1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

jueves, 20 de junio de 2013

EL TRIUNFO DEL SUSARGISMO


    No sé muy bien como hincar el diente a toda la traca final que ayer nos colocaron como cierre a una edición para olvidar por tantísimos motivos.  No sé si usar la brocha gorda y emborronar todo a lo bestia o decidirme por pinceladas sueltas de trazo fino que reflejen a cuentagotas el cúmulo de sensaciones agridulces  que me produjo la llegada a la meta de un GH que se me hizo interminable.   Lo primero sería reflejar la extraña impresión de que el plató estaba ocupado por una multitud de concursantes expulsados que parecía aquello más una manifestación, o una sentada reivindicativa, que otra cosa.  Era tal mi confusión que hubo momentos en que no atinaba con el nombre de muchos de ellos y menos aún era capaz de recordar algo interesante o significativo de sus vidas en Guadalix durante las últimas semanas o meses. Salvo casos muy contados sólo venían a mi memoria de forma confusa y caótica gritos, imposturas, silencios, deprimentes pajillas mentales y de las otras, conversaciones anodinas, discusiones sin sentido, diálogos de auténticos besugos, océanos de ignorancia, intereses mezquinos disfrazados de oportunismo barato y mucha, pero mucha nadería y aburrimiento.

    Ahora, al intentar escribir las primeras impresiones de lo que fue la gala me asaltan también, desordenados y reveladores, todos esos pequeños flashes de una noche que se fueron adueñando de mi retina con parsimonia pero sin la expectación ni la ansiedad punzante de otras finales.  Imágenes sucesivas como la espantada de Sonia ante el último exabrupto insidioso de Mercedes (veneno versus vinagre). El afán de protagonismo de Iván como defensor de causas perdidas y su deseo inagotable y cansino por hacerse notar. La efervescencia desorbitada de unos gemelos vestidos de seda, como en el dicho, con el cuchillo entre los dientes ante Desi e Igor, y desatados después con la victoria de Susana. El tratamiento especial en tiempo y formas durante la interminable entrevista que recibió Desi, cual diva divina de la muerte enfundada en ese vestido inclasificable que nos regaló, y mi estupefacción ante el anuncio de su próxima colaboración en Sálvame según nos reveló en riguroso directo la Milá (viendo estas cosas no sé porqué tantos jóvenes de este país, brillantes y preparados, siguen empeñados en estudiar periodismo).

    Y también las descaradas preferencias de la presentadora en contraposición con las antipatías no disimuladas  dependiendo de los concursantes como marca genuina de la casa. La buena onda de Raki en todo momento, también en el plató. La caballerosidad y el saber estar de Igor, capaz de enseñarnos siempre en los momentos estelares del concurso su cara A, la más amable de su personalidad eclipsando detrás de su sonrisa de gentelman el lado más oscuro. El peinado vintage de Pepe Herrero que parecía escapado de un capítulo de "Amar en tiempos revueltos" después de la sobremesa.  La presencia de Pepe el bailaor, con pajarita y enfundado en un smoking claramente alquilado por lo mal  que le sentaba, cuando entregó el testigo en forma de maletín repleto de billetes a su victoriosa sucesora, una guapa y espléndida Susana vestida de rojo que tanto me recordó a Laura el día que ganó GH 12.  Un cúmulo de sensaciones bajo un decorado brillante y bien diseñado, debo reconocerlo, donde sobre todas las cosas brilló la presencia de Argi, con su emoción y sus lágrimas.

