1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

jueves, 25 de septiembre de 2014

DESPUÉS DEL ESPECTÁCULO

    Esta noche de madrugada ha sido una de las más vibrantes de la historia última de GH, certificando el verdadero tono hasta ahora, intenso desde el principio, de la edición número quince del programa. Una noche marcada por dos acontecimientos principales con acento agudo y acabados en "ín": El show de Vítín, y después de su espectáculo la espantada de Papirrín tintín, la bomba emocional que estalló en la casa (este año la cosa va de bombas) al abandonar el mejicano el concurso precipitadamente, argumentando problemas personales que casi nadie acabó de creerse. Dos situaciones, el show y el abandono, que como veremos se tocaron en un punto tangencial pero determinante, cuando José se vio reflejado en la imitación de su compañero, como un espejo que le devolvía su propia realidad en un decorado de fondo con las risas de los demás. Tal vez ese momento inoportuno producto de la casualidad supuso la puntilla que apuntaló una decisión que él habría tomado, seguramente, unas horas antes a lo largo del miércoles.

   Precisamente ayer, por primera vez desde que empezó esto me conecté al 24 horas a partir de las once y media, un rato me dije, para ver como iba la cosa tras repasar los resúmenes del día, y justo coincidió la conexión con la actuación estelar de Vitín en el porche de la casa ante la mayoría de los concursantes. El caso es que me la tragué al completo y se me fue el tiempo hasta las dos y cuarto enganchado a esta especie de Carlos Latre de Carabanchel, con estilo propio, que se dedicó a imitar con ingenio y sin descanso a todos sus compañeros jaleado por una Shaima sobreexcitada que se levantaba una y otra vez del sofá, donde disfrutaba la actuación como nadie en dulce compañía de una cariñosa Azahara, sin parar de animar e incitar a su compañero como una fan fanática pidiendo una canción más, y otra, y otra a su cantante favorito. Vitín, sembrado y lleno de inspiración, atendió todas las peticiones del respetable y acabó imitando a todos, incluida una autoparodia, y se atrevió incluso con la Milá y con el totem sagrado de la cadena: la Belén Esteban. Va listo, el pobre.
   La mayoría se desternillaba de risa, igual que nosotros desde casa; una situación que sirvió como veremos para obtener información, mucho más valiosa todavía que en el día de las tartas y el enano, del estado actual de las cosas, de cómo respira el ambiente y de la personalidad de los concursantes a través de la reacción que tenían cuando la imitación les tocó a cada uno de ellos, y la gracia que les hacía la de los demás. No voy a extenderme en comentar los detalles del show porque de verdad lo mejor es verlo completo. Sólo apuntar la cara de circunstancias de Paco, que no se movió en toda la noche aguantando estoicamente las evoluciones teatrales de Vitín riendo cuando le tocó, parecía barruntar que hoy jueves en la gala le daban las del pulpo a base de nominaciones. O la constatación de que las parejas más equilibradas y estables de la casa se encuentran muy cómodas en Guadalix viéndolas disfrutar juntas el espectáculo de las imitaciones. Ahí estaban Luis, el torero y su apoderado, las primas, los primos y las "chochos" cordobesas. 

    Al final, poco antes de acostarme, alrededor de las dos, tocó la imitación del wey José, que justo se acercó por la espalda de Vitín mientras éste lo imitaba. Me pareció palpar una expectación tensa en los demás cuando se arrimó al grupo, hasta que Vitín se dio cuenta que lo tenía al lado y siguió la imitación como si tal cosa, tras aclarar con total naturalidad al mexicano en un breve inciso que justo en ese momento estaba con él. Me fui a la cama con una sonrisa pero también, como suele ocurrir antes de una tormenta, apreciando ciertas vibraciones en el ambiente de que algo pasaba al ver la cara tensa del mejicano. Y también por los versos sueltos que se desmarcaron, parcial o completamente, del show, como Alfredo, Hugo o la pareja reciente que se besuqueaba como una pareja de adolescentes entre palomitas y sorbos de cola en el cine.


 
    Nada hacía presagiar, o sí, lo que media hora después sucedería, cuando el mejicano reunió a toda la casa para comunicarles su decisión irrevocable de dejar el concurso. Evidentemente de esto último, y de lo que ocurrió a continuación: El drama, o psicodrama, real o fingido, con lágrimas, disculpas, e intentos de convencer a José para que no tirase la toalla a la primera con argumentos varios, me enteré a lo largo de esta mañana.  A la espera de la gala de esta noche no me siento capaz todavía de analizar con profundidad las causas de su espantada y necesito tiempo para llegar a algo concluyente. Por decir algo me recuerda bastante, salvando las distancias, a lo que le pasó a David, el bombero valenciano que abandonó GH 13 agobiado y hundido. Los dos entraron, creo, buscando una salida a su fracaso sentimental, y al encontrarse dentro, por inadaptación o falta de empatía, se sintieron superados por las circunstancias concretas de un concurso tan exigente en lo personal y emocional que no respondió a sus expectativas, de manera que ante las primeras dificultades reales o imaginadas se vinieron abajo como un castillo de naipes al comprender que el sueño que buscaban en Guadalix, para redimirse y renacer de sus cenizas, no era más que una quimera, y que la solución a ese tipo de problemas se encuentra casi siempre fuera de esas cuatro paredes.

   Probablemente sus razones para abandonar son el sustrato, la pólvora acumulada a presión en un barril con múltiples mechas, pero el detonante que al final hizo estallar la bomba es lo que ha ocurrido dentro de la casa en estos seis días. Entre sus compañeros existen varías interpretaciones y opiniones, unas prudentes y otras más viscerales, como el ninguneo de Shaima después de la opereta que se montó entre los dos alentado por sus compañeras, e incluso actitudes de desprecio como la alusión de Omar a la cobardía, que independientemente de que pudiese tener un punto de razón, no soporta que nadie tenga más protagonismo que él, aunque sea por algo tan triste como abandonar el concurso.

Forastero marulo

2 comentarios:

  1. jajjajja tas disparao, no me das tregua. ole! tú también.

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  2. Es que tal como va GH 15 si te quedas parado, como un pez en un río caudaloso, te lleva la corriente :-)

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