1.- Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada (Edmund Burke)

2.- Hay un límite a partir del cual la tolerancia deja de ser virtud (Edmund Burke)

viernes, 30 de marzo de 2012

LAS COSAS DEL QUERER

"Son las cosas de la vida, son las cosas del querer"

    Todo era una sucesión de señales inequívocas de que estábamos a punto de asistir a uno de esos melodramas repletos de autenticidad que sólo Gran Hermano, a veces, nos regala generosamente.  Una historia trasladada del mundo real a ese microcosmos donde los sentimientos se amplifican hasta el infinito para inundarlo todo y tocarnos el corazón, para arrastrarnos e implicarnos en su desarrollo gracias al poder divino que disfrutamos, desde nuestras casas, de modificarla e influir de alguna manera en su transcurso con nuestros votos.  Como si fuésemos dioses implacables y ociosos metimos a Sergio en la casa y ahora nos conmovemos sin saber qué decir, consternados, por las consecuencias de nuestra decisión, muy sugestivas para el espectáculo pero nefastas y crueles para Sindia.  Estoy convencido de que hoy, satisfechos con su ración de morbo, muchos de los que metieron al novio con sus votos en Guadalix desearían ahora que estuviese nominado para cortarle la cabeza y echársela a la leones en el plató, o a la leona. Una patada en el culo después por el daño infligido con su entrada inoportuna y sin darle siquiera las gracias por los servicios prestados.

    Recuerdo que al principio, por su risa estridente y ese revoloteo incesante alrededor de todos y de todo, llamaba a Pipi cariñosamente Estrellita Castro, por ese acento y ese desparpajo tan marcado de la típica chica andaluza sencilla y pueblerina pero que detrás de la apariencia de espontaneidad y simpleza esconde un volcán de vida, como uno de esos árboles de cualquier plaza de Andalucía a punto de florecer en primavera con un estallido de fragancias y colores. Cuando fue consciente de que nacían en ella con fuerza arrebatadora sentimientos confusos y una pasión desconocida, vivió durante un tiempo asustada y huidiza haciéndose preguntas al corazón que no sabía o no se atrevía a responder, y su estrella se apagó en parte porque no quería que sus miradas ni sus gestos la traicionaran.
    Aunque está dotada de esa capacidad única para sortear los obstáculos de la vida gracias a las virtudes de la empatía y la intuición, ahora es una concursante superada por ese mundo cerrado y endogámico de Guadalix que multiplica por mil las emociones, un lugar donde todo se "magnifica".  Una concursante puesta en la tesitura de romper con sus lealtades de siempre, con una vida casi escrita y un destino prefijado a cambio de una ilusión.  Un sueño de libertad que requiere cortar las pesadas cadenas afectivas anteriores con todo su bagaje, lo bueno y lo malo, para encontrar el nuevo paraíso que cree adivinar en otros ojos, en otra sonrisa y conquistar su futuro lejos de la seguridad de todas sus antiguas certezas. O simplemente una quimera, un espejismo que la conducirá tarde o temprano y sin remedio a la infelicidad.  Pero todo eso no importa porque es ella quién debe tomar la decisión, sea cual sea, que supondrá un camino sin retorno.
    Gran Hermano, desgraciadamente, aceleró de forma maquiavélica e irrespetuosa un proceso natural al que asistíamos sorprendidos y estupefactos introduciendo en la casa el referente externo, su novio, que debía permanecer en la distancia para entender el juego y la vida de Sindia en Guadalix. Su existencia fuera y lo que nos contaba de ella explicaba su evolución personal y emocional, pero todo se rompió brotando su realidad escondida desde aquel día fascinante en que Ochoa sacó a la luz pública sus emociones ante una audiencia incrédula, los mismos espectadores que pretendían después fusilar al amanecer a la mensajera por intentar ensuciar lo que todos aplaudían simplemente como una bonita amistad con Pepe. Como dice la copla, Pipi ya era entonces una mujer atrapada por las cosas de la vida y las cosas del querer.

    Con semejante situación contemplar en el debate a la madre de Sindi, triste y preocupada ante el espejo inmenso de "España", fue desolador. Una mujer humilde y realista a la que la vida, según parece, no le ha sonreído demasiado y ha supuesto una sucesión de sinsabores.  La sentaron al lado de los comentaristas, observando algo cohibida como esa fauna de personajes famosos, que sólo asomaban antes a su vida a través de la caja tonta, frivolizaban alegremente de manera histriónica y a la ligera sobre la vida de su hija y su relación con Sergio.  Un noviazgo que ella entendía desde su propia experiencia como fantástica y apropiada para la felicidad de Pipi. Y ahora todo ese mundo seguro y conocido para su niña, con un futuro estable y un buen padre (el que Sindi no tuvo) para sus posibles nietos se venía abajo por este maldito programa, y todo por el capricho tonto de su hija por un bailaor muy guapo y divertido, sí, pero que cualquiera sabe hacia dónde va a tirar.
    Y mientras tanto ella sentada allí, en el plató, tan sobrepasada como su hija pero por otros motivos, asistiendo al espectáculo ridículo de Boris Izaguirre pidiendo de rodillas no sé qué tontadas para la felicidad de Sindi, y Carmen Alcaide, otra que tal baila, esa presentadora tan simpática que estaba con Jorge Javier en el Tomate, aquel programa de marujeo de Telecinco ya desaparecido y que tanto le gustaba, espatarrándose ante sus narices y tomando todo esto de su nena, tan serio y preocupante, a chirigota.  Después, todo el mundo opinando sobre Pipi como auténticos sabelotodo - ¡qué sabrán ellos!-  y para acabar de rematar la faena le ponen al teléfono a Conchi, su consuegra, con la pretensión de que discutiesen a causa sus hijos en vivo y en directo, que era lo que les faltaba para convertirse al día siguiente en la comidilla de todo el pueblo. Menos mal que la sangre no llegó al río porque las dos sacaron hierro al asunto, sobre todo ella.  Para rematar la noche se entera de que su niña devolvió la alianza a Zergio y se le desmelena.  ¡Adios casorio!.

    El que esa mujer estuviese anoche en la tele aguantándolo todo, ante tanto foco y tanta cámara, es lo que demuestra que las madres son siempre valientes y están con sus hijos a las duras y a las maduras, aunque no les guste nada el camino que están llevando con sus cosas y puedan equivocarse al juzgarlos aceptando sus decisiones a pesar de que no las aprueben.

    Como ayer el debate se centró prácticamente en Sindi y Sergio y no me interesan demasiado, más bien poco, las tribulaciones de Hugo y sus mujeres, y lo demás como siempre tendré que dejarlo para otro momento más propicio, me gustaría decir que soy también de los que piensan que esto, GH 13, se está haciendo interminable con tantos concursantes entrando por goteo cada semana y parece que todo sigue igual como al principio.  Han pasado 2 meses y 11 días exactamente desde el día que entraron en la casa y tenemos todavía 10 concursantes en Guadalix, exactamente los mismos que tenemos fuera ya expulsados si contamos a David que se marchó voluntariamente.  El lunes que viene expulsaremos a uno de ellos pero desgraciadamente entrarán otros dos en la repesca, de modo que vamos a estar peor de lo que estábamos el lunes pasado, es decir once dentro y diez fuera, con la posibilidad además de que vuelvan a entrar personajes como el Danonimo o Arístides, y otra vez volver a empezar.  En fin que a la gente le priva el morbo y a mí me desespera. Con seguridad entrará María, pero cualquiera de las otras opciones, porque con Michael no cuento, me produce ardor de estómago.
    Recuerdo que así, "volver a empezar", es cómo titulé la primera entrada de esta edición publicada el 20 de enero pasado. Por curiosidad la busqué en el archivo del blog y al encontrarme allí la primera foto que puse este año de los concursantes de GH 13 entendí porqué me siento tan frustrado y un poco harto.  La toma es en el vestidor, donde varios concursantes (David, Zulema, Mari Joy, Ochoa y Michael) que acababan de conocerse deshacen las maletas para colocar sus cosas en los armarios o taquillas.  Al darme cuenta de que ninguno de ellos está ya en Guadalix y que a estas alturas tampoco se vislumbra el final del programa, por lo que hemos comentado, me invadió una mezcla extraña e intensa de emociones: una punzada de nostalgia y bastantes dosis de ansiedad.  La angustia de no saber a donde quieren llevarnos con tanta vuelta y revuelta mientras uno no sabe si podrá digerir todo esto con la calma y lucidez que se merece.  Supongo que parte de la culpa será de la primavera que ha venido entre calores, sequía y el jet lag anímico por el cambio de la hora. Algo que en esta esquina atlántica se nota más, ya que el día perece interminable porque el sol se pone una hora más tarde que en el resto de España.