    Recuerdo que en ediciones anteriores cuando comentábamos GH en el blog del gato, uno de los argumentos que utilizaban algunos blogueros para descalificar tu opinión contraria a su favorito era acusarte que sólo veías las galas o los resúmenes.  Si no eras adicto al 24 horas, y al minutado, o al menos no lo parecías te ninguneaban y no te daban vela en el entierro.  Por mi condición de reventado oficial en alguna de aquellas ediciones, aparte de ingenuo y novato en estas lides, este tipo de acusación mal intencionada me molestaba profundamente, e incluso me enfurecía, porque entonces me lo tragaba todo sobre el concurso, o eso intentaba. Y algunos blogueros picajosos e impertinentes daban por hecho que si alguien no era capaz de vislumbrar con claridad meridiana todo lo que ellos consideraban evidente e indiscutible sobre los concursantes y el concurso es que sólo veía las galas y no tenía derecho ni criterio para opinar.
    Comento esto porque antes de continuar ahondando en lo que dio de sí la ultima gala que acabó con la justa victoria de Susana debo admitir lo obvio, y es que esta vez sí que hablaré desde la perspectiva de lo visto solamente en las galas, algunas a medias, y en los pocos resúmenes que decidí o pude ver. Por tanto la acusación aquélla que tanto me enfadaba entonces hoy estaría plenamente  justificada. La diferencia es que ahora me da lo mismo lo que puedan decir en ese sentido, tanto que confieso previamente mi culpa, pero con la seguridad de que si me hubiese tragado diez veces más horas de lo que he visto llegaría prácticamente a las mismas conclusiones. GH 14 no da para mucho más y me alegro de no haber malgastado mi tiempo más allá de lo necesario.

    Sí, se acabó, ayer cerró las puertas la casa de Guadalix, la que fue durante un tiempo el dominio absoluto de la película Walls, ese país de Nunca Jamás donde Peter Pan (Kristian) encontró a Wendi (Sonia) y fueron expulsados después de su paraíso soñado gracias al empujoncillo interesado del programa, todo hay que decirlo, y perdiendo la batalla con el capitán Garfio, ese vasco que logró llegar al final de la meta sin acabar como pasto de tiburones y habiendo rozado con la punta de los dedos, de manera sorprendente para sus muchos detractores, el codiciado tesoro que todo el mundo anhelaba. Lo hizo dejando demasiados cadáveres, personajes de un cuento donde sólo él, o casi, jugó a ser adulto, con ínfulas pero adulto al fin y al cabo en un territorio infestado de niños grandes con personalidades insustanciales y pusilánimes.  
    Si soy sincero, como anticipé al principio, para mí la verdadera protagonista de la noche, además de Susana, por supuesto, una digna ganadora para una edición tan decepcionante como GH 14, fue Argi; la concursante  injustamente apartada del concurso y que debería haber estado ayer noche en esa final por derecho propio y disputando el premio al lado de la que fue su amiga dentro de la casa. Con su decisión de aparecer en la gala final el programa ganó muchos enteros gracias, entre otras cosas, a su saber estar y a su actitud elegante y conciliadora en todo momento. 

    Sin pretender quitar protagonismo a nadie, con el corazón dividido y emocionada, ella no quiso perderse el momento en que sus dos mejores amigos de la casa, el vasco y la murciana, se jugaban los 300.000 euros en dura pero amistosa competencia. Cuando la veía sonreír y llorar emocionada, tan leal y amiga de sus amigos como siempre, cuando volví a escuchar de nuevo su discurso atropellado e interminable, lo mismo que en aquellas parrafadas velocísimas cada vez que nominaba en el confesionario, comprendí, por si me había olvidado, porqué estaba fuera de la casa la verdadera ganadora de GH 14, o por lo menos una de las candidatas que tenía más probabilidades de conseguirlo hasta el momento en que la echaron de aquella forma tan triste y mezquina.   Ayer, otra vez, no volvió a decepcionarme, al revés, estuvo muy por encima en todos los sentidos de un programa tan arbitrario con ella y también de su presentadora, demostrando con su actitud positiva el tremendo error que supuso su expulsión.

    Ayer, digo, de algún modo se hizo justicia, porque al ganar Susana ganó también nuestra Argi.  Ganó el SUSARGUISMO.

Forastero marulo

PD: No sabía como despedir esta extraña edición de GH de la que me descolgué voluntariamente al principio y a la que volví casi al final enrabietado ante lo que consideré una tremenda injusticia con la expulsión de Argi.   El caso es que estaba pensando que dentro de unos días, precisamente en la madrugada del 23 al 24 de junio, se celebrará la mágica noche de San Juan, y coincidirá en luna llena. Por tanto tendremos la maravillosa oportunidad de ver y disfrutar de nuestro satélite en su máximo esplendor precisamente en la noche más corta y especial del año. Esa noche en que se piden tantos deseos y en la que muchos de nosotros viviremos sus mágicos rituales con la intención de purificamos y renovarnos para el resto del año. Una noche iluminada por las llamas y envuelta en el humo purificador de miles de hogueras bajo el hechizo de la luna.  Entonces pensé que no tendría mejor regalo para todos los que habéis seguido visitando estas Crónicas a pesar de mi inconstancia y veleidades que este vídeo espectacular que me dejó fascinado.  Espero que os guste.


