1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

sábado, 24 de diciembre de 2016

LA NOCHE MÁS HARDCORE

   
      Parecía que la noche prometía sosiego con un Jorge Javier que aparentaba un engañoso ánimo conciliador y la gala discurría con una premura inusitada, o a mí me lo parecía teniendo en cuenta el recuerdo sublimado de lo ocurrido en otras ediciones, pero todo se quedó en las apariencias cuando el presentador volvió a hacer de las suyas y logró una vez más, gracias a su torpeza y a la incapacidad de entender todavía a estas alturas el tipo de programa que tiene el privilegio inmerecido de presentar, que el gallinero de la grada se le alborotase siguiendo la dirección agria y bronca a que nos tienen acostumbrados desgraciadamente en esta edición.  Me voy a saltar los prolegómenos y si acaso mencionar, por lo que tuvieron de relleno sensiblero, los emotivos encuentros de los tres finalistas con algunos de sus familiares. El de Rodrigo con su padre, ese señor con aire antiguo y grave, como aquellos padres de los de antes: educado, ceremonioso y patriarcal. La naranjita con su yaya Carmen, revelándose en los segundos que duró ese abrazo tan compulsivo y vibrante con que la abordó hasta casi tirar con ella la importancia de lo que significa, con todas sus costuras e implicaciones educativas y emocionales, que una abuela tenga que ejercer de madre en unos tiempos tan difíciles y complicados como los actuales. Y por último Meri, que demostró en ese abrazo a la vez asfixiante, desesperado y tierno hasta la extenuación que le dio a su madre, mientras soltaba como una metralleta sus "te amo" y demás letanías que no había salido todavía del cascarón familiar a pesar de sus hechuras de pantera avasalladora y resuelta que nos mostró en su vídeo de presentación con Laura antes de entrar en el concurso.
 
    Salió en primer lugar el madrileño tal como esperábamos, y una vez en el plató la entrevista a Rodri fue como un bálsamo para todos, incluso para ése que presenta, que por una vez se dedicó a preguntar y no a emitir solamente juicios gratuitos incendiando al entrevistado y de paso, como una correa de trasmisión desbocada, propagar el fuego a gran parte de esa grada con unos concursantes acostumbrados a que los azucen sin piedad durante todo el concurso, lo mismo fuera que cuando estaban dentro de la casa, para alimentar desde la editorial que se ha marcado la dirección del programa a ese monstruo del que tanto hemos hablado y criticado, y que ha lastrado negativamente una edición que a priori se presentaba con unas perspectivas bastante halagüeñas teniendo en cuenta los concursantes elegidos. Un monstruo que todavía nos daría después los últimos coletazos con la entrada de Bea victoriosa en el plató cuando Jorge Javier fue incapaz de evitar los últimos aguijonazos a Clara, o subrayar el guión establecido enfrentando a la naranjita y a la pantera de Cornellá a todos sus desagradables desencuentros cuando se habían despedido amigablemente unos minutos antes en cuanto se supo que la chonija era la ganadora bajo un decorado azul estrellado y torpemente iluminado de la última noche de diciembre que les quedaba en la casa.