    De despedida y para acabar como empecé, folclórico, os dejo insertada la escena de una vieja peli española de 1938 - Mariquilla terremoto - con una Estrellita Castro muy joven de protagonista.  En el primer minuto esa Mariquilla pizpireta me resulta extrañamente familiar.



Forastero marulo
&&&

miércoles, 28 de marzo de 2012

ASUNTOS DE FAMILIA

    Mientras seguía la gala de ayer sufriendo o disfrutando, según los casos, de las ya clásicas visitas de familiares o amigos, y asistiendo al sorprendente estallido de emociones que suele producirse en la mayoría de los concursantes con reacciones un tanto exageradas en algunos de ellos, o extrañamente contenidas en otros, pensaba que siempre vivimos GH en dos planos que discurren paralelos: uno en el interior con ellos y otro exterior a través de sus allegados. Dos mundos que a veces se entrecruzan y se mezclan generando controversia, adhesiones o antipatías y condicionando desde afuera nuestra visión de los concursantes por causa del excesivo protagonismo de un amigo, una hermana, un padre o una madre que deciden implicarse totalmente, con razón o sin ella, y no siempre por el mero celo defensor del concursante que representan.

    Lo que hasta ahora era algo complementario que agradaba más o menos a los espectadores en función de las consecuencias para sus favoritos (información valiosa del exterior, ánimos, apoyo incondicional...) y que salvo algunas excepciones sólo influía puntualmente en la vida de Guadalix por estrategia del programa, este año parece haberse convertido en norma, de modo que la vida exterior, los asuntos de familia y particulares juegan con todas las de la ley en función de aquellos criterios que considere oportunos la dirección del programa con consecuencias impredecibles y nefastas para algunos concursantes. Lo que genera, evidentemente, muchas injusticias que condicionan de forma determinante la marcha del concurso.
    Siempre hubo discriminación en esto de las visitas y en otros tiempos criticaba enfurecido como a algunos concursantes se les sometía a mofa y escarnio con montajes que sólo buscaban ridiculizarlos, algo a lo que se prestaban familiares y amigos, mientras que otros se iban de rositas  más contentos que unas pascuas por la inyección de moral que suponía encontrarse con sus seres queridos gracias a una puesta en escena emocionante e inolvidable.  Por eso este año me cuidaré mucho de entrar por esa vereda, y cada palo que aguante su vela.

    Digo esto porque no hago más que leer sobre la afrenta y la crueldad del montaje que le prepararon a Hugo, obligándole a tomar la decisión hamletiana y cabrona de escoger para su visita una sola puerta entre tres posibles con un nombre cada una: la de su madre, la de su novia Julia y una tercera con interrogante en la que estaba María.  Desde luego pecata minuta si lo comparamos con la jugarreta que le hicieron la semana pasada a Noemí con Paolo, y no digamos ya la gran putada de meterle el novio a Sindi en la casa.  Al contrario que ellas, el catalán sí tenía el remedio en sus manos, la solución correcta, pero su decisión fue tan mezquina como lo está siendo todo su concurso. Él sabía perfectamente que sólo podía abrir una de ellas, ese era el juego, y en esos casos siempre se elige a la madre, que al fin y al cabo como dice el dicho madre sólo hay una y a los/as demás los encontramos en la calle.

    Con más razón después del ninguneo y el desapego que el mismo mostró en su vídeo de entrada respecto a su relación con Julia, algo confirmado tras el posterior encamamiento con María, la primera chica que le entró por el ojo de verdad en la casa.   Me imagino a Julia viendo la famosa imagen en que su novio Hugo, triste y afligido, olfatea la almohada donde pocas horas antes de ser expulsada se recostaba la jerezana, intentando retener por unos instantes su aroma. Me pregunto cuántas mujeres con un mínimo de dignidad hubiesen aceptado ir a esa casa para ver a su supuesta pareja después de presenciar algo así ante toda España y me da lo mismo que su madre, cuando le permitieron verlo tras una llorera sin consuelo en el confesionario, le haya susurrado a su hijo que Julia aún lo quiere. Como dije, después de su actuación en el tema de María y de su novia, Hugo me ha decepcionado aún más si cabe llegando a la conclusión de que en el fondo, salvo en las formas y el histrionismo, no es muy diferente a lo que nos ha estado vendiendo Noemí con Aless, Paolo y el brasileño Fael.  Y no hablo de mentiras o invenciones fantásticas como en el caso de su amiga canaria, hablo de posturas poco claras y confusas que conducen a error a las implicadas mientras intenta vendernos la moto a los espectadores.
    En fin que las visitas son siempre esclarecedoras para nosotros, al menos para mí, porque observar a los familiares y la relación que establecen con los concursantes, comprobar la transcendencia que estos dan al encuentro y escuchar las cosas que se dicen son elementos importantes que me ayudan a entenderlos mucho mejor.  Sobre todo gracias a esos detalles que a veces parecen insignificantes como el vestido, las miradas, la forma de sentarse, el lenguaje gestual, el vocabulario pero que todo en su conjunto y si el encuentro está bien diseñado, permiten completar algunas piezas del rompecabezas que nos faltaban para entender y comprender determinadas conductas e incluso rasgos del carácter y la personalidad de muchos de ellos. Además no es lo mismo encontrarnos con familiares que amigos, no es igual un hermano que el padre o la madre. Por cierto las sufridas madres casi siempre son mayoría.

    De ayer noche me quedo con muchas imágenes cogidas a vuela pluma que sería muy largo de explicar y desarrollar, particularidades que me quedaron grabadas y que seguramente a la larga no caerán en saco roto.
    En el caso de Pepe fue significativo que sólo viniesen sus amigos, los de la guitarra, la pandereta y la farándula. Un detalle que marca la distancia de su concurso dentro con la vida exterior. Una forma de entrar en GH con compartimentos estancos y sellados que no se mezclan en modo alguno, protegiéndose y ofreciendo en el altar de Guadalix solamente su parte pública, la distante, la que no mezcla la familia o el amor ni el sexo con el negocio. Es una opción.
   La visita que le correspondió al páter guarda muchas similitudes con la del bailaor. A él le trajeron un grupo de colegas moteros con los que tuvo el privilegio de darse una vuelta en su propia moto por los alrededores de Guadalix.  La diferencia fue que también contó con la presencia de su hermana con la que acabó llorando emocionado en un cálido abrazo. Lo curioso es que el danonino, en el plató, también lloró como un "magdaleno" ante la escena de su amigo (al final va a ser verdad que el canijo también tiene su corazoncito).

    Las demás visitas fueron una sucesión de amigas, hermanas y sobre todo madres, las que siempre están ahí, incondicionales de sus hijos, sean cuales sean las circunstancias. En la casa estuvieron varias: la de Ariadna, Hugo, Dani, Noemí, Aless, Sindi y Sergio, además de la madre de Berta que al ser expulsada estuvo esperándola en el plató.  El paradigma o ejemplo de lo que hablo se encuentra en la escena del encuentro de Noemí con su madre y su hermana. Para poder verlas y hablar con ellas a través de una ventana ella debía surfear encima de una tabla colocada en el jardín. En un momento determinado Noemí, llorando, implora a su madre que la perdone por todo (que es mucho como sabemos) y la buena señora le contesta con una claridad expresiva que ya quisiera haber heredado su hija:
  - ¡Eres mi hija cien por cien, lo que tu hagas te lo voy a perdonar todo!.
    Ya lo dice un dicho gallego: "Quen me dera unha naiciña aínda que fora unha silveira" (quién me diese una mamaíta aunque fuese una zarza)

    Hablando de la canaria, quería hablar de su mosquetero principal, ya que se me fue pasando y aprovecho ahora.  Hacía tiempo que lo sabía, que el italianini destacaba con diferencia por encima de los demás chicos de la casa. Fue difícil descubrirlo, ver de verdad todo lo que esconde y puede ofrecer en la convivencia y como persona. Una invisibilidad fraguada a la sombra de una hiperactiva y excesiva Noemí al haberse convertido en su juguete sexual, y también por la determinación de esconder su cara y su expresión detrás de ese peinado imposible, envidia de cualquier fregona que se precie.