sábado, 15 de junio de 2013

TAMBORES LEJANOS


    La gala del jueves, penúltima de esta edición que por fin acaba el martes que viene, con todo lo que pasó a lo largo de la noche y viendo sobre todo cómo se desarrolló de esa forma tan precipitada de resolver el asunto casi por las bravas saliese cómo saliese, me recordó desgraciadamente a lo que está pasando  en estos tiempos tan difíciles a nuestro alrededor. Como en el caso de tantos negocios o empresas que entran en barrena y deben liquidar los restos a toda prisa pensando en aminorar los daños, procurando vender lo poco que queda de valor y deshacerse del lastre sin demora. Un proceso que, por las prisas y las ganas de salvar in extremis los muebles que quedan, se convierte en el mejor de los casos en una aventura arriesgada y cuando no, la más de las veces, en un espectáculo chapucero, caótico que si no acaba en la ruina y el descrédito siempre deja un poso amargo y una enorme decepción, tanto que se hace difícil, sino imposible, volver a levantar vuelo en el futuro.

    Algo así, más o menos, es lo que me pareció ayer el girigay que nos montaron en la gala, y que pretendieron vendernos disfrazado de vértigo y sorpresas como lo más plus de la leche, y que en el fondo no era más que una manera de colarnos, edulcorada y envuelta con lacito y todo, la liquidación a lo bestia de una edición tan cuestionada como decepcionante.  La técnica que utilizaron para despistar y que no nos fijásemos demasiado en sus maniobras, fue implicarnos en dos votaciones contra reloj con una duración de tan sólo 15 minutos cada una, un periodo en el que debíamos escoger a nuestro favorito de forma que pasado el tiempo establecido expulsaban sin más preámbulos al que obtenía menos votos.  

    Por tanto, a continuación de que la audiencia decidiese expulsar a Juan Carlos entre los nominados de la semana pasada, con el método de los 15 minutos de plazo para votar, fue saliendo sucesivamente el menos votado en cada una de las dos vueltas.  En primer lugar salió Nacho y después Álvaro.  En consecuencia durante la gala se apelotonaron varias entrevistas a cada cual más aburrida y carente de interés, muy a tono por otra parte con el perfil y la personalidad de los tres concursantes que acabaron en el plató prácticamente juntos y casi revueltos, contribuyendo a esa sensación ya comentada de estar asistiendo a un cóctel embarullado y pobremente planificado para salir del paso y salvar la partida liquidando cuanto antes un negocio que amenaza acabar en desastre.
    Hablando ya de como discurrió la gala, otra vez y ya no sé cuántas van, Mercedes volvió a hacer de las suyas cortando o negando la palabra a aquéllos que disentían o cuestionaban cualquier cosa sobre la concursante que se ha convertido en su ojito derecho este año: la Desi.  Aunque los principales damnificados de su autoritarismo partidista fuesen esta vez los gemelos, unos personajes por otra parte tan difíciles de defender para mí, cuando las cosas son, pues son y no hay otra; porque en este caso tenían gran parte de razón en lo que decían. Pero nuestra Desi de Guadalix se ha convertido casi en intocable para la doña y da igual lo que diga y haga la mujer, porque como a alguien se le ocurra pasarse un mínimo más allá de lo políticamente correcto en censurarla, salta la Milá cual loba defendiendo a su cachorro.

    A ver, ahora mismo podría despotricar una vez más por el partidismo descarado que ayer se vio en la gala; porque es muy difícil ignorar que, durante esos primeros 15 minutos que nos dieron para elegir nuestro favorito y echar después al menos votado, emitieron en plena votación los mejores vídeos de Desi y Álvaro después de anunciar la Milá, en tono muy elogioso, que veríamos a una de las parejas que más vida ha dado este año a la casa. Les dedicaron casi un tercio de los 15 minutos, contados por el reloj, glosando con imágenes muy bien editadas las maravillosas y divertidas chorradas entre ellos dos, que si "maricona parriba y maricona pabajo".  Si esto no es favoritismo que alguien me lo explique que yo necesito lecciones o unas gafas nuevas.