    Volviendo a la entrevista del madrileño, que no quiero adelantarme, el tercero en liza, me sorprendió gratamente descubrir que había acertado con el último retrato que había hecho de él en la entrada anterior.  Rodrigo confirmó con creces mi teoría de que, entre otras cosas, su participación en Gran Hermano supuso una especie de terapia personal para superar algunos traumas personales no resueltos, y que de alguna manera su paso por el concurso se convirtió además en un ajuste de cuentas particular con sus padres, y una de las victorias de esa lucha personal en la noche del jueves fue conseguir que su progenitor estuviese presente en la gala final y que por una vez en muchos años sus padres compartiesen juntos, orgullosos de su hijo, un momento tan importante y especial en su vida. Su participación en el programa, que imagino fue un órdago a lo grande para ellos, lo mismo que en su momento debió ser el hecho de tatuarse, se resolvió de manera positiva.  Ayer, creo, cerró definitivamente la herida, y se cobró esa cuenta pendiente que tenía con sus padres si tenemos en cuenta los gestos de satisfacción de Rodrigo. La tranquilidad que transmitía su sonrisa y las respuestas coherentes y equilibradas a las preguntas de Jorge Javier lo demostraban.  Me gustaría resaltar que la terapia no sólo funcionó con él sino también con su madre, porque doña Rosa probablemente se ha liberado de unas cuantas cosas ganándose el aprecio de la mayoría, incluso de los familiares de los pocos concursantes que habían tenido enfrentamientos con su hijo.
    Y al fin, además, como colofón de la noche, la victoria de Bea, su apuesta más arriesgada que a algunos todavía nos cuesta aceptar del todo en su credibilidad.  Una decisión en la que se reafirmó, su mirada lo delataba, mientras veía los vídeos tan ilustrativos de cómo se resolvió en las primeras semanas de concurso la cuadratura de los triángulos que formaron Pol, Adara, Bea y él. Era bastante evidente, me parece a mí, su satisfacción con todo lo ocurrido en contraste con el gesto de incomodidad de Adara ante las mismas imágenes de cómo evolucionó todo.  La naranjita y el genéticamente perfecto estaban resignados a ser segundo plato si los dos pijos predestinados a liarse en GH 17 no cuajaban, como así fue, pero creo que Bea sale ganando con diferencia respecto a Pol no sólo porque se lleva los 300.000 euros, sino porque Rodri podrá haberla condicionado, yo diría más bien reconducido, en algunos de sus comportamientos extremos y en su vocabulario, pero en lo fundamental no ha dejado ser ella misma a su lado; y a pesar de la diferencia de formación y origen entre ellos, él siempre le ha dado su lugar y están los dos en un mismo plano de igualdad, cosa que no ocurre según mi opinión entre Pol y Adara, porque el catalán se ha convertido en la sombra domesticada de la azafata y es incapaz de mirar ya a los demás compañeros sino es a través de la mirada y el tamiz de lo que opina su cuchufleta.

    Para una parte importante de la audiencia esta final ha resultado bastante descafeinada, pero al contrario de lo que se dice y se comenta por las redes creo que ha tenido más dosis de emoción de lo que confiesan algunos, sobre todo para todos aquellos que han vivido GH 17 como un guerra sorda sin cuartel entre dos concepciones enfrentadas del concurso, aunque lo digan con la boca pequeña, porque en realidad lo que se estaba jugando no era tanto quién se llevaba el maletín, que se ha convertido casi en algo secundario, sino dilucidar si al final ganaba Bea, la representante de la mugripandi (calificativo excesivo y para mí desacertado que los seguidores de Bárbara y Adara aplicaban a la mayoría del resto de la casa desde el día aquel aciago en que Rodrigo, torpe y corto de miras, convenció a varios de sus compañeros para ir al confesionario juntos y pedir a la audiencia que expulsasen a Bárbara por su actitud insoportable) o Meri, el último símbolo del club barbadárico, una pica en Flandes y digna sucesora del estilo egoísta, borde e incluso victimista (ella misma se auto proclamó "aguantavelas" oficial de la pareja la última semana) de las que fueron sus mentoras, particularmente la azafata.

   En definitiva, que la final no fue más que la resolución transferida en sus últimas representantes en la casa de dos formas paralelas e irreconciliables de vivir el concurso y cuyas líderes más significadas estaban ayer en el plató, y no en Guadalix como deberían, a causa de la dinámica diabólica de una edición tan teledirigida que fagocitó y devoró antes de tiempo a las verdaderas protagonistas de GH 17. Porque resulta triste y frustrante ver a dos ex concursantes como Clara y Adara sentadas juntas en la grada, una al lado de la otra, pendientes cada una de que ganase su amiga cuando deberían ser ellas las dos finalistas optando por el maletín aún a riesgo, para mi pesar, de que pudiese ganarlo la azafata.  Creo sinceramente que la verdadera final de esta edición se dirimió hace más o menos un mes cuando salió expulsada Clara por aquellas vergonzosas “tres putas llamadas” frente a Adara.
    Cuando hablo de amistad lo digo sobre todo en el caso de Clara y Bea, porque lo de las otras dos resultó algo más circunstancial por el apoyo que Meri le dio a Adara en el último tramo del concurso después de las idas y venidas entre grupos de alguien tan veletas como la pantera, algo que reconoció en la gala la azafata, que la recibió además con escaso entusiasmo y cariño en cuando entró en el plató como segunda finalista.  También, cuando me refiero a verdaderas favoritas y protagonistas excluyo a conciencia a Bárbara, porque el modo de concursar de la alicantina, junto a los inventos del club, el contraclub e intervenciones interesadas de la dirección del programa para azuzar a los concursantes unos contra otros, fue una de las principales causas de envenenar la convivencia y determinar el sesgo bronco y desmadrado hasta la insensatez que ha conseguido que por momentos GH 17 se haya convertido en una jaula repleta de personajes fuera de todo control hasta crear un ambiente insoportable para nosotros como espectadores.  El análisis de cómo hemos llegado a esto ya lo hemos debatido a lo largo de estos meses y probablemente nos queda aún todavía una última reflexión cuando todo se enfríe un poco y pasen los días, pero me quedo con la sensación de que nos hubiesen hurtado, por incompetencia y codicia de los que dirigen este cotarro, una edición que se presentaba bastante decente al principio con los mimbres que teníamos.