    La madrugada del jueves pasado fue él quién habló más claro de todos, cuando interpretó certero ante Pepe el verdadero significado de la entrada de Sergio en la casa, las consecuencias que tendría esta circunstancia en la amistad del bailaor con Sindi y la reacción en cadena que supondría en el juego de equilibrios que prevalecía en la casa hasta ese momento, sobre todo respecto a ese trío inseparable y monolítico que conformaban la “mondarinas”, Pepe y Marta. Me gustó su lucidez y la forma sencilla de trasmitir al bailaor todo lo que iban a cambiar a partir de esa noche las cosas. Confesó  también que para él y Noemí hubiese sido mejor que entrase Paolo trasluciendo cierto hartazgo con las cosas de la canaria y al mismo tiempo mostrando una claudicación fatalista ante la imposibilidad de rebelarse ante ella.
    Aquella misma noche cuando le pidió aclaraciones a Noemí en el jardín sobre lo que pasó con Paolo durante ese breve contacto que tuvieron cuando se cruzaron en la sala de expulsiones, entendí definitivamente porqué no me gusta Pepe y sí Aless. Comprendí la diferencia fundamental entre los dos, esos detalles que hacen que una persona se me atragante por mucho que brillen y me entretengan las fascinantes luces de neón de su fachada pero que cuando todo se acaba sólo queda un recuerdo rutilante, alejado y lleno de frialdad, una eclosión que acaba en sí misma mirándose el ombligo y que sólo cuenta conmigo mientras compre el billete y aplauda sin fisuras el espectáculo que me ofrece. Fue un descubrimiento asistir a la forma en que el italianini pedía explicaciones a Noemí con determinación pero sin avasallar y sin arrogancia, de forma clara y directa mirándola a los ojos de igual a igual, con vehemencia exigente pero con corrección exquisita. Ella le mintió o le contó medias verdades pero no pudo eludir la mirada sincera y cordial, aunque seria, de un tipo que está a años luz de la soberbia y los planteamientos maximalistas, incluso intimidatorios, del estás conmigo o contra mí, que Pepe  siempre propone en sus relaciones.

    Desde ese día me quedó claro que, además de Ariadna, tengo a Aless como favorito.

Forastero Marulo
&&&

sábado, 24 de marzo de 2012

SIN TETAS NO HAY PARAÍSO

    Hoy es uno de esos días en que si fuese medianamente coherente debería tomar una decisión importante que a lo mejor tendría que haber adoptado hace ya algún tiempo, y que es apagar la televisión de forma definitiva, lo que significa prescindir de Gran Hermano con sus programas adyacentes y a otra cosa mariposa.   Tampoco pienso montar el numerito de la entrada que publiqué hace exactamente una semana – La teoría del caos – cuando reaccioné indignado y cabreado con Telecinco, como en los viejos tiempos, porque ya presentía entonces lo que acabó ocurriendo ayer con la entrada de Sergio, el novio de Sindi, después de la que nos tenían liada. Por eso no me voy a repetir demasiado porque lo que dije allí vale también ahora y me duele confirmar, con amargura y decepción, que mis peores presagios se cumplieron.

    La imagen del Danonino tocando las tetas de la Milá en el plató quedará para la historia de GH como otro icono antológico del programa, no sólo por la carga simbólica en sí misma, que es tremenda como veremos, sino porque representa la contradicción de un programa que intenta conjugar de forma hipócrita esta especie de convivencia vigilada de este año, controlando las formas de los concursantes y apoyando en apariencia lo políticamente correcto, con una deriva cada vez más retorcida y puramente mercantilista que es la que realmente interesa.   Un escenario que la presentadora ha asumido de lleno, con su genialidad e histrionismo a partes iguales, por mucho que proteste cada dos por tres, contrariada y molesta con las órdenes e instrucciones que le llegan a través del pinganillo, cuando intentan cortar desde la dirección su vena anárquica y evitar que la Milá se les vaya por los cerros de Úbeda.    Todo un guión tramposo y confuso con evidente intención de seguir "tirando de la teta" del morbo al calor del share del programa, porque conocen perfectamente de qué pie cojeamos y cuentan siempre con nuestra complicidad culpable. Y yo, al estar escribiendo esto, no quiero engañarme, soy de los primeros que contribuyo a ello. ¡Mea culpa!.
    Así que teniendo en cuenta que ayer no tuve los arrestos de apagar la tele y largarme a la cama con un contundente corte de mangas, aunque estuve en un tris de hacerlo y hubiera sido lo propio en cuanto la Milá anunció que la decisión de la santa y soberana audiencia de este circo, cada vez más morbosa y mezquina, fue que entrase uno de los novios; y entre las tres posibilidades la peor, es decir "Zergio"; he decidido, por una simple cuestión de higiene mental y tal como prometí estos días debatiendo en el blog, tomármelo con humor y procurar en la medida de lo posible cachondearme de todo.   Mientras pueda, claro, porque después de tantas veleidades, tantas subidas y bajadas en esta especie de montaña rusa diabólica en que nos han montado, y por culpa del goteo interminable de entradas de concursantes, algunas como la de ayer tan fuera de lugar, esto comienza a ser agotador y perjudicial para la estabilidad de cualquiera. Incluso para un seguidor incondicional y devoto del programa como yo.
    Ayer, como decía, todos mis temores se cumplieron e incluso a Mercedes, que luego seguiremos hablando de ella a cuenta del danonino, sólo le faltó que la chica mona esa, la de los sobres con la decisión de la audiencia, le trajese esta vez una palangana con agua para lavarse las manos como Poncio Pilatos en representación del programa (hasta en esto se cumplió el vaticinio), mientras nos decía a todos nosotros, como sólo ella sabe hacerlo, mirándonos a la cámara y también al público del plató que menos remilgos, que la decisión de que entrase Sergio fue nuestra y somos sus cómplices, los cooperantes necesarios del peor delito que podíamos cometer en este juego: robarle el sueño a una persona como Sindi y matar su ilusión inoculando dentro de la casa un virus dañino e innecesario de la realidad exterior. Convertidos, en suma, en esos cómplices envidiosos e inquisitoriales que a veces renacen de esta España profunda que todavía late vigorosa si rascas un poco detrás de tanta modernidad aparente y frágil.    En conclusión, Mercedes nos dijo la puñetera verdad pero cargada de un cinismo arrebatador, y juegan con eso aunque algunos siempre nos rebelaremos.

    Una de las pocas cosas positivas de ayer fue la expulsión de Cristian, por fin, a pesar de que entiendo a los que se relacionaron con él dentro de la casa, que lo disculpan y lo defienden porque una cosa son las barbaridades que ha soltado por la boca este tipo y otra la convivencia diaria a su lado. El clásico argumento de que casi cualquiera tiene derecho a una oportunidad en la vida para demostrar que en muchas ocasiones las apariencias engañan; pero hay actitudes y opiniones que no son de recibo ni tampoco neutras, más aún con la que está cayendo.  Algo que no debería premiarse jamás en ninguna circunstancia.  Supongo que todos alguna vez nos hemos cruzado con personajes como el danonino, en mi caso con unos cuantos, por eso sé que detrás de toda esa pantalla cutre y rijosa suele esconderse a veces, un gran tipo de buen corazón buscando una salida equivocada a su inseguridad y sus complejos.  Pero ni siquiera así, que a lo mejor es el caso, me vale por inaceptable.
    El piltrafilla, como lo llamó Mercedes mientras lo agarraba por la presilla del pantalón con la evidente intención de darle a entender que se lo comería con patatas durante la entrevista, crudo y en directo, salió respondón y lo que en principio parecía que iba a ser una de esas tardes toreras de la presentadora en la que cortaría las dos orejas y el rabo del canijo, se convirtió en una sucesión de escenas chuscas e hilarantes más propias de una de esas comedias surrealistas y enloquecidas mitad Torrente mitad Almodóvar.  Y el supuesto correctivo que todos esperábamos se transformó en un paripé caricaturesco con un Danonino crecido y sembrado, una entrevista que nos regaló una sucesión de imágenes sorprendentes e impagables dignas de figurar en los anales de lo grotesco y en la antología del disparate. Un esperpento vamos. Eso sí disfrutamos a tope por no llorar claro.

