1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

jueves, 21 de septiembre de 2017

PANDEMÓNIUM GH 18 REVOLUTION

    
     Bueno, a estas horas debo confesar que apenas he visto nada de la gala de presentación del otro día ni podré seguir esta noche la primera gala después de una par de días de convivencia de los elegidos en la casa de Guadalix. Esa es la verdad. Podría decir que es porque no me entusiasma el tremendo pandemónium que nos tienen preparado en la edición en que nuestro concurso - ¿Es realmente nuestro a estas alturas? - cumple la mayoría de edad con su edición número dieciocho. También podría poner como excusa que el país está tan mal y hecho unos zorros que uno no está para según qué fantochadas nos quiera endilgar a las bravas telecirco. Pero la verdadera razón, sin quitar importancia a lo anterior, es que ando con muy poco tiempo e intento aprovechar los pocos días que he podido pillar de vacaciones en otros menesteres más lúdicos y productivos.  Resumiendo, que tengo en estos momentos otras prioridades y muy pocas ganas de ponerme al asunto ante el panorama tan poco atractivo que se nos presenta a priori.
    Aún por encima, como decimos los gallegos atentando gravemente contra la gramática, me encuentro a Jorge Javier Vázquez como maestro de ceremonias de semejante tinglado otro año más, con ese careto fundido en fondo negro de un escenario detrás del que espera un centenar de ansiosos aspirantes a ocupar una de las veinte plazas con derecho a concursar del GH Revolution de este año. Un rostro de apariencia inquisidora, y casi inquietante, como aquel del Gran Hermano que vigilaba de forma omnipresente y dictatorial a todos los habitantes Oceanía, el mundo terrible que Orwell describía en "1984", su famosa novela futurista y distópica. Una obra a la que nuestro concurso debe su título. En fin, un presentador con unas formas y un modo de actuar que augura la superación con creces de todos los despropósitos de la edición anterior. 

    Y sinceramente, me entra una pereza infinita pensando en empezar de nuevo con la sensación de que no podré soportarlo por demasiado tiempo. Ahora mismo no puedo ofrecer un análisis debidamente argumentado de esta desazón que me oprime ante el comienzo del programa; y para ser justos no tengo elementos de juicio suficientes porque no he visto, como dije, prácticamente nada del concurso ni de los concursantes.   Se trata de una simple intuición y poco más puedo decir. Por una vez en muchos años no puedo ofrecer, en la que debería ser la entrada de apertura de la edición, mis primeras impresiones cogidas a vuela pluma sobre los nuevos concursantes de este año como hago siempre.  Así que ya veremos si logro engancharme en cuanto mi vida personal vuelva a la normalidad y si el rechazo visceral que tengo hacia al presentador y sus formas no me lo impide de forma definitiva.

Forastero marulo