    Como hay que comentar algo más de la victoria final de Bea, me gustaría abundar en la idea ya expresada de que ganó la opción menos mala entre las posibilidades que nos quedaban en la final del jueves, una vez había salido Rodrigo de tercer finalista. No voy a desgranar las múltiples razones de esta opinión explicada profusamente en las últimas entradas y comentarios, pero siguiendo la línea de lo expresado en párrafos anteriores la principal razón sería porque la naranjita, de alguna manera, ha ganado por ella misma en gran medida, porque tenía sus propios fans y seguidores, carpeteros o no, un pequeño ejército de naranjitas o naranjotas que comulgó con su concurso y su forma de ser. Un concurso adornado además para sus incondicionales con esa relación que estableció con el madrileño respondiendo a la perfección, con sus luces y sus sombras, a las ansias carpeteras de una parte significativa de la audiencia. Por el contrario Meri, independientemente de sus méritos y toda la colección de sus deméritos, que es inagotable, si hubiese ganado estoy convencido de que una parte muy significativa de esos votos se deberían a los seguidores de Adara, y también de Bárbara, convirtiendo a la pantera en un medio de tomarse cumplida venganza por dar satisfacción a sus favoritas. Un bálsamo insuficiente, pero algo gratificante al menos, con que calmar la terrible frustración de ver a la azafata fuera de combate antes de tiempo. Menos da una piedra pero ni de esa pequeña compensación cobrada a través de Meri pudieron disfrutar.
   Desde mi punto de vista si hubiese ganado Meri esta edición se habría convertido ya definitivamente en la antología del disparate, como en el título de uno de aquellos famosos libros de hace bastante bastantes años en que un profesor recogía las barbaridades que los estudiantes escribían en sus exámenes, que vendría que ni pintado para la de Cornellá.  Meritxell ha logrado irritarme casi tanto como Adara, Bárbara o Fernando a lo largo de estos meses, aunque reconozco que en ocasiones me producía incluso cierta ternura cuando metía la pata hasta la cintura con ese atrevimiento tan característico de la ignorancia, pero sólo me duraba un par de minutos hasta que volvía tropezar con la misma piedra o entraba en uno de esos bucles interminables tan típicos de ella. Lo mismo que Adara, aunque de otra forma, interpretó mal el hecho de que fuese salvada en varias ocasiones, y en vez de rectificar sus defectos y evitar su parte negativa al volver a la casa insistía por el contrario en sus errores hasta el infantilismo y el absurdo pensando que eso era lo que pretendía la audiencia de ella. 

   Otro año más se acaba una edición de GH, la número 17, y después de ese ritual con tintes nostálgicos de ver como se apagan las luces de la casa hasta la próxima edición, si es que existe, he pensado que a pesar de que han intentado torpedear de forma miserable nuestro programa hasta conseguir desvirtuar prácticamente su esencia, compruebo con satisfacción que siempre quedarán esos momentos que son puro GH y que jamás podrán robarnos, como la emoción con que viven los concursantes las expulsiones, con o sin sorpassos, o la emotividad auténtica y a raudales que nos transmiten en el encuentro con sus familiares, o ese 24 horas que nos permite asistir a su evolución sabiendo que por mucho que pretendan interpretar un papel para nosotros, siempre habrá momentos en que bajarán la guardia para mostrarnos sus costuras y revelarnos sus emociones. Es muy poco, lo sé, dentro del marasmo en que se convierte el programa por culpa de intereses espúreos y editoriales infumables que condicionan el concurso, pero mientras nos dejen un mínimo resquicio desde el que vislumbrar la llama de la verdad en su convivencia será muy difícil que algunos dimitamos de forma definitiva aunque se convierta en un ejercicio de masoquismo consciente seguir un año más en la brecha.