    La verdad es que después de una gala como la de ayer ya nada será igual en esa casa.
    No importa que cortasen las alas a Sindi rompiendo toda posibilidad de ser ella misma sin yugo ni ataduras, arrebatándole la ocasión de caer las veces que fuesen necesarias para levantarse después y elegir o no el destino prefijado de un futuro al lado de Sergio.  Ayer al verla por la casa cogida del brazo de su novio fuimos conscientes de que le robaron la libertad de tomar sola esa decisión, sin tutela alguna aunque signifique dolor y renuncias.

    No importa que condicionasen la evolución y la transformación desquiciada de Noemí con ese encuentro fugaz y amargo con Paolo, ese supuesto novio que le reprochó en el momento y en el lugar más inadecuado las promesas incumplidas.  Después, sola, llorando abatida en el confesionario (esta vez me creí por primera vez sus lágrimas) la canaria habló y se lamentó por ella y también sin saberlo por Pipi, repitiendo una y otra vez entre sollozos como un mantra la misma pregunta que me hago yo: ¿Por qué, por qué le tienen que hacer esto?.

   No importa que con una Sindi injustamente desactivada regalen a Pepe la posibilidad de ganar, poniéndole en la palma de la mano el as que le faltaba: nuestra solidaridad con su pena y amargura por tener que prescindir probablemente del disfrute privilegiado e incondicional de su mejor apoyo hasta ahora.
    Nada de eso importará cuando dentro de un par de años veamos al Danonino haciendo de sí mismo a las órdenes de Santiago Segura en la próxima peli de Torrente o en un programa de Sálvame debatiendo sobre el papel de la mujer en la sociedad actual y alguien a nuestro lado pregunte quién es el pequeñajo ese, y al enterarse que fue concursante de GH 13 nos responda que ya se acuerda, que era la famosa edición aquella en que a Mercedes Milá ese tipo tan gracioso le palpó las tetas ante toda España.

   Nadie recordará que esa misma noche a una chica de pueblo, la humilde y pizpireta mondarinas, le robaron su sueño. Nada de eso importará porque todos sabemos que sin tetas no hay paraíso.

Forastero Marulo
&&&

martes, 20 de marzo de 2012

EL TORO POR LOS CUERNOS

    Me siento totalmente identificado en estos momentos con el pacto de Pilar Ochoa con su amiga Vero cuando acordaron que ésta, durante su despedida de la casa desde el plató, incluyese la frase “coger el toro por los cuernos” siempre que se confirmase fuera su sospecha de que la canaria les había estado mintiendo respecto a las nominaciones, para obrar así después dentro en consecuencia. Una información, por cierto, que al final no le sirvió de nada a la riojana porque ella también fue barrida por el efecto Noemí.  Por eso, a pesar de que en el último comentario que dejé en la entrada anterior asegurando que había vida en la casa más allá de la canaria y sus piruetas, no me queda más remedio que hacer lo mismo y coger también al astado por los cuernos para hablar de ella, una vez más, con todo lo que conlleva.

    Vale que podría arrancarme por peteneras o soleares y contar las cosillas que ocurren dentro de la casa, pero no me queda otra si quiero seguir comentando este circo desmadrado y loco en que el espectáculo de la pista central (Guadalix esta semana) ha perdido gran parte del interés y nos extraviamos pendientes de las volteretas y saltos mortales sin red que la trapecista del circo, la más mimada este año, se dedica a dar fuera de la carpa mientras "hace las américas" intimando sin complejos con el tal Fael, un papito carioca allende los mares para cubrir sus necesidades, y que al parecer según ella misma ha insinuado no ha estado a la altura de las circunstancias para escarnio de los brasileños. 

    Además, para despistar y enredar aún más la madeja en la que estamos metidos, nos ofrecen el caramelo envenenado de observar otra pista secundaria, la del probódromo, donde los respectivos novios o lo que sean de Pipi y Noemí, dos tipos que debían quedar totalmente ajenos a la fiesta principal, esperan nuestro veredicto. Una pelota que la organización ha dejado en nuestro tejado para que resolvamos semejante entuerto cargando las consecuencias en nuestra conciencia, mientras tanto los gerifaltes de este invento, satisfechos y convencidos, se lavan cínicamente las manos igual que Poncio Pilatos como apuntó de forma muy atinada Sherezade en uno de sus comentarios de la anterior entrada.   No pienso votar aunque sea gratuito y también me lavo las manos con el resultado, pero espero que aquellos que voten no incluyan a ninguno de los dos en el menú de Guadalix y los manden a su casa, como debería ser, con una contundente patada en el trasero.

    Noemí lo ha conseguido. Para seguir en el candelero ha llegado a extremos que nunca imaginaría, y lo que aún nos queda. Ni siquiera fui capaz de atisbar algo así aquel primer día cuando entró en la casa “dada la vuelta” y no dudo en cabalgar sobre los hombros de un Pepe, algo molesto y reticente, para alcanzar aquella llave colgada del techo que les permitiría entrar en la casa por primera vez. Creo que el bailaor, independientemente de que la utilice para sus intereses, lo mismo que ella lo utiliza a él, no la soporta desde aquel momento.  El hombre lleva muy mal que nadie se le suba a la chepa y la canaria a su manera no ha dejado de hacerlo durante todo el concurso; una de las pocas cosas que me gusta de esta chica.
    Los que me han leído anteriormente saben que soy poco amigo de lapidaciones públicas de concursantes femeninas y me molesta que se juzgue a la ligera su conducta sexual dentro de la casa, sobre todo cuando no ocurre lo mismo con sus compañeros masculinos utilizando varas de medir diferentes, valorando lo que hacen ellos como si fuesen los “putos” amos del sexo y unos cracks en la cama, mientras que sí son ellas las liberales acaban siempre, tarde o temprano, con el San Benito colgado de sueltas y zorrones como mínimo. Por ahí no voy a entrar mi me encontrarán, así que lo que haga la canaria con su cuerpo y más si la chica disfruta del asunto pues mejor que mejor.  Sus razones me dan lo mismo, tanto si se trata de una especie de Mesalina resucitada como algunos apuntan malévolamente, como si pretende reivindicarse para futura actriz porno siguiendo la estela de Rebeca de GH 11 (la dueña de la gran e inolvidable Rosita, su muñeca); o simplemente porque sigue a pies juntillas, lo más seguro, el cachondo alegato de Pepe Herrero en el último debate cuando resumió en su comentario sobre esta concursante diciendo simplemente que "follar es bueno". Muy bueno, añadiría yo totalmente de acuerdo con tal afirmación.

    Pero el problema del asunto no es el sexo en sí, al que se aplica con mucho entusiasmo y sin represión alguna (ella misma aseguró que no puede pasar sin practicarlo muchos días y que cuenta incluso con un follamigo y todopara cubrir sus necesidades en este tema ); lo que no me cuadra es el uso torticero de una actividad tan sana y gratificante para la mente y el cuerpo, las mentiras constantes que nos cuenta y sobre todo, como llevo diciendo casi desde la primera semana, la evidencia de sus contradicciones. Todos las tenemos, pero en su caso son de tal calibre y de un cinismo tan apabullante que raya casi lo enfermizo. Otra cosa, a lo mejor, es que ésta sea la película que se ha montado para ganar el concurso; una enorme bola de nieve que ella y nosotros estamos creando, imposible de parar ahora, y que desciende montaña abajo arrasando con todo hasta que se pulverice destrozándola con ella encima, envuelta en sus embustes y sus patrañas. O por el contrario, que la lleve a alcanzar el objetivo final: la victoria con todas sus consecuencias.
    Muchos están pasando por taquilla y encandilados ya han comprado el boleto para no perderse el siguiente capítulo de la sucesión de escenas impagables que están viendo y disfrutando gracias a la canaria: “Lío en Río” “Sexo, mentiras y cintas de vídeo” “Noemí (Eva) al desnudo” “Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo”..... Estamos asistiendo al nacimiento de un mito de GH, alguien que no sé si ganará el concurso, espero que no, pero desde luego fuera se va a forrar.