    Si es que somos unos sosos y unos revenidos como nos dice la Milá, oiga, con lo divertido que es el personaje y algunos sin enterarnos todavía mientras Mercedes se sigue escojonando con la Desi. - ¡Es que me troncho! - nos dice muerta de risa cada semana al verla mientras gran parte del plató y de los concursantes observan alucinados su sobreactuación de carcajadas excesivas.  Como todo buen gallego que se precie soy un poco retorcido y no me cabe ninguna duda, al menos así lo creo, de que independientemente de los guiones que le ponen delante durante las galas para que no se pierda, ella lee casi siempre el concurso en función de las fuentes en que bebe y se empapa. Resumiendo, que se le nota demasiado en su actuación en las galas que comulga con opiniones de determinadas personas y blogs que lee, sigue y de vez en cuando menciona durante las galas.  Y esto no es de ahora que viene de antiguo.  Oye, que a mí me da igual la opinión que tenga de los concursantes pero da la casualidad de que ella es la presentadora y resulta demasiado evidente de qué pie cojea con sus preferencias, y lo que es peor, además ejerce.

    En fin que si por mi fuera Desi no estaría en la final y preferiría mil veces antes en su lugar a su inseparable compañero Álvaro, el pollito volador, a pesar del poco entusiasmo que este hombre me provoca. Puede sonar a chirigota, pero habría dado lo que fuese para que se quedase en Guadalix de cuarto finalista tan sólo por no verlo el jueves vestido en la gala con esa camiseta de sisas que tanto daño me hacía a la vista, y que la envidiosilla de Mercedes pretendió intercambiarle por algo suyo. Supongo que fue de broma, pero a mí me pareció una especie de indirecta. De todos modos con lo que le gusta disfrazarse a la jefa todo es posible y quizás le haya gustado de verdad la prenda. No digo más.
    Respecto al pusilánime de Juan Carlos y de Nacho el largo, no tengo mucho que decir ni a favor ni en contra, ni todo lo contrario. Dos muebles decorativos menos que han pasado sin pena ni gloria por la casa, y estoy totalmente de acuerdo con la audiencia por darles a ellos los primeros el tiket de vuelta al plató. No pintaban nada en la final, esa es la verdad. Aunque este año con lo que hay no me hubiese extrañado nada verlos entre los cuatro finalistas teniendo en cuenta que tampoco desentonarían demasiado con los cuatro que quedan.

    Sólo decir sobre Juan Carlos que mantuvo a duras penas la compostura con todo lo reventado que se le notaba. Se trata de un buen tipo que esconde sus inseguridades y su falta de decisión detrás de su eterna sonrisa de buenazo encantador que parece no haber roto un plato jamás. Sin embargo, durante toda la entrevista se le vio superado, con la sonrisa congelada por momentos e incapaz de responder a todas las andanadas que recibió; incluso tartamudeaba más de la cuenta atenazado por los nervios de no tener argumentos para explicar con coherencia su debacle en la casa.  Tiene que ser muy duro constatar que hizo el primo desde el principio al final y no aprovechó en absoluto la segunda oportunidad que la audiencia le regaló.  En eso esta vez le doy la razón a la Milá, porque a veces la doña acierta.

    De Nacho poco puedo decir porque si soy sincero, y aunque parezca un chiste fácil, se me salió siempre de la foto. Creo que sólo logró interesarme algo cuando se relacionaba con Yéssica pero desgraciadamente para su concurso la chica se fue antes de tiempo y él volvió a desaparecer de mi perspectiva.