Forastero marulo

11 comentarios:

  1. Jota, Maltissa, os acabo de leer en la entrada anterior. Muchas gracias por todo.

    Maltissa, como muy bien dices son horas y días complicados para escribir, de hecho he podido publicar esta entrada sobre la final sobre la campana. Espero los próximos días comentar con vosotras con más calma sobre esta edición tan complicada.

    Un beso también y feliz Nochebuena y Navidad para todos los que tenéis la amabilidad de visitar esta casa participando con vuestros comentarios o simplemente leyendo.

    Gracias de verdad.

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  2. Sin tiempo alguno pero acordándome...

    Entro sin leerTE, ni esta ni la anterior entrada que veo hay nueva, pero no podía dejar pasar sin felicitarte a tí "Forastero", y a tod@s l@s demás que por aquí asoman con asiduidad o de vez en cuando; para to@s tod@s que paséis una buena noche, un buen día mañana y los venideros también.

    """acrata""" también para tí y te pido perdón por no pasar por donde debo y dejar allí mi felicitación.

    Lo dicho, muy Felices Fiestas!!!

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  3. Forastero https://youtu.be/_Wrc6Q7acME

    Vuelvo por tu casa para felicitarte la Navidad, aunque no deje constancia de que te visito, sí lo hago muy gratamente. eres un crak.
    Un abrazo, deseando un Feliz Año Nuevo 2.017tambien, en compañia de los túyos, por esas tierras gallegas tan afayaizas. Biquiños.

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    1. piluuuuuuuuuuuuuuu ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥3♥♥♥♥3♥♥♥♥♥♥♥♥♥3♥

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  4. Yo también te deseo marulo..,,


    Zorionak eta urte berri on!!!!

    Felice fiestas y próspero año nuevo!!!!!!

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    1. jajajajajjaj kataaaaaaaaaaaaa tenía que ser tú
      me voy a chivar en mi blog :))

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  5. Gracias por vuestras felicitaciones :-)

    El fin de año está muy cerca y aunque acaba de terminar este complicado y polémico GH 17, ya era hora por fin, uno no puede dejar de sentir una pizca nostalgia, porque a pesar de todo y con todos sus defectos este desgraciado programa que nos tiene tan enganchados y cabreados a la vez, especialmente lo segundo durante esta edición, ha conseguido que un año más, desde nuestros acogedores rincones cibernéticos, hayamos estado por aquí juntos charlando, debatiendo, riendo o lamentándonos con lo que nos han vendido. Un pedazo de realidad virtual tan real a veces como la propia realidad cuando logra sacarnos a flor de piel tantas emociones y sentimientos encontrados. Y lo mejor de todo, la posibilidad de compartirlos entre nosotros.

    Aunque no estoy seguro, dependiendo de cómo vayan las cosas probablemente publique una entrada para hacer una reflexión general sobre una edición tan convulsa y bronca como hemos vivido este año con la ayuda inestimable de la dirección del programa, que sólo logró empeorar las cosas con su intervencionismo torpe e interesado. De momento me voy a dar un tiempo para digerir adecuadamente una final como la del jueves que he intentado reflejar en esta entrada con todas sus consecuencias. Acabo de ver en diferido el resto del debate de ayer que me faltaba, un último sacrificio que me resultó muy difícil de cumplir, porque en cuanto se apagan las luces de la casa lo que pase a partir de ahora deja de interesarme, salvo por las típicas alegrías puntuales cuando te enteras que las cosas les van bien a los ex concursantes y son razonablemente felices en sus vidas. No lo puedo remediar y al final acabo cogiéndoles cariño a la mayoría.

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  6. Piluca, muchas gracias por el Villancico!!
    Es una alegría volver a leerte después de tu retiro voluntario del programa. No sabes como te entiendo :-)

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  7. Hola!!, muy pillada de tiempo voy pero, reposando un poco...

    Empiezo por tu último tramo y expongo mis impresiones...