    Yo por supuesto no compro, fundamentalmente porque me gusta la coherencia y aquellas personas que nunca sabes por donde van a salir me desconciertan. Y más aún cuando pretenden estar en misa y repicando como Noemí, llorando un día por "la palabra de cuatro letras" cuando ven peligrar su culo y al siguiente haciendo todo lo contrario. Y esto no tiene nada que ver con que un concursante o cualquier persona te pueda sorprender con algo que no esperabas de ella, tanto si es positivo como negativo.  Algo que sí me agrada y pasa a veces en GH; en el primer caso cuando ya es tarde y irremediablemente ya están en el plató expulsados y en el segundo, cuando se nos cuelan desgraciadamente en la final, y además con posibilidades.
    Quería hablar también del tema de Sindi y Pepe pero a pesar de mi promesa previa lo dejaré para otro momento por no hacer esto eterno. Eso sí, quiero subrayar que si al escribir sus nombres la pongo a ella de primera, no es casualidad ni por aquello tan manido de las damas primero, lo hago porque en esta historia de amistad, cariño, desencuentros y otras emociones Pipi sale ganando con creces, y no porque sea mejor o peor que el bailaor, aunque la prefiero infinitamente antes a ella, sino porque se ha expuesto mucho más, arriesgándose a perder su mundo anterior y ha evolucionado con el concurso. Sindi ha florecido, ha crecido con sus luces y sus sombras mientras que Pepe, sin embargo, sigue siendo fundamentalmente para mí aquel mismo tipo que entró el primer día en aquella habitación dada la vuelta que comenté al principio de esta entrada.

Forastero Marulo
&&&

viernes, 16 de marzo de 2012

LA TEORÍA DEL CAOS

    Venía dispuesto a hablar como todos los viernes de la gala de ayer, de las nominaciones de esta semana, de la elección de Noemí para viajar al gran hermano brasileño y por supuesto de la expulsión de Michael y la entrevista que le hizo Mercedes. En definitiva, como es costumbre, comentar las consecuencias de todo lo ocurrido en el concurso tras la expulsión del poli y también sobre algunas cosas de la semana que me quedaron en el tintero por falta de tiempo, pero debo reconocer que estoy tan indignado que soy incapaz de centrarme en nada mientras no me despache a gusto después de la sucesión de despropósitos que nos regalaron ayer en una gala demencial y caótica, con unos tremendos fallos de organización que provocaban el sonrojo, como no dejar claro a los demás que la canaria también entraba en las nominaciones (menos mal que Pepe Herrero está en todas y avisó del entuerto) y una Mercedes Milá que no daba pie con bola metiendo la pata continuamente, confundiendo una vez sí y otra también los nombres de los concursantes y que semana a semana se le nota todavía más de qué palo va, partidista como siempre. 

    En primer lugar quiero dejar claro, por tanto, que me parece una maniobra burda, e incluso un fraude al espíritu del programa, que pretendan meternos con calzador en GuadalixPaolo y Sergio (respectivos novios de Noemí y de Sindi), con la intención de tenerlos allí una semana apartados mientras nos piden que decidamos nosotros votando si queremos que el próximo jueves entre uno de ellos como concursante de pleno derecho, o ninguno de los dos.  Todo un montaje sacado de la manga para alimentar el morbo de la audiencia y con el objetivo último, supongo, de aumentar el share del programa un miserable punto, o dos.   No le encuentro sentido alguno a este experimento, o como queramos llamarlo, salvo que pretendan desvirtuar el programa de forma definitiva ya que la operación supone un torpedo en toda la línea de flotación de dos concursantes, la andaluza y la canaria, que están siendo por diferentes motivos dos de las protagonistas hasta ahora en la vida de la casa. 

    Es necesario resaltar que sus novios (en el caso de Paolo hablamos evidentemente de supuesto novio de la canaria, todo un expediente X sin aclarar) no son desconocidos para los espectadores, al contrario, forman parte de nuestro imaginario a través de ellas, gracias a lo que significan o significaron como referentes afectivos en sus vidas antes de entrar en la casa, historias que nos han servido para entender, criticar y juzgar el devenir de Noemí y Pipi hasta ahora en el concurso, valorando su evolución dentro de la casa, como positiva o negativa, en gran parte en función de esa circunstancia.  Lo mismo que Hugo, que por cierto no sé si entendí muy bien a Mercedes pero es posible que Julia, si acepta, podría también estar con ellos pendiente de entrar si la audiencia siempre soberana y "morbosa" lo decide.  Así que ya me estoy viendo la liada que se montará si caemos en la trampa enfermiza que nos tiende el programa y elegimos a uno de ellos para entrar en la casa, el que sea. Seguramente el descartado tendría otra oportunidad que se jugaría con la novia de Hugo si la chica acepta entrar al trapo, la semana siguiente.  Todo muy retorcido y miserable desde mi punto de vista.

    En resumen el caos más absoluto, ya que como apunta la famosa teoría científica sobre este tema, en determinados sistemas sensibles (y la casa de gran hermano lo es) pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden provocar grandes cambios en el comportamiento futuro. Y estas variaciones con la llegada inesperada de uno de ellos a la casa puede destrozar todo el equilibrio del sistema con consecuencias impredecibles para el concurso pero sobre todo para los que están directamente implicados.

    Ya hemos asumido a lo largo de todas las ediciones anteriores, en mi caso con disgusto, repescas disparatadas y el goteo continuo de nuevos concursantes que entran tras el comienzo del programa, pero esto supera todo lo razonable. Gran Hermano tiene sentido precisamente por el aislamiento del exterior, por la falta de referencias a las que agarrarse más allá de la interpretación que se haga de las expulsiones semanales, de alguna visita en fechas señaladas o con la entrada de concursantes nuevos, siempre desconocidos, que pueden dar pistas de cómo se está viendo la cosa fuera gracias a sus actitudes, como pasa este año.  Por tanto, aún comprendiendo que con los tiempos de crisis que corren se quiera hacer caja por encima de todo, rechazo rotundamente esta nueva vuelta de tuerca aunque nos den también la posibilidad, gratuita, para que no entre ninguno.

    Al final, molesto y decepcionado, acabo poniéndome muy suspicaz y me quedo con la impresión, a lo mejor injusta, de que lo único que se busca es poner puente de plata a la victoria de algunos como Pepe. Al menos en el caso de que entre Sergio.  La verdad es que no sé que hace el hombre éste, ni lo que le han prometido, pretendiendo entrar en la casa y machacarle el concurso a su novia. Desde luego no soportaría otro año más un culebrón como el del año pasado, aquella historia infumable de Chari y Rubén que se constituyó en el eje central del concurso durante gran parte de la edición. Ya me imagino la movida con un triángulo formado por Pepe, Sindi y Sergio anulando todo lo demás de forma injusta. Me pregunto si acabarían metiéndose los tres juntos en la cama en una especie de “ménage à trois”, y si al finalizar el concurso se llevarían al bailaor a casa, como dijo Sergio, ocurrente, ante una pregunta de Mercedes en aquella gala cuando se destapó la confusión de sentimientos de su novia hacia el bailaor.   Desde luego si entra su novio, a Sindia le quedan dos salidas: coger la maleta y largarse o mandar a tomar por saco directamente a su "Zergio" y a Telecinco.
    Lo de Mercedes es para darle de comer aparte, porque vuelve una y otra vez a tropezar en las mismas piedras (lo digo en plural a conciencia).  Se ve a leguas su preferencia por el bailaor y si no tuviese las consecuencias que tiene de cara a la audiencia incluso me hubiese hecho gracia ver como ayer se cabreaba con los realizadores de los vídeos, de una forma absolutamente pueril y ridícula, porque no habían sacado a su Pepe limpiando los cristales cuando previamente pusieron al Danonino criticándolo por su falta de implicación en la limpieza de la piscina y ella juraba haberlo visto con sus propios ojos.   Es de coña, lo que me faltaba, verla a ella protestando por aquello que tantas veces recrimina a los concursantes tratándolos casi de “reventados” cuando se quejan de que en los vídeos no sale todo.   Aún me estoy riendo, pero de pena, claro, al comprobar que nuestra presentadora se constituye en juez y parte como si fuera una familiar más o amiga del bailaor. Verdaderamente patético.  Sin embargo no tiene empacho en seguir dando caña a los que no soporta a la menor oportunidad, por ejemplo cuando pidió con recohineo a Ochoa durante la gala y sin venir a cuento, que se fijase en cómo eran las cosas, que Martita la de la pinza, a la que nominó en su momento, seguía en la casa después de varias nominaciones y ella estaba allí, sentada en el plató.

