autor es el pintor gallego surrealista Urbano Lugris. La obra representa las Islas Cíes y es uno de mis cuadros favoritos. Me gusta más que por la obra en sí, que también, porque representa de una forma original, un tanto naíf y con un punto de ensoñación estas maravillosas islas que presiden la entrada de la Ría de Vigo y que además constituyen el elemento principal del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.
Recuerdo que “Lexias”, una paisana mía que participaba en el Gato Encerrado, utilizó esta imagen como avatar asociado a su nick en sus intervenciones en el blog de Taxi (La taxista de Guadalix). Me hizo mucha ilusión comprobar que una de las imágenes que tengo guardada desde siempre entre mis favoritas también le gustaba a ella tanto como para convertirla en el icono que la identificase como bloguera.
Para todos los que somos de Vigo, de la ría o alrededores, la imagen de nuestras Islas, con sus increíbles playas (en el año 2006, un experto en estos temas del periódico The Guardian calificó a una de sus playas, la de Rodas, como la mejor del mundo) y sus hipnóticas puestas de sol, forma parte de nuestro paisaje sentimental y vital. Todos tenemos algo que contar, alguna historia personal que de una manera u otra nos vincula emocionalmente a ellas, a nuestras Cíes. La sensación salvaje de libertad en aquellos veranos, con esa mezcla inconfundible de sal, mar, azul, sol y naturaleza, está asociada a la experiencia iniciática de sentirlas y vivirlas, sobre todo cuando éramos jóvenes
Hoy, declaradas parque nacional, está todo más regulado y han ganado mucho en todos los aspectos. Por supuesto que con el nuevo status han perdido aquel ambiente de frontera libre y sin control del todo vale de otros tiempos, pero era la única manera de preservar un espacio único y mítico.
Sí algún día decidís venir por estas tierras, en este año con el Xacobeo y el Año Santo seguro que muchos se acercarán, no dejéis de visitarlas. Seguro que no os arrepentiréis.
Palabra de Marulo.
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