    Respecto a los cuatro finalistas ya dejé explicada mi postura, creo, en un comentario de la entrada anterior. Para resumir diré que este año lo llevo con mucha tranquilidad y de forma muy desapasionada. Es una situación extraña para mí porque siempre he vivido estos momentos finales con expectación y cierta ansiedad, incluso en GH 11. Es lo que tiene no contar con un favorito claro.  En primer lugar diré que no quiero que gane Desi; algo obvio leyendo esta entrada y no me voy a extender más.  Igor tampoco me parece la opción más adecuada, se trata de un concursante controvertido con el que no acabé de empatizar y muchas de sus actitudes a lo largo del concurso me han decepcionado.  Por último, como descarte, me quedan las dos chicas de la casa.  Entre Susana y Raki me da igual quien gane y cada una tiene sus pros y sus contras, pero las dos cuentan a su favor con algunas ventajas que siempre valoro mucho en los concursantes de GH: son dos chicas asertivas, emotivas y están desde el minuto uno en Guadalix. Algo, esto último, de lo que sólo ellas dos pueden presumir a estas alturas.
    Aunque éste es mi deseo y mi opinión, soy consciente de que la batalla final estará entre Susana e Igor, y que por supuesto Raki no pinta nada en esta guerra, salvo algún error de bulto de los demás que le dejen el premio en bandeja.  El martes veremos si la decisión de la audiencia estará o no a la altura de GH 14, una edición para olvidar y pasar página.

    Sé que es un poco prematuro y fuera de lugar pero hace ya tiempo que sólo estoy pendiente de escuchar los tambores lejanos que nos anuncien un futuro GH 15.

Forastero Marulo

sábado, 8 de junio de 2013

KRISTIAN Y EL PAÍS DE NUNCA JAMÁS

    Antes de nada debo confesar que el jueves por la noche hice enormes esfuerzos ante la tele para tragarme todo el programa sin rechistar ni caer en un sueño profundo y reparador, o lo que es peor, para no deprimirme ante tanto desatino acumulado. No sé cómo lo conseguí, pero fui capaz de llegar hasta el final sin desconectar de la gala salvo contadas excepciones. Hacía tiempo que no me pasaba algo así, al menos con tanta intensidad, y si continuar viendo Gran Hermano supone tener que auto obligarme de esta manera, con mucha disciplina y ciertas dosis de masoquismo consentido para aguantar el chaparrón sin salir corriendo o por peteneras, es que esto, de verdad, ya no merece la pena.

    Menos mal que con buen criterio los santones del programa han decidido rematar con este GH14 por la vía rápida y acabar de paso cuanto antes con esta agonía insufrible que me consume y mortifica. Ojalá sea cierto, siempre que hagamos caso, claro, a lo que ayer anunció Mercedes a los habitantes que quedaban en la casa con ese tono misterioso y cómplice que pone a veces, cuando les aseguró que la próxima semana se produciría la última expulsión. De todos modos conociendo el percal no las tengo todas conmigo, porque ya sabemos cómo se las gastan los jefazos de GH que no tienen el menor problema en dejar a la Milá con el culo el aire (y ella, ya se sabe, encantada con todo lo que sea enseñar) cambiándonos lo prometido sin más explicaciones y allí donde dije digo, digo Diego. Y se quedan tan anchos, vamos.
    Hablando ya de la expulsión del Pelocho que es a lo que realmente venía, el muñequín guay y original con los pelos electrificados y zapatillas deportivas de colores diferentes, no me queda ninguna duda, y supongo que tampoco a nadie, de que el madrileño es un buen tipo. Esa clase de persona que le cae bien a casi todo el mundo, que difícilmente hace enemigos y al que todos desean tener como amigo, o al menos colega.  Un papel que el mismo se trabajó con tesón y ganas, y aunque resulte una actitud inmadura esa necesidad constante y un tanto exagerada de pretender caer bien a toda la tropa, es algo que asume sin complejos cuando confiesa a Mercedes que lleva fatal la convivencia si está enfadado con la gente o sabiendo que los demás puedan tener una idea negativa de él.

    En este sentido, desde mi punto de vista, es bastante significativo comprobar que todos los expulsados lo recibieron con cariño en el plató y que no tiene cuentas pendientes de importancia con nadie, y eso que la Milá, cumpliendo el guión establecido de su trabajo inquisidor intentó buscar la polémica en su relación con los gemelos, y Susana por medio. Un trapo al que no quisieron entrar por ambas partes para desesperación de la doña. Además, el pelocho, tampoco deja dentro con los que quedan en la casa nada relevante en cuanto enfrentamientos, al contrario, de forma que si no hubiese entrado en la última nominación por la negativa ridícula a cortarse el pelo cuando subió Sonia a Guadalix para verlo, ahora mismo estaría prácticamente en la final y sin salir a la palestra gracias a que sus compañeros seguramente no lo habrían nominado.