    Acabo de leer que la gente en general alaba que la presentadora pidiese disculpas a María por aquello que tanto criticamos aquí el jueves pasado cuando le ofreció el móvil para hablar en directo con la novia de Hugo el día de su expulsión. Desde luego la andaluza (qué remedio le quedaba), muy educada, aceptó las excusas, pero  a mí ya no me valen, porque siempre hace lo mismo, como algunos católicos que cometen pecados bien gordos sabiendo que luego confesando el asunto al cura de turno queda todo zanjado. Pues no, porque el mal queda hecho y es algo que ya huele por repetitivo. Aún recordaba aquí el otro día el caso de Nani en GH 10, con quién hizo exactamente algo parecido cuando la puso a los pies de los caballos y de zorrón para arriba, y a la semana siguiente le pidió disculpas. O el caso de la misma Chari, la edición pasada.
    Para ser ecuánime también debo reconocer que ayer en la entrevista a Michael, la Milá fue dejando poco a poco el guión que tenía establecido para resaltar, seguramente, la imagen de un pobre infeliz pagafantas y algo reventado con Pepe para acabar atrapada por la candidez y la ingenuidad de un tipo sin dobleces, extremadamente educado y nada retorcido teniendo en cuenta lo que se queda en la casa.  Tampoco sirvió de mucho incidir en la faceta de tipo enamoradizo que fue recibiendo calabazas hasta que se dejó querer por Ariadna, una relación en la que se intentó censurar una actitud poco clara y confusa por parte del poli cuando en realidad lo único que pasó es que no supo entender el jardín en el que se había metido comportándose como un adolescente inexperto. Al final quedó demostrado que por su parte no se trataba más que de afecto y cariño, sin segundas intenciones, aunque sacase algún provecho de ello. Una relación que no tenía futuro como hemos explicado y debatido durante semanas y que sólo se sostuvo por la obcecación de Ari en continuar en la brecha sumado a la incapacidad del poli para manejar la situación con más tacto y pericia.

    Asistimos a la elegante despedida de un tipo educado y buena persona que acabó por desarmar finalmente a Mercedes; por eso me pareció totalmente fuera de lugar, por furibundo y desconsiderado, el ácido comentario de un engreído y cada vez más insoportable Iván (invitado a la gala), que voceando y apuntando con el dedo (no ha perdido sus tics incorregibles) parecía acusar al poli de haber matado a Kennedy o algo así. Me dio la impresión de que el pirata estaba sufriendo una peligrosa regresión y se imaginaba que estaba de nuevo ante Carlos Hoyas, o Carlitos, el ex de Gemma de GH10.  El pobre Michi alucinaba en colores y no sabía muy bien a qué venía tanta inquina hacia su persona ni por qué, en general, se ponían tantos peros a lo que él entendía que fue una intachable conducta en su paso por la casa digna de figurar en la hoja de servicios de cualquier policía que se precie. Anodina, vale, pero impecable.

    El caso es que al final nos brindó, con simpleza y sinceridad, una de las despedidas más emotivas y tiernas que recuerdo en Gran Hermano.  Y sus lágrimas fueron un regalo.

Forastero Marulo
&&&

miércoles, 14 de marzo de 2012

LAPSUS LINGUAE

    Noemí no hablaba realmente de un lapsus de maldad cuando admitió en el confesionario, con un punto malicioso, que a veces le salen las cosas sin control reconociendo que es algo propio de su forma de ser.  En propiedad, lo que tuvo el día de la gala cuando le contestó lo que le contestó a María ya expulsada en el plató, fue un “lapsus linguae”. Se trata de una locución latina que actualmente se utiliza para denominar un “error o tropiezo involuntario e inconsciente al hablar”.  Nadie se ha librado de haber vivido o sufrido alguna vez esta experiencia, que dependiendo del lugar donde ocurra o de los interlocutores presentes puede resultar muy comprometida o una anécdota simpática sin más.   El problema de este fenómeno, al que son proclives unas personas más que otras, es que deja al desnudo las intenciones ocultas de quien lo padece al traicionarle el subconsciente.  Una situación que derriba por sorpresa el autocontrol cuando menos se espera, ese delicado equilibrio que tejen las normas sociales y una “buena educación” asumida durante años para mantener la fiera que todos alimentamos en nuestro interior dentro en unos límites razonables, y que con esta triquiñuela burla las convenciones de lo correcto por la puerta trasera dejando escapar los demonios que todo el mundo en mayor o menor medida trata de contener.

    Freud, el padre del psicoanálisis, y que elevó el inconsciente a la categoría de lo consciente, o más, ya decía que las equivocaciones verbales - lapsus linguae - no son tan irrelevantes como pensamos y que en la mayoría de los casos constituyen el reflejo de poderosas motivaciones inconscientes que pugnan por salir al exterior como la lava de un volcán acumulada durante mucho tiempo debajo de la superficie. Perdonad porque hoy toca digresión marula u homilía (como queráis), pero la cuestión en este caso es determinar cuáles son de verdad esas motivaciones ocultas de un lapsus como ése, que brotan en el momento más inesperado arrasando con todo y que teniendo en cuenta de quién vienen, la canaria como ya vimos, tiene una importancia fundamental en el concurso. 
    Noemí, como ya hemos explicado y debatido ampliamente, tiene interiorizado que su gran frustración es su incapacidad manifiesta de llevarse bien con las chicas, y por tanto la dificultad de tener amigas de verdad con las que compartir esas cosas de mujeres que por otra parte tanto desprecia o dice despreciar, como la zorra aquella de la fábula que rechaza las uvas diciendo que están verdes cuando se da cuenta que no puede alcanzarlas.  Un drama fingido o real al que hemos asistido varias veces en lo que llevamos de programa con resultados poco satisfactorios hasta ahora para ella y que sólo con Ariadna, por cuestión casi de supervivencia desde que expulsaron a Ochoa, ha funcionado con bastantes altibajos; sobre todo últimamente con la llegada de Berta.  Como sabemos, por el contrario, la canaria se encuentra mucho mejor y más cómoda, como pez en el agua, entre los chicos. Utilizando en general con ellos, por lo que vemos en la casa, un doble juego de amistad y seducción a veces equívoco y peligroso que le lleva a arriesgar al límite con casi todo lo que lleve pantalones. Ejemplos sobran. 

    Sin ir más lejos tenemos el último y esperpéntico episodio (que parece sacado de una secuela chusca de American Pie) de los escarceos e insinuaciones de Noemí con Cristian, mientras bailaban juntos y amarraditos en la fiesta de bienvenida a Laisa este fin de semana.  Una comedia a la que ella se prestó entusiasta para dar celos al italianini entrando al trapo en el juego ridículo del canijo, convencido éste de que era un Don Juan hispano irresistible; lo mismo que Alfredo Landa en una peli cutre de aquellas de la transición en que se pavoneaba sacando pecho peludo por las playas de Benidorm con la intención patética de ligar con las turistas suecas. La canaria, con su actitud alimentó en él la ilusión de que la tiene en el bote, hasta el punto de que se ha creído, el muy cazurro, de que Noemí casi come en la palma de su mano. Para que engañarnos, la realidad siempre supera a la ficción.
    Volviendo a lo que íbamos, vista con tranquilidad la "faltada" que le suelta Noemí a María se aprecia un ligero titubeo, un casi quiero o no quiero, pero triunfando al final su carácter bronco, desconcertante e impulsivo. Es cierto que acabó por reconocer con disculpas peregrinas en el confesionario ante el súper lo que negó a todos sus compañeros dentro de la casa con un cinismo de libro, pero ya no me quedan muchas dudas a estas alturas de cuál es la causa última de una conducta tan censurable. Da la impresión de que el inconsciente la traiciona y tal vez lo que realmente le molestó, y de ahí semejante salida, es que la andaluza se llevase el gato al agua delante de sus narices (es decir a Hugo), mientras que ella no fue capaz de conseguir pasar más allá de una simple amistad con su papito, más o menos lo mismo que le pasó a Ari, de forma que ninguna de las dos, aún deseándolo, atacó a fondo al catalán (él tampoco les dio pie para ello) pensando que su relación fuera con Julia pesaba demasiado para él. Como alternativa las dos buscaron un premio de consolación en otros brazos (Noemí con Aless y el resultado que ya conocemos, y Ariadna con Michael, un peñazo de relación que no conduce a nada). 