    Te percibo benévolo, ahora que sí que sí ha terminado, juzgando la edición, y me alegro, porque a pesar que en momentos dados nos muestras tu desencanto con el devenir del programa (sea la edición que sea)y tu desgana por seguir en la brecha comentando lo que consideras a veces no es de recibo, siempre acabas claudicando y dejando impresos tus más que buenas reflexiones sobre este nuestro programa; lo cierto es que en esta edición yo no comulgo contigo y soy más crítica con todo, con comportamientos de los chicos que aunque inducidos ciertamente desde plató y confesionario, ellos se sentían hasta cómodos dejándose llevar, con la dirección que propuso esa forma de hacer, con ese que presenta que no supo reconvertirse y remar a favor de obra aunque eso supusiese dejar de lado ese ego inmenso que tiene y dar el sitio debido a los participantres, todos, y quizás también esté en desacuerdo con esa gente que participa del concurso y se olvida que nosotors, meros televidentes no competimos, que son los chicos... en fin, para mí, esta edición ha sido durísima de seguir, por los de dentro, los de fuera y ... La casa y su magia ha resultado para mí menos mágica y atrayente que en otras ediciones. Desencantada, mucho, pero como bien dices, la ilusión la vuelvo a poner en ese GH18 que está por venir.

    No me gusta Bea como ganadora, gandora de qué?, para quién?, para ese sector de público joven mayoritariamente que premia (según yo) actitudes que no deberían ser premiadas, y valga la redundancia. Claro que, como apunto arriba, entiendo que Bea se alzó con el premio más que por ella misma, o porque gustara realmente su concurso, por eso de que era la oposición a Adara y entre los dos bandos había que elegir, o un bando u otro, más allá de premiar a la persona; lo mismo que hubiera pasado con Meri si esta hubiera ganado, que más allá de ganar ella ganaba la gente que apoyaba al otro bando (para qué hemos quedado!).

    Como mayor virtud que le encuentro es la frescura con la que actuó en todo momento en la casa, pero no desatiendo esos defectos que advertí en ella y que para mí son fundamentales a la hora de premiar o penar el paso por la casa... Bea, toda vez se supo fuera, tuvo comportamientos de mucha cobardía, en donde no miró por sus apoyos y se escondió y se movió entre dos aguas con un si pero no - para mí eso es suficientemente grave para descalificarla; más allá de su egoísmo, desfachatez y su inamadurez que llegaban a irritar a sus compañeros, el hecho de no dar la cara por ellos cuando lo necesitaban dice mucho de su posición de juego en la casa, y si bien eso no es malo, el jugar, sí que entiendo es malo la no entrega hacia esos que te cuidan y arropan.

    Por descontado que no contemplo como buena, ni siquiera aceptable opción el hecho de que ganara Meri, quien, ha sido horrenda en su tramo final (siempre desde mi percepción). Ella sí que me ha conseguido crispar y, desde luego a mí, no ha conseguido enternecerme con sus meteduras de pata, más al contrario, como mucho ha conseguido me saliera alguna sonrisa burlona. Es muy joven, sí, pero ¿qué le costaba admitirlo y entender que tiene tiempo en aprender?, pues no, la niñata haciendo de niñata todo el tiempo, con aires de sabeloto, creyéndose además doña sabelotodo pasada de vuelta...

    Sigo y acabo...

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  8. ...
    La salida de Rodri en primer lugar era la esperada, los de fuera "guerreaban" con las dos chicas, así que, dificilmente Rodrigo iba contar para algo; aún así su buen porcentaje se llevó, lo cual, quiero pensar que hay más como yo, a quienes el programa nos gusta por otra cosa distinta a la parafernalia y el mucho ruido, y gozamos con comportamientos reposados, con silencios que hablan, con poses no impostados...

    Me admira como verbalizó los tiempos ingratos de su vida personal, y sí, supongo que el programa le sirvió para dar carpetazo a ese pasado que le había dañado... ciertamente sufro un poco de pudor cuando algo tan personal sale a la luz, más allá del concurso algunos se abren y se dan por entero, otros simplemente juegan.

    - Poco a poco iré leyéndote en todos los artículos que no he hecho, pero mientras tanto, y por si se me hace difícil pasarme por aquí más tarde hoy o mañana (espero sí), Feliz salida y feliz entrada de año, gracias por todo, y un abrazo a todo@s.

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  9. Prudent, yo también ando sin tiempo y acabo de publicar la siguiente entrada, la última del año. Sólo quería agradecerte como siempre la participación en el blog con tus comentarios. Gracias y feliz año nuevo también par ti y los tuyos.

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