1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

viernes, 10 de abril de 2015

¡¡ MÁS MADERA !!



    Visto lo visto jamás me había alegrado tanto como en esta ocasión de la decisión de no seguir desde el blog un reality como GH VIP.  Los que han compartido conmigo la adicción y la aventura esta de comentar el programa original de Gran Hermano, en mi caso desde una óptica purista y apegado al supuesto espíritu primigenio del concurso, saben que es el único reality que sigo y veo por televisión. Sólo una vez dediqué algo de tiempo, y muy de pasada, al primer supervivientes.

    Tal vez suene un tanto exagerado, porque al contrario que otras veces en este caso me picó la curiosidad e intenté probar hasta donde pretendían llegar con el experimento, pero tras darle una oportunidad durante la primera hora de la primera gala renegué de semejante engendro infumable al ver con profundo desagrado a todos esos personajillos famosetes que ocupaban nuestra casa de Guadalix. Una invasión que viví como una especie de profanación sacrílega que era necesario restaurar con algún acto de desagravio, decidiendo como posible expiación una purga en toda regla que consistió en desaparecer del escenario mientras durase el concurso e ignorando olímpicamente el programa. Sólo de vez en cuando me permití visitar el blog de Ácrata, y algún otro, para pulsar el ambiente que se respiraba y comprobar el ánimo con el que llevaban el desarrollo de tal desatino.

    Lo dicho, la primera impresión de ver encerrados en el confesionario a los Chunguitos ya me desanimó y supuso un golpe bajo difícil de superar. Dos personajes que parecían rescatados del pasado cutre de este país a través de una de esas puertas que permiten viajar a través del tiempo dentro la estupenda serie del TVE, el Ministerio del Tiempo. Y más después escuchar sus comentarios sin desperdicio sobre un tal Coman, un tipo de color - lo digo así por aquello de ser políticamente correcto - que se prestó a entrar en la casa con toda su artillería a la vista y famoso precisamente por sus atributos masculinos tras participar en otro reality en el que según parece se trataba de andar en pelota picada y pillar "cacho" lo antes posible sin la molesta ropa por medio.

   Pues eso, "con su pan se lo coman", pensé, y lo de "coman" no iba con segundas, lo juro por la gloria de mi madre, como diría Chiquito de la Calzada, que por cierto también vendría de perlas como concursante VIP para completar el cuadro. Así además nos reiríamos seguro viendo al humorista andaluz deslizándose por la casa adelante largando las mismas barbaridades que los Chunguitos pero en formato de chiste parrafada y con esa gracia chusca tan nuestra. 

    Lo cierto es que tarde o temprano tenía que darse una conjunción estelar tan extraordinaria que nunca se había producido hasta ahora. Una serie de astros del asunto mediático, algunos todavía en el candelero, pero la mayoría rescatados de las profundidades siderales del famoseo casposo y que gracias a la entrada en este invento han resucitado del olvido (y lo de olvido tampoco va con segundas, que conste).  Para completar el equipo, acompañando a las primeras figuras del evento (intento decirlo sin descojonarme más de lo estrictamente necesario), reclutaron a otros de segunda o tercera fila, de andar más por casa vamos, tanto los del tipo que aparecen vestidos o en pelota picada en un Supervivientes como los que ejercen de tertulianos expertos de la nada absoluta en un debate sobre lo que sea, "mayormente" de marujeo y a cuenta de la comidilla nacional del "casperío" patrío. Todo un universo paralelo que tanto renta a algunas cadenas conviviendo y entremezclándose con la información de la realidad cruda y dura, como si fuera un reflejo fantasmagórico y patético de la vida misma en el fondo de la caverna aquella de Platón de la que nos hablaban en las clases de filosofía del instituto.  Y en la cúspide de este Olimpo degradante estaba la princesa del pueblo.  La  insufrible reina de la cadena amiga. La joya de la corona y su máximo valor: Belén Esteban. La ganadora cantada desde que aceptó entrar en el juego.

    Estaba claro que sólo era necesario encontrar el momento justo y la oportunidad de aprovechar el decorado de la casa de GH 15, prácticamente intacto desde que unos días antes la hubiesen abandonado sus últimos inquilinos, con la intención de reunir a semejante tropa de personajes y personajillos de la farándula "rijosa" nacional, aderezado todo con la aportación de alguna que otra novedad y la trama preparada para que algunos entrasen al toro desde el primer día con ansias de sacarse los ojos y los hígados al arrastrar cuentas pendientes del exterior convenientemente aireadas de manera previa. Una conjunción con aroma torrentiano pero real para crear la tormenta televisiva perfecta que lograría abducir sin contemplaciones, como así ocurrió, a una audiencia entregada y glotona al festín más suculento e indecente del año.
    Un cóctel atractivo e infalible de construir un GH metiendo en la casa más famosa de este país a concursantes archiconocidos por el marujeo nacional, a doctoradas en copar portadas de las revistas del asunto y con más tablas que nadie deambulando y reinando en los platós de Sálvames y demás.  En fin, un despropósito lamentable siguiendo la estela de los últimos programas de Supervivientes, una fórmula que al parecer piensan continuar subiendo la apuesta todavía más metiendo en la dichosa isla este próximo domingo, no ya al hijo como en este último GH VIP, sino a su hermana, a Chabelita, la hija díscola de la ilustre Pantoja, Isabel I de España, que no gana la pobre para sustos tanto fuera como detrás de las rejas donde cumple condena. O con el fichaje entre otros y otras de Nacho Vidal, el macho alfa (el que más calza) nacional venido a menos. En fin, otro elenco que convenientemente agitado bajo la sombra de las palmeras tropicales aportará suculentos dividendos a Telecinco y regalará de paso entretenimiento y morbo asegurado a los telespectadores, manteniendo la audiencia en las más altas cotas.

     Es decir un auténtico y circense "pasen y vean" ante un espectáculo interminable que continúa y que me recuerda cada vez más aquella famosa escena de la película "Los hermanos Marx en el oeste" en la que iban montados en un tren lanzado en su infernal y disparatado viaje por llegar primeros al objetivo. Para conseguirlo arrancaban de los vagones todo lo que podía arder hasta dejarlos en esqueleto para alimentar la caldera insaciable de la locomotora al grito desaforado de  ¡¡más madera!!.

     Desde luego en la isla, que tratarán de convertir en otra sucursal de la Cantora, la mítica finca  de la tonadillera, o en una especie de plató tropical de peli porno patrio pero con palmeras a mayor gloria del cipote superlativo de Nacho, tampoco me pillarán. Por cierto, todo mi respeto y admiración a los verdaderos supervivientes que seguirán al pie del cañón este nuevo capítulo dando fe de la cosa en sus respectivos blogs. Para mí es lo único que merece la pena, disfrutar de vez en cuando de la crónica ácida, divertida y aguda sobre esta nueva corte de los milagros en el Caribe a través de sus palabras y comentarios.

Forastero marulo