    Volviendo al taponcete, es decir al Danonino, desde luego no tiene desperdicio el tipo éste asegurando ufano después al cándido del poli, que allá la canaria con su rechazo, porque él, un machote con dos pelotas, sólo da una oportunidad a las “titis” y ella sabrá lo que se pierde. El tiparraco no debe tener abuela, o la pasta que decía sacar con tanta facilidad delante de según que mujeres para pagar determinados servicios le ha nublado el sentido confundiendo la seducción real con una pura transacción económica.  Lo cierto es que es para “escarallarse” de risa ver como presume por la casa adelante, tan pagado de sí mismo, cuando la realidad que vemos todos es que la chica de los lapsus malvados lo ha utilizado miserablemente para lo suyo. Ya que hablo del danonino y aunque pinche en hueso, aprovecho la coyuntura para recordar a quien quiera escucharlo que considero una ofensa y una vergüenza que el próximo jueves salga cualquiera de los nominados antes que él.  En fin, ya sé que es un concurso, que la audiencia es soberana votando lo que le sale de los mismísimos y que me repito más que el ajo pero necesitaba decirlo de nuevo una vez más.

    Por tanto, unas que nos pillan con el pie cambiado con sus "lapsus linguae" de maldad, otros con poco más de metro y medio que sólo son fantasmas de boquilla y que si comen una cuentan veinte, y luego la estrella de la casa, el príncipe del "tablao", el media lengua como el mismo dice, que se desata sin contención alguna cuando sufre la horrible y humillante afrenta para su ego inmenso de salir nominado, asumiendo fatal y peor que nadie, al menos que yo recuerde, una circunstancia tan normal en Guadalix. Algo consustancial a ser concursante de GH.

    Me sorprende y me hace gracia, aunque lo respeto, que algunos  justifiquen el carácter de Pepe cada vez que está en la palestra con el cuento de que en realidad lo que lleva fatal es pensar que le calzaron los puntos personas que no contaba. Cuentos chinos para fans irredentos. Desde mi perspectiva un tipo que vive tan mal semejante circunstancia sin motivos de peso, por muy humano que me parezca, no merece llegar a la final. Es un poema asistir a sus peroratas interminables con unos y con otros para buscar culpables dando palos de ciego en un nuevo capítulo de "no habrá paz para los malvados".  Una buena muestra de ello es el empecinamiento, por ejemplo, con que Noemí lo traicionó y se la clavó por la espalda en las nominaciones, dando la brasa a media casa obcecado con esa sospecha, hasta que al final cayo de la burra y tuvo que arrastrarse como "un perro deshidratado" a disculparse con ella tal como había augurado la canaria que lo haría.
    Una de las consecuencias de ese estado medio catatónico en el que vive, amargado y "emparanoiado" buscando culpables a diestro y siniestro, fue su encontronazo con Pipi Mondarinas, su mejor aliada y amiga por algo tan miserable como un poco de tortilla y algo de vino.
    Un suceso mucho más significativo de lo que parece, que unido a la batalla del bizcocho, y estrechamente emparentado con ella, forma parte de uno de los ejes fundamentales de esta edición, un coletazo de esa guerra alegórica en la que vive instalado el bailaor, de la gran representación de una danza gloriosa en varios actos en la que cualquier robo de protagonismo o asomo de sombra al fulgor de su presencia es cortado por lo sano. Un aviso a navegantes de que, ojo, en este sarao manda él, y de corrupta no se libra ni siquiera la perfecta y dulce Sindi. Su leal capitana.
    Es algo que ya apuntaba en la anterior entrada cuando decía que Pepe, tras ganar la guerra del bizcocho, no era consciente de que al final su inseparable compañera podría estar mejor posicionada que él y convertirse ella en la reina de GH 13.  Ese enfrentamiento y ensañamiento del bailaor con Pipi, acusándola de corrupta y poniéndola al nivel de los demás (tan divino él) fue cruel y gratuito, y por mucho que después pidiese perdón a la Mondarinas y acabasen abrazados los dos con Marta arrinconada en una esquina llorando después de estar ahí aportando consuelo y mediación, fue la señal de que a Pepe también le traiciona el inconsciente, y éste le dictó bajar a su amiga de su pedestal de santa.  No vaya a ser que su amiga se eleve demasiado hacia la gloria y cuando quiera darse cuenta ya sea imposible alcanzarla.

    Como me he alargado demasiado otra vez y necesito folio y medio para desarrollar a fondo este desencuentro por la relevancia que tendrá, según mi opinión, en la consecución de GH 13, lo dejaré para el jueves intentando meter una entrada a mayores esta semana.

    De paso hablaré de otras cosas que por falta de tiempo y ganas, y también para no resultar tedioso, dejaré para ese día o para los comentarios. Y dejar constancia, por decir algo, del culo omnipresente de la brasileña por todos los rincones de la casa para regocijo de los concursantes masculinos y un poco de hartazgo para nosotros. El mismo Dani, al parecer bastante desinteresado en el asunto, exclamó mareado ante tanta hiperactividad y movimiento vibratorio de nalgas:  -¡Por favor, que descanse ya! ¡Que pesada!.
    Al Danonino por cierto, ante tanto esplendor, le dio por hablar y comparar ferraris y pandas. Pues nada, cada uno a lo suyo.

Forastero Marulo
&&&

viernes, 9 de marzo de 2012

MI REINO POR UN BIZCOCHO

    Antes de entrar a saco con la guerra del bizcocho y sus consecuencias, el tema principal de la semana, e intentar comentar mínimamente algo de lo que pasó en una gala como la de ayer con tantas entradas y salidas, con tantos acontecimientos y temas de los que hablar, quisiera dejar clara desde el principio, no vaya a ser que se me olvide, mi postura sobre las nominaciones de esta semana.

    Dejando al margen a Marta de esta expulsión y aunque lo tiene crudo a Michael, un concursante inofensivo y en el fondo buena gente que no llegará a la final por anodino y falto de chispa, para mí la cosa estaría entre Pepe y el Danonino.  Tengo muy claro que teniéndolo a tiro, y no es demagogia barata, no sería de recibo que continuase en el concurso el cavernícola de Cristian (parece que fue una casualidad del destino que quedase nominado justo ayer, el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora). Una oportunidad de oro para mandarlo a casa con su colección de opiniones machistas y sus chistecillos rancios torrentianos que no me hacen puñetera gracia.  Prefiero que gane Pepe el concurso, que ya es decir, antes que un tipo tan impresentable como éste siga una semana más en Guadalix.
    No voy a extenderme tampoco demasiado con la expulsión de ayer porque, descartado el cura, ninguna de las dos candidatas a irse me producía ni frío ni calor, y viví con mucha tranquilidad la resolución de la misma. Bueno, para ser totalmente sincero deseaba que se fuese Noemí y estaba expectante por saber hasta que punto el público votante, carpeteras y demás, tendría en cuenta las contradicciones y el teatro que le echa esta chica al asunto. Y me quedé a cuadros, la verdad, para que negarlo, con una sonrisilla irónica que se me congeló después automáticamente en cuanto la canaria contestó lo que contestó a María, como veremos, cuando ésta se despidió de ella desde el plató. Y vamos ya a la dichosa guerra del bizcocho

    Ricardo III, un rey inglés del siglo XV inmortalizado por Shakespeare en una de sus obras, quedó descabalgado de su caballo por culpa de una herradura mientras dirigía la batalla más importante de su vida para defender el reino de Inglaterra contra aquellos que pretendían usurparlo. Al verse en peligro y casi perdido, con sus soldados huyendo en desbandada, gritaba desesperado en medio de la refriega aquello de: ¡Mi reino por un caballo!.  El monarca no consiguió la ayuda buscada y murió a manos de sus enemigos tras perder la batalla. En consecuencia perdió la guerra y su reino quedó bajo los Tudor, pero la frase del rey Ricardo pasó a la historia como ejemplo y enseñanza de que a veces por un detalle, una herradura y un caballo en este caso, se puede ganar o perder todo: una batalla, un reino o un concurso.