    Incluso en la sala de expulsiones, mientras esperaban juntos el veredicto del público, un melodramático y afectado Igor confesó ante toda la audiencia que seguía apreciando y "queriendo" a Kristian por encima de todo, afirmando que siempre lo tendría fuera como amigo si así lo quisiese, a pesar de entender que en la disputa que mantiene con Sonia, su novia, él tomase partido por ella. No sabe nada el vasco vendiendo su producto ahora que sabe que el viento sopla a su favor.
    Independientemente de su relación con Sonia, que prefiero no calificar porque todas las teorías que he leído sobre el asunto pueden ser ciertas a la vez y ninguna tenga la razón del todo, Kristian es un concursante que llegó y vivió desde el principio con el cartel de favorito indiscutible colgado del cuello, un rol magnificado entre sus compañeros que tal vez haya sido una de las causas principales de su fracaso, y no sólo esa supuesta relación insana con la canaria que lo encorsetaba tal como insinuaba ayer maliciosamente la presentadora en la entrevista que le hizo durante la gala, teoría ésta a la que también se apuntan muchos comentaristas y blogs.  Es cierto que el chaval demuestra también una peligrosa tendencia a convertirse el centro de todos los saraos y el condimento imprescindible de todas las salsas, un personaje hiperactivo que necesita como agua de mayo para su equilibrio emocional el aplauso constante de los demás y que le coman la oreja a menudo.

    Aparte de la valoración de su relación con Sonia, que no me siento capaz de juzgar como dije y que sólo el paso del tiempo fuera juntos resolverá nuestras posibles dudas respecto a su consistencia y veracidad, algo que por otra parte me trae sin cuidado, en cuanto a la convivencia en Guadalix resumiría como positivo su paso por la casa diciendo que no ha tenido enemistades serias con nadie pero sí esas rivalidades intrascendentes y propias del programa que se crean inevitablemente con la dinámica del concurso.

    En el fondo no es más que un Peter Pan encantador, algo caótico y extravagante que a sus 27 años no ha madurado del todo. Un niño grande que intentó convertir Guadalix de la Sierra en su país particular de Nunca Jamás.  Un mundo soñado donde se encontró a Sonia, su dulce Wendy enamorada; esa mujer realista, inteligente y más ambiciosa que jugaba a otro juego en un tablero de ajedrez al que se dejó arrastrar por ella sin apenas resistencia para ejercer de rey descolocado y errático en una partida que no entendía y creyó falsamente dominada, y casi ganada. Hasta que al final quedó enrocado en su propia maraña y le dieron jaque mate después de enfrentarse al capitán Garfio vasco.  Antes, los dos tortolitos, fueron perdiendo sus mejores piezas - torres, alfiles y peones - hasta que Igor regresó desde fuera al tablero para atacar directamente a la reina y destrozar sus sueños de acabar juntos el cuento con botín y boda.

    La situación dentro de la casa se queda confusa y sin alicientes, lo mismo que hasta ahora, y me temo que la última partida tendrá como principal protagonista a Igor, que además no está nominado para la última expulsión salvándose milagrosamente de la quema. El tipo tras completar su misión como capitán Garfio y acabar echando a los dos tortolitos del país de GH Nunca Jamás, va camino de otros objetivos con el botín en perspectiva siempre que alguna cocodrila no se zampe su otra mano y tenga que largarse él también por segunda vez..

    Para terminar quería decir lo ridículo y forzado que me resulta ese intento de ensalzar todas las semanas las supuestas gracias y la figura de Desi como paradigma de la concursante ocurrente y simpática a rabiar, aunque eso suponga reírse de su ignorancia y sus salidas evidentes de tono.  No sé por qué extraña regla a ella se le perdonan todas las barbaridades que larga por esa boquita, veneno puro a veces por mucho que lo disfracen de arte y tronío.  Todo muy acorde, y orquestado, con las risas desproporcionadas y fuera de lugar de la Milá en el plató con todo lo que venga de esta mujer tan peculiar, por decirlo de alguna manera. Es como si esta película ya la hubiese visto.


Forastero marulo