    Pepe, autodenominado como príncipe de la casa, decidió esta semana dar un golpe de efecto. Aglutinó sus huestes más fieles, sus incondicionales niñas, para plantar cara a un enemigo que en los últimos días comenzaba a cuestionar, torpemente eso sí, su autoridad indiscutible hasta ahora en el corral de Guadalix. Sobre todo desde que el canijo Danonino comenzó a torpedear y a socavar cada vez más su jefatura y el privilegio que sólo él tenía de poner a cada uno en su sitio al mínimo cuestionamiento de su figura o su conducta. Un derecho a acotar el terreno y marcar la pauta de casi todo sin que prácticamente nadie le rechistase.
    Como en el circo que tiene montado comenzaban a crecerle los enanos, y nunca mejor dicho, el bailaor, con el papel adjudicado de domador y principal artista por derecho propio y porque él lo vale, arropado y adulado siempre por sus fieles bailarinas, decidió al fin presentar batalla desde su cómoda atalaya de líder. Enumeró y valoró uno a uno a sus principales enemigos: primero al canijo tocapelotas que llevaba varios días ejerciendo de principal ariete y cuestionando su poder en pequeñas escaramuzas de aviso intentando superarle en gracia y cachondeos varios; en segundo lugar al "madero", como siempre lo denomina con desprecio, el guardián de la moral de la casa que apelando a sus galones lleva tiempo intentando controlar sus pasos de baile por si se equivoca de ritmo para "empurarlo" por corrupto y pendenciero; y de tercero al cura, con el que tiene sus más y sus menos desde el principio y da la bendición a los demás.

    Buscó estratégicamente el punto débil de sus oponentes y concluyó que la comida (siempre la comida) era el flanco desguarnecido para preparar a conciencia la emboscada y dar el golpe definitivo. Un cebo irresistible en el que picaría esa colección de papafritas y pagafantas desagradecidos y desafectos a sus encantos.  Junto a sus incondicionales lacayas, sus niñas, al amparo de la noche y mientras el resto de la casa rendía cuentas a Morfeo, dio el visto bueno a que se cocinase un bizcocho gracias a la inspiración de su tenienta en jefa y mano derecha, la Pipi Mondarina.
    Vale que no lo dijo y son todo imaginaciones mías, pero juro que para mis adentros le oí gritar: ¡Mi Reino por un Bizcocho!. Y se la jugó. Después de zampárselo los cuatro Pepe tranquilizó a su tropa de jóvenes amazonas y pidió que al día siguiente si se descubiese el pastel no entrasen al trapo negando la mayor y que lo dejasen a él, sólo a él, al gran Pepe Flores, enfrentarse a los toros. Quería rematar la faena de cara a la platea, colgarse la medalla con una estocada final y apagar la sublevación del bando de los dormilones y honrados restaurando definitivamente su autoridad cuestionada.
2
   Al final Pepe ganó de calle la ridícula batalla del bizcocho, al contrario que Ricardo III, el infausto rey inglés que quedó sin caballo en medio de la refriega y perdió la suya y de paso un reino. El bailaor ganó la batalla y puede que incluso gane también la guerra, pero cuando todo esto acabe y el circo apague las luces es muy posible que en el último suspiro el trono de GH 13 no sea suyo, y en vez de príncipe tengamos princesa. Lo digo porque en estos días, ufano y sastisfecho, él no era consciente de que el enemigo real de su sueño (que es la pasta como ha dicho por activa y por pasiva) sea una de su cuerda, tal vez la más querida: Pipi Mondarina
    Es muy posible que la andaluza pizpireta y ofuscada por los sentimientos hacia él pueda adelantarlo en la recta final, donde más duele, y llevarse la zanahoria. Y ojo que ésta no es parte del decorado de la victoria como lo fueron en su momento Dayron para Pepe Herrero o todavía más patente, Chiki para Iván en GH 10.  Pipi es un pura sangre con marchamo de auténtica ganadora. O la misma Ari, la chica tatuada, que si se planta en una hipotética final con él y Sindi me temo que tiene muchas probabilidades de alcanzar su destino.

    Muchos creen y confían en que su carisma es suficiente para llevarse esto de calle. Y es cierto, le sobra magnetismo, y las cámaras son golosas con un concursante tan llamativo y poderoso visualmente que nos regala constantemente tantas poses cinemátográficas.  Como un mafiosillo de medio pelo protagonizando una peli de cine negro de serie B, rodeado de una cohorte de chicas jóvenes y guapas que colman su ego de besos y arrumacos a todas horas, mientras el madero de turno entra torpón en su garito (mismamente como nuestro Michi, honrado, íntegro pero totalmente apalominado) para interrogarlo sobre el delito. Y él se levanta, amenazante y teatral, apartando a sus niñas que lo manosean arrobadas y ajenas a todo para señalar al polifantas con un dedo acusador en el que resalta un anillo de brillantes enorme y hortera, mientras le espeta: - ¡La has cagado madero, ven a por mí si tienes lo que hay que tener!
     Y mandándolo a paseo se larga a la trastienda seguido de sus chicas bulliciosas dejando al representante de la ley con la palabra en la boca y con cara de gilipollas. Y éste, pobre diablo, volverá henchido de satisfacción a contarle a los suyos lo bien que ha actuado y que puso al villano contra las cuerdas.
   Toda esta opereta bizcochera, que para muchos parece ser el momento cumbre de la edición y donde creen que Pepe ganó, o casi, el concurso no me cuadra en absoluto con esa mirada vengativa e inquietante que llenó ayer de sombras su expresión al saberse nominado, y que tan mal rollo me produce desde el principio.  Un encabronamiento por la obsesión de saber quién lo nominó y una posible sospecha de que María esté fuera por participar a su lado en la guerra del bizcocho, y no por lo que realmente fue: por sosa, por encamarse con Hugo, y por llevarse los puntos del carpeterismo justiciero que apoya sin fisuras a Noemí.

    Son tantas las cosas, además, que comentar de la gala de ayer y de la semana que es muy difícil plasmar todo en una entrada. La llegada de Laisa, la monumental brasileña. El increíble regreso de Noemí a la casa después de que su vida y su actuación dentro se resumió en una sucesión de incongruencias y salidas de tono difíciles de calificar. No me vale ni me consuela pensar que fui de los primeros que vi los ramalazos y vaivenes inexplicables en su conducta en aquellas dos o tres primeras semanas en que era la favorita para tanta gente que ahora reniega de ella como de la peste.   Algo todavía más evidente después de la respuesta de ayer noche a María, al despedirse ésta de todos de forma tan cariñosa, también de ella, cuando la jerezana le pidió que cuidase de Hugo y Noemí sin perder la sonrisa le contestó, dejándonos helados a todos, que cuidase también a Julia, la novia de Hugo.
   Todos la pudimos oír por mucho que ahora lo niegue por la casa adelante. Sinceramente, creo que la canaria tiene un problema que debería hacérselo ver, algo que no le funciona bien del todo, y lo digo en serio. Otra cosa es que sea la más concursante de todos y cada uno de sus actos esté totalmente premeditado con la intención manifiesta de tomarnos el pelo a todos. Si es así no entiendo como sigue todavía dentro de la casa. A lo mejor los que tenemos que ver si algo no nos funciona bien somos nosotros, los espectadores.

    Para finalizar quisiera dejar constancia del lamentable ninguneo del programa a Berta y Dani, los nuevos concursantes que se pasaron una semana marginados en la caravana y que ayer en la gala no tuvieron prácticamente ni un saludo de bienvenida, oye. Y ya me tocará hablar de la brasileña y otras cosas en los comentarios porque quiero ir acabando que esto se hace interminable.

Forastero marulo